Ji ji ji (parte 2)

Ya señalamos aquí que, en lo que refiere a música y humor, son Les Luthiers y diez más. Y así encararemos el resto del repaso. Muchas de las propuestas humorístico-musicales restantes pasan mucho más cerca de la chabacanería y la ordinariez de expresión que del humor fino con decoro literario. Si usted está intuyendo que la chabacanería no nos causa gracia, erra. Simplemente, todos sabemos cuánto más sencillo es hacer reír con una buena puteada que con un intrincado razonamiento cómico. No obstante, también deberíamos señalar que hay que saber ser ordinario, pues el riesgo que se corre al aglomerar guarangadas es elevado, y generalmente desemboca en mal puerto. Antes de entrar en un modesto popurrí de humoradas, nos detendremos en Leo Masliah.

LEO MASLIAH

El mundo se dividió desde siempre* en tres grupos: los que consideran un genio (o un crá) a Leo Masliah, los que consideran un ente a Leo Masliah, y los que no tienen ni la más remota idea de quién es Leo Masliah pero no dudarían en asentir con una sonrisa si uno les tararea Agua podrida, El jodedor o Zanguango, lo más popular y de ningún modo más logrado de su obra. * La división comienza cuando nace Leo Masliah, no antes.

No pretendemos aquí encasillar a Masliah en un músico, ni en un humorista, ya que ha incursionado en otras ramas de las artes en sus casi 60 años de vida. A la carrera, diremos que escribió música de cámara, conciertos para piano y orquesta, un ballet, una ópera, varias obras teatrales, y una interesante cantidad de libros. En su sitio web, por ejemplo, figura un Curriculum Mortis de 15 líneas, donde se relata lo que se supone que vale la pena saber de él. Para él es importante usar una de esas 15 líneas en señalar que nunca actuó en el departamento de Artigas.

Casi todas las obras de Masliah tienen al menos un item para recordar. Su discografía inicia en 1980 con Cansiones Barias (con Fernando Cabrera en guitarra y voz en un par de temas), y quien diga que ha traicionado con el absurdo su obra posterior, miente. Ya desde este primer disco lo hará visible, por ejemplo, con La balada del Pocho Martínez, donde el personaje en cuestión soñaba que estaba soñando, recursivamente, y luego le tomaba tantos años despertar de todos los sueños anidados que finalmente era un “viejo re viejo”. La genial La chusma retratará una historia de principio a fin, sobre un novio que nunca llega al Registro Civil porque se mata en un accidente camino hacia allí (“Fue un original velorio / Masitas a troche y moche / La novia lloró el casorio / su padre lloró el derroche”). Ojo con la púa no le debe nada a la historia de “Cruz de navajas” de Mecano, con la salvedad que aquí la infidelidad es una creación de la manija de los compañeros de laburo (genialidad: “Finalmente hay quien acusa / al que intencionadamente / restringió a charlas obtusas / el interés de la gente”).

26/4/2008, Buenos Aires - La Chusma

Luego, llegará una catarata de álbumes donde, como dije, siempre habrá alguna linda obra para evocar. Por mencionar algunos: Falta un vidrio (con Artistas profesionales y su visión hiper irónica de la gente que labura de lo que puede y no de lo que quiere, y Empleada de oficina que atiende al público, una crítica fabulosa de 1981 de algo que perfectamente podría ser escrito hoy, con las mismas palabras), Recital especial (con La grande, si usted no la escuchó, hágalo), Canciones y negocios de otra índole (con La que sirve, otra crítica social muy vigente de los vecinos que ponen todos el mismo comercio que aquel que logró sacar la cabecita, y se funden todos juntos), En español (con El jodedor, tal vez su obra más conocida, que será muy graciosa pero también te encaja en 1986 “Yo digo que canto los versos del pueblo / y si puedo con la Dictadura me arreglo / Soy un jodedor”), I lique roc (con Argumentos tendientes a una fundamentación de por qué te amo y La baba por ti), Zanguango (con Zanguango, No me agarrás más – que ya se había editado antes – y Moda retro).  Al igual que la mencionada obra de Les Luthiers, también está compuesta por muchos monólogos que son tanto o más divertidos que las obras musicales. Por ejemplo, la recordada La tragedia de ir a ver Titanic, y aquella frase que estaría durante mucho tiempo instaurada en el acervo popular: “La conversación no llegó al baño para que salten los soretes”. Formarán su discografía, además, algunas parodias a temas populares, como los tangos La primera sobriedad (humorada sobre “La última curda”), Naranjo en flor y Ven, devórame otra vez (la segunda con Alina Gandini en la voz, luego tecladista y corista de Fito Páez), o La recuperación del unicornio (una burla a Silvio Rodríguez). A comienzos de la década del 2000, la señal HBO emitiría un especial de una hora con la actuación de Masliah perteneciente al ciclo Séptimo Sentido, con el que la señal venezolana pretendiera dar una pincelada de lo mejor del humor latinoamericano. Muchas de las obras de este excelente show terminarían en Textualmente 1: Poeta neurasténico, Apagon, Lío en la parada, El corresponsal, Horóscopos y Decires

Horóscopos, Corriente Alterna, Autoayuda (Séptimo Sentido, HBO)

DE TODO, COMO EN BOTICA

Hugo Varela: ¿verdad que todas las canciones de Hugo Varela parecen la misma canción? Su tipo de humor inocente y no elaborado tiende a repetirse rápidamente y a causar más simpatía que gracia, aún cuando tiene algunas piezas recordables y es, definitivamente, un buen exponente de este género. Sin dudarlo diremos que Corbata rojo punzó es su obra más popular.

