Fútbol para lelos

Hay quienes afirman que cada decisión crucial que hacemos en la vida, genera mundos paralelos. Así es que hay un mundo en el que nunca decidimos ennoviarnos con nuestras actuales esposas, otro en el que jamás nos presentamos a la entrevista del trabajo que nos puso sobre la línea de pobreza, y un tercero en el que no sacamos ese préstamo de 20.000 pesos en 36 cuotas de 17.045 (pero si pagás en fecha, ¡la última va de regalo!), que obviamente, nos volvió a poner bajo la mencionada línea.

En fútbol ocurre exactamente lo mismo.

Existe un mundo en el que Fernando Morena fue a Nacional y no se negó a jugar de puntero izquierdo. En ese mundo, el Nando terminó siendo cedido a préstamo a Cerro, de donde fue negociado al poderoso fútbol hondureño, para terminar su carrera en el Mandiyú de los uruguayos. Hoy en día tiene un parripollo en Lugones.

En otro mundo alternativo, la AUF nunca firmó la extensión del contrato con Tenfield, que decidió mudar su centro de operaciones a Panamá. En ese escenario, en el programa K-Pos en lugar de estar el Pato Aguilera aparece Jorge Dely Valdés, en tanto el Polideportivo Dominical es el programa más visto de la televisión nacional, superando levemente a la Revista Estelar (conducida ahora por Ignacio Martirené).

Dicen que la llegada del Hormiga Valdez a Peñarol marcó otro quiebre en la dimensión espacio-tiempo, si es que existe tal cosa. Parece que finalmente el hombre arregló con Boca Juniors, justo antes de que el equipo xeneize descendiera, y River Plate ganara cinco mundiales de clubes consecutivos. Paralelamente, en el último clásico nadie le hizo fau de atrás a Damonte, por lo que el match terminó empatado 2 a 2.

Hay otro universo en el que la pelota que pateó Schiaffino ante Hungría en el 54 no se frenó en el barro, sino que entró contra el palo. De todas formas, ese universo se parece mucho al actual: en la recarga Máspoli salió a cazar mariposas y nos clavaron el empate, y finalmente perdimos en el alargue.

Creamé lo que le digo: existe un mundo paralelo al que usted y yo compartimos, en el que Uruguay le metió cinco goles el otro día a Venezuela, en el que la bandera gigante de la Ámsterdam no se rompió a pedazos, en el que no tuvimos que aguantar las baboseadas de una hinchada venezolana que al día de hoy está por averiguar cuál es la diferencia existente entre un home-run y un córner.

Claro que en ese otro universo, parece que el domingo que viene perdimos 4 a 0 ante Paraguay, que Tabárez renunció, que la empleada apareció en el programa de Nano Folle, que Defensor salió campeón, que subió Marne, que renunció Muslera (el arquero), que Cavani se hizo ateo, que Julio Ríos siguió haciendo publicidades de Pepsi, que Mariano López se hizo adicto a la pasta base, que Castillo ganó la interna del FA, que Forlán volvió con Zaira, que Darío ganó el Bailando, que Argentina ganó el Mundial del 2014 de atrás y con 8, que Peñarol se hizo su estadio en el ex Zoológico de Villa Dolores y que Néber volvió a la televisión con un magazine mañanero.

Así que no se queje, y agradezca el mundo que vivimos. Que no será la gran cosa, pero es uruguayo.