El sapo

Aunque mi madre diga que sí, sé que no nací en este pozo.

No nací para este pozo, no pertenezco a él, ni quiero su pertenencia.

Ya crecieron mis patas y se ha desprendido mi cola.

Intento comprender a mi madre y a mis hermanos sin lograr

realmente hacerlo.

Mi madre me dice que no intente comprender, sólo tengo que croar y comer.

Tener crías y alimentarlas para que tengan crías y las alimenten

y así hasta el infinito aunque yo ya no esté.

Sé que no soy el único aburrido y desconforme aunque en casi

todos los pozos que conozco se repite la misma historia.

Pero esta es mi vida y mi familia y algo tengo que hacer al respecto.

Ya está, eso mismo! Qué genial idea se me ha ocurrido!.

Habré de dejarla escrita en alguna piedra antes de partir,

pues nunca me cayeron bien quienes no comparten las grandes ideas.

Tomaré toda el agua hasta dejar el pozo sin una gota de ella!.

Eso puede hacer que mi madre y mis hermanos mueran de sed o busquen otro pozo.

Quizás tampoco encuentren otro pero quiero imaginar que se las arreglarán.

O mejor dicho, nos las arreglaremos y beberemos de algún arroyo,

o de la lluvia si es necesario.

Ustedes pensarán que estoy loco pero en cualquiera de las posibilidades, incluida la propia muerte, nos habré salvado la vida.