Abrochense los cinturones

(Este modelo caería en desuso por ser de dos puntas, ampliaremos)

Para seguir con el tema UNASEV, y teniendo en cuenta a fines del año pasado fue bastante bien tratada por éste columnista, ha llegado la hora de darle un par de palitos, no les diré que con la vehemencia de Sanchez Padilla pero bué, un par de golpes de mesa estaría dando.

Este tipo de organizaciones tienen razón de existir a partir del beneficio que generen para la sociedad con su trabajo (simpático o no). El hecho de que cuiden nuestras vidas no solo implica que sean buenísimos con nosotros, sino que también le ahorran unos cuantos pesitos al Estado. Así como las medidas en contra del consumo de tabaco generan una mejoría en la salud de los ciudadanos, todos sabemos que le ahorran un montón de plata a Salud Pública y genera un ingreso extra a través de los altos impuestos. Salvo que te la des con 51 no? Pero eso es harina de otro costado como dijo el Ternico de River (y ya fue usado aquí).

Los accidentes de tránsito también generan mucho gasto público por lo que el aporte de UNASEV a las arcas estatales será muy bienvenido siempre, el problema radica en la aplicación de algunas de las medidas tendientes a "cuidarnos" cual hadas madrinas. La gran mayoría de los cambios que vemos hoy en la reglamentación de nuestro tránsito provienen de países primer mundistas que han invertido durante años en investigar causas y consecuencias de los accidentes.
No hay nada de malo en aprovechar los estudios de éstos gilunes que ya se gastaron la plata y adaptarlos a nuestra realidad, el tema es el como y voy a referirme a dos ejemplos que no me conforman para nada.

Los cascos para motociclistas y los cinturones de seguridad traseros para autos. No tengo ninguna duda, aunque resulte molesto acostumbrarse, que los estudios que demuestran que es más seguro usar estos implementos son serios y razonables como para seguir sus consejos, el problema es que así como debemos adaptar las políticas a nuestra idiosincrasia también deberíamos hacerlo a nuestros bolsillos.

Hace unas semanas se realizo un gran acto en la Plaza Independencia en el que se sorteaban 200 cascos reglamentarios (y próximamente obligatorios) que valen como 1.000 mangos, el hecho termino en bochorno, con gente protestando porque había ido a las 5 de la mañana y otros que llegaron más tarde tenían la misma posibilidad (¿?), que empezaron muy tarde y tenían que ir a trabajar y otro montón de argumentos que llegué a escuchar en el móvil en vivo de una radio amiga (en el horario que hacen programas en serio).


Y me dije, si aplicamos una reglamentación que beneficiará a los usuarios en cuanto a su salud, pero que genera un gasto bastante difícil de asumir para muchos de ellos, si además, ésta reglamentación terminará beneficiando las arcas estatales, está bien que se sorteen 200 cascos entre miles de motociclistas? O sería más lógico que el Estado subsidiara éste gasto, aunque sea parcialmente, por única vez, amortizando el costo con el posterior ahorro en gastos de Salud Pública.



Por otro lado al usuario de auto se le plantea un problema aún más difícil de resolver que comprar un casco, elegir el juego correcto de cinturones y al "idóneo" que le instale los mismos. La ley indica que los tres cinturones traseros deben ser de 3 puntas, la gran mayoría de los autos que circulan hoy en día por nuestro País y América (porque no decirlo) no tienen cinturones traseros con ésas características, digamos que los dos laterales no serían tan problemáticos para colocar, el tema sería el central y sus "anclajes".


He tenido pesadillas imaginando a un tipo con un tabaco Cerrito casi terminado, pegado a su labio inferior, barbudo de tres días, con una remera engrasada y media rota, un jean también engrasado de esos sin cinturón que descubren la frontera entre el final de la espalda y el horror más indescriptible, parado arriba del techo de mi auto, con un taladro apuntando hacia abajo y pronto para perforar el mismo y enchufarle un tornillo pasante con tuerca, no me digan que no es una linda imagen eh!!

Hace unos días escuche a un jerarca de la UNASEV advertir a los automovilistas acerca de la existencia en plaza de cinturones de seguridad antirreglamentarios, que costaban alrededor de los 200 pesos pero que no sirven de nada según la nueva reglamentación. Los que sirven costarían bastante más.
Vuelvo entonces al mismo razonamiento, no habrá posibilidades de subsidiar el costo de los cinturones, y así como te exigen el computest, destinar una cantidad x de lugares habilitados para la colocación de los mismos en un plazo perentorio ? Se me ocurre un descuento del 50% al que esté al día con la patente, se me ocurre además que si el Estado licita la compra de los cinturones conseguirá mejor precio que nosotros individualmente no? Yo que sé, un montón de soluciones para que las cosas se hagan bien de entrada y no haya malos entendidos. Así todos gastaremos en lo que realmente necesitamos y aplicaremos la ley como corresponde.

En resumen, si hay que aplicar las normas para bien de todos está muy bien, pero no creo que el ingreso al primer mundo de la seguridad vial debamos costearlo los usuarios en su totalidad, compartamos los gastos y que viva nuestro Bendito País!!!.