Conociendo el deporte: Copa Confederaciones

Ruggeri y un danés no identificado con el amaracado trofeo.

El torneo que inauguró un monarca árabe con mucho tiempo libre a principios de los noventa llega hoy a su novena edición. Repasemos juntos, amigos, amigas, este popurrí de datos crujientes sobre la historia del único torneo medianamente decente que tanto Uruguay como España aún no poseen en sus vitrinas.

1992: los orígenes.
La primera edición se disputó en 1992, bajo el nombre Copa Rey Fahd (más o menos como si la Copa Bimbo se llamara Copa Vela Yern). Si algo nos gustaba de esa copa es que todos los partidos se jugaban en el mismo estadio, como las Liguillas o las campañas de Peñarol. Apenas si participaron cuatro seleccionados: Argentina (campeón de América con el Coco de la gente), el local Arabia Saudita (que no era campeón de nada pero sí era el que había alquilado la cancha), Estados Unidos (campeón de la Concacaf con Tony Meola) y Costa de Marfil (campeón de Afrolandia). Argentina le metió 4 a los marfileños y 3 a cambio de 1 en la final a los anfitriones. O sea que con dos partidos Argentina ganó la copa, más o menos como las primeras Libertadores ganadas por el glorioso Peñarol, o la Copa América del 87 ganada por la celeste de Fleitas. Gabriel Batistuta y el tenista estadounidense-escocés Bruce Murray fueron los goleadores del certamen, con dos conquistas.

1995: comió Perón.
Ya para la segunda edición la cosa comenzó a tomar colorcito: fueron seis los participantes (los campeones de América, Europa, Concacaf, Asia y África; el de Oceanía nunca respondió el mail) más el anfitrión, que no iba a dejar de jugar así tan fácil. En un grupo, Dinamarca clasificó sobre México (empataron en todo, y nuestros verdugos del 86 avanzaron por penales). Último quedaron los saudíes, sin un puto gol, sin un puto punto. En el otro grupo, la albiceleste de Daniel "me voy si no me traen a Vicente" Passarella avanzó por diferencia de goles frente a Nigeria, ya que ambos empataron entre sí, y golearon a Japón. Solo que Argentina lo goleó más. Pero en la final los daneses, con goles de un gran amigo de Harry (Michael Laudrup) y un tal Rasmussen, que se apellidaba igual que el arquero del 86, pero no era, derrotaron a los rioplatenses. Ya no quedaban rastros de Lerby ni Elkjaer Larssen, pues parece que tras la eliminación ante la España de Butragueño, llegó un técnico que quería jugar con grandaneses con hambre. El goleador del torneo fue el mexicano Luis García, que se nos fue hace poco (*).

1997: héroes igual.

Debray anota ante los mandelanos.

A la distancia podrá parecer muy poca cosa, pero lo cierto es que la campaña celeste en la Copa Rey Fahd de 1997 fue de las pocas cosas positivas que ocurrieron durante ese nefasto año (la eliminación de Francia 98, el quinquenio, etc.) Coletazo del mundial sub 20 de Malasia (aquel que terminó con la gente volcada a la calle festejando enajenadamente el segundo puesto al compás de la afrodescendencia de las figuras de los finalistas del Uruguayo, 16 años después), el Uruguay de Víctor Haroldo registró puntaje perfecto en la fase de grupos: 2 a 0 a Emiratos Árabes (subcampeón de Asia), 2 a 1 a República Checa (subcampeón de Europa), y 4 a 3 a Sudáfrica (campeón de la lejana África), anticipando lo que ocurriría años después, pero con gol del Pajarito Callejas en lugar de Palito Pereira. En el otro grupo, Brasil (que había perdido la final de la Copa América ante la azulceleste del finado Pichón) dominó a Australia (campeón de Oceanía), México (campeón de la Conca) y Arabia (que le ganó 1 a 0 a los canguros y los dejó bien calentitos). Como habrá visto, ya eran 8 los participantes, la cosa iba tomando forma definitivamente. En semifinales, los hermanos australianos prolongaron una costumbre que habían inaugurado en el Mundial Juvenil de 1993, y que apenas si matizamos en 2001 gracias a los muchachos de la hinchada de Platense: nos ganaron 1 a 0, apeándonos del torneo. Gran favor nos hicieron: en la final, Brasil se cogió a los marsupiales de a uno. 6 a 0 con 3 de Ronaldo y 3 de Romario, máximo scorer del certamen este último, con 7 dianas. A Uruguay todavía le quedaba tiempo para perder otro partido, 1 a 0, ante los checos. Esa tarde, Púa paró a Flores; Méndez, López, Montero, Adinolfi; mediocampo creativo con Pablo García, Vespa, y Gonzalo De los Santos; y arriba la creme de la creme del Uruguay 2013: Zalayeta, Olivera y Recoba. Por las dudas, el Tony estaba en el banco.