Viña del Mar

Los Twist: si bien la discografía de Los Twist no se circunscribe estrictamente a lo humorístico, es innegable el nivel de hilaridad de algunas letras de Pipo Cipolatti y Daniel Melingo. Su primer álbum, La dicha en movimiento, producido por Charly García y con Calamaro en teclados y Fabiana Cantilo en voz, ya incluiría temas icónicos del rock argentino como Pensé que se trataba de cieguitos o Cleopatra, la reina del Twist. Además, y volviendo al humor que nos ocupa, presentaría la genial Jabones flotadores. Su continuación, Cachetazo al vicio, presentaría el Rockabilly de los narcisos. Luego de un período de abandono de Fabiana Cantilo donde sería remplazada por Hilda Lizarazu, llegaría en 1991 lo que entiendo el mejor álbum de la banda, Cataratas musicales. De aquí se desprenderán las memorables El estudiante, Vicente, Ricardo Rubén, Estoy herido, Cul de sac y Mocasín.



Alejandro Dolina: cultura extrema, humor exquisito, y buenas dotes musicales (tanto como autor e intérprete). Eso es Alejandro Dolina, en todas sus versiones: escrito, radial, televisivo y teatral. La música y el humor se manifiestan, juntas y por separado, en todos los aspectos de su obra. Así, encontraremos humor musicalizado en “La venganza será terrible” (radio), en “El show de Alejandro Dolina” (TV), en su material discográfico (la grandiosa opereta Lo que me costó el amor de Laura, con la participación de Joan Manuel Serrat, Julia Zenko, Sandro, Juan Carlos Baglietto, Gabriel Rolón y Ernesto Sábato; o los Tangos del bar del infierno donde lo veremos versionar a José María Contursi, Homero Manzi, Lucio Demare, Enrique Cadicamo y, sí, Lennon y McCartney… y todo eso acompañado por la asesina Karina Beorlegui). Destacan en la obra humorístico musical de Dolina las interpretaciones de su alter ego, el sordo Gancé, como su versión libre de Crying de Aerosmith, la introducción de He-man y, por supuesto, el himno del Liverpool Fútbol Club uruguayo.

¡Liverpúl, Liverpúl!

Bonzo dog doo-dah band: la Bonzo Dog Band fue una banda inglesa de fines de los ’60 con excelentes piezas humorísticas. Usted, que ha visto Magical mystery tour una docena de veces, sabrá que la banda aparece en la escena del cabaret, interpretando Death cab for cutie. El tema está obtenido de su primer álbum, Gorilla, que es una obra maestra de principio a fin. Sin desperdicio, ejemplificaremos en Look out there’s a monster coming, que cuenta la historia de un soltero que manda una carta a una revista buscando pareja. La banda estaría liderada por Neil Innes, quien luego sería colaborador de los Monty Python e integrante de los Rutles, esa descomunal banda inventada a imagen y semejanza de los Beatles en tono de humor. No dejaré pasar la oportunidad de recomendar aquí las películas All you need is cash y Can’t buy me lunch, con participaciones de George Harrison, Mick Jagger, Tom Hanks, y una docena de celebridades.

"Death cab for cutie", Magical Mystery Tour, 1967

Weird Al Yankovic: la propuesta de Yankovic es el típico humor yanki pelotudo. Te cagarás de risa, o pensarás que es un imbécil sin igual. Siempre se me antojó la comparación de que Yankovic es a la música lo que Sandler es al cine. Lo cierto es que Yankovic es una celebridad inclusive dentro del propio mundillo musical norteamericano donde, luego de una vasta trayectoria, los propios músicos mueren por ser parodiados por él. Si bien tiene una importante cantidad de canciones propias, algunas de las cuales son buenas en sí mismas, su fuerte es la parodia. Así, ha pedido autorización por escrito para todas las humoradas en las que ha incursionado, cantando e interpretando su acordeón. Por mencionar alguna de las 150, I love Rocky Road (versionando a Joan Jett, y cambiando la letra por el sabor de helado ‘Rocky Road’, muy popular entre los yankis), Eat it (su primer éxito, parodiando a Michael Jackson), Like a surgeon (parodiando a Madonna), Yoda (Lola de los Kinks) o Living with a hernia (parodiando a James Brown). También serán destacados de su obra los enganchados en tiempo de polka, siendo tal vez la más lograda su versión de Bohemian rhapsody de Queen. Los videoclips de sus temas también merecen reconocimiento, habiendo ganado casi tantos premios por esto como por sus álbumes, de los cuales ha vendido más de 12 millones.

Smells Like Nirvana, 1992. Respeto por el original

Qué imprudencia: dejé afuera a Carles y su homenaje a Nacho Kliche. Renunciaré si tengo dignidad.