lunes, 18 de junio de 2012

CUENTO: Idea


Idea



            Tuve una idea. Sí, una vez tuve una idea, pero la perdí. Era la mejor idea del mundo, creanmé. Innovadora, atrevida, arriesgada, pero a la vez, sobria, solemne y de lo más acertada. Solía guardarla en una vitrina, al lado de los trofeos del babyfootball, que fueron los únicos que obtuve en mi vida, y que años después descubrí que no eran un premio propiamente dicho, sino que se los daban a todos, y que nunca le había ganado a nadie, pero esa es otra historia y capaz que más triste que esta.
            Esta idea de la que hablo era mi lujo, me sentía tan orgulloso de ella que incluso llegué a pensar en tatuarmelá. Periódicamente la sacaba de su estante en la vitrina y me la llevaba por ahí a dar una vuelta al parque o a tomar unos mates en la rambla. A veces incluso me la llevaba a la feria, aunque no tuviera que comprar nada, solo para oxigenarla, para que viera la luz del día. En el fondo, un poco me gustaba exhibirla y que la gente dijera "oh, qué gran idea", no les voy a mentir. Tampoco les voy a mentir diciendo que estoy lleno de grandes ideas, miren que conseguir esta de la que hablo me costó mucho. Tampoco es cuestión de sentarse a pensar, o acostarse (como era mi caso) y antes de dormir esperar a que caiga del cielo a nuestro pensamiento una idea brillante.
            Ah, y mi idea sí que era brillante, mucho más que cualquier lamparucha de bajo consumo de estas que nos quieren encajar por todos lados ahora, mucho más, lo aseguro. Me acuerdo una vez, de un apagón que hubo en casa, no tenía pilas la linterna y no tenía velas para prender, entonces se me ocurrió sacar la idea de su estuche de terciopelo negro en la vitrina y así pude terminar de leer el capitulo del libro que estaba leyendo antes de que se fuera la luz y dormirme tranquilo. Ahí me di cuenta de que realmente era brillante, y me dí cuenta que le podía dar ciertos usos especializados, como buscar cosas abajo de la cama, por ejemplo.
            Pero mi idea no era una linterna y nada más. Mi idea aparte de ser brillante era hermosa, y era perfecta para mí. Yo la sentía casi como mi media naranja, mi pedazo faltante, éramos tal para cual. Sentía que nada en el mundo nos iba a poder separar. Pero me equivoqué, como lo hice tantas veces.
            Un día, cuando salí de la ducha en el club y fui a vestirme, me dí cuenta de que había puesto mi idea sin querer en la mochila, la guardé con cuidado recordando más tarde sacarla y ponerla de nuevo en la vitrina cuando llegara a casa. El tema es que llegué tan cansado que me olvidé y la metí en el lavarropas con toda la ropa sucia. Me levanté a mitad de la noche con un mal presentimiento y ahí me acordé, fui corriendo al tendedero, la saqué del lavarropas intacta, pero muy mojada (se ve que aparte de brillante y hermosa era water-proof) y decidí colgarla para que se seque en la cuerda. Me quedé parado a su lado mientras se secaba, casi que montando guardia. Y de pronto, una ráfaga de viento muy fuerte me la voló. Y yo la vi irse en la inmensidad de la noche, y al instante me di cuenta de que no podía hacer nada, de que no podía saltar, porque estaba en un séptimo piso y de que a la velocidad que se había volado y, considerando que las ideas son menos densas que el aire por lo que tienden a subir, mientras salía a la calle ya se habría ido muy lejos.
            Me resigné, me hice a la idea de que lo iba a tener que asumir. Iba a tener que aprender a vivir sin ella, que de última solo era una idea y que nunca la había usado, ni sabía si la iba a usar, ni si me atrevería a ponerla en práctica, a lo mejor alguien la recogía en otro lugar y encontraba la forma de traerla al mundo material. Me convencí de que la perdida no era tal, fui y me compré pilas para la linterna, y así llené el único vacío real que había dejado. Nada es tan triste después de todo.

6 comentarios:

Carles dijo...

Precioso cuento, de los mejor que se ha leído en este espacio que crece lunes a lunes. Y qué decir del banner de autoria de Rafa, superlativo.

Seba.uy dijo...

Quiero mi ejemplar firmado cuando publiques el libro. Seguramente este cuento va a estar

Master dijo...

Zarpado Banner, mejor cuento.

Como hay gente que encara en este blog, a veces pienso que le estoy robando el oxígeno a genialidades que podrían aprovecharlo de mejor manera que yo...

Vesubio dijo...

que precioso cuento, cofre. precioso.

elCofre dijo...

no más que palabras de agradecimiento..
"gracias", por citar alguna

Atroposmortem dijo...

Una idea como un unicornio...