¡Vea más! En serio que hay más.

"Creo que ahora se espera que corramos un poco" tiró uno.

1999: andate Chavo.


Para la cuarta edición del torneo se mantuvo el formato, pero hubo dos modificaciones trascendentes: pasó a llamarse Copa de las Confederaciones, y dejó de jugarse en suelo saudí. Acto seguido, el Rey Fahd se pegó un balazo en el medio de la cancha, y hasta hoy se escucha "Fahd agotada tengo" en las inmediaciones del estadio de Riad. Curiosamente, Arabia Saudia participó pero dada su condición de campeón del continente asiático (lo hizo con un brazalete negro, claro está). De hecho fue su mejor participación: quedó arriba de Bolivia y Egipto y apenas abajo del local México (sí, se jugó en el Decé y en Guadalajara). En el otro grupo, el Brasil y Estados Unidos mancillaron el honor germano y el neocelandés. En semifinales, Brasil le metió 8 (sí, siete más uno) a los árabes, incluyendo 3 del dentón Ronaldinho, que tenía 11 años recién cumplidos, y uno de un tal Roni, que se llama igual a un botija del barrio que tiene mala fama. Pero en la final se cagaron ante los locales, que con goles de Angie Zepeda, Abundis y el Cacho Cuauhtémoc Blanco derrotaron 4 a 3 a los norteños. Primer título oficial en la historia del balompié azteca, en el estadio homónimo. Blanco, Ronaldinho y Al-Otaibi metieron 6 goles cada uno, y nadie metió más que ellos, será de Dios.

Cómo rinde la camiseta de las tres rayas, eh.

2001: una idea muy piola.
"¿Y si empezamos a jugar la Copa de las Confederaciones un año antes de los mundiales, y en la sede de los mismos, a manera de simulacro?" se preguntó el gran Eugenio. Y dicho y hecho: en 2001 la acción se mudó a Corea y Japón. Como eran dos locales, y había seis federaciones, pero justo uno de los campeones era el Japón, que además era anfitrión, se complicaba para incluir a los subcampeones de América y Europa, porque quedarían 9. Ahí a Eugenio se le ocurrió hacer jugar al campeón de la edición anterior (el combinado mexicano), y pelar a los subcampeones. ¡Bien Euge, bien! A México igual le fue como el orto: quedó último en su grupo, en el que Francia fue el líder, Australia el escolta, y Corea quedó tercero. En el grupo B, el Japón de Oliver y Benji dio la sorpresa, seguido por Brasil. Afuera Camerún y Canadá, descalificado por pretender jugar con patines con filo y palos. Francia (que por aquel entonces se cogía un avestruz al vuelo si fuese necesario) fue el campeón, superando 1 a 0 a los nipones en la final con gol del Bambino Vieira. En el rubro goleador no hubo quien destacara. De hecho siete futbolistas compartieron el primer puesto de la tabla de goleadores con apenas dos conquistas cada uno. Entre ellos, el japonés Takayuki Suzuki, legendaria figura de Todo Por La Misma Plata.

2003: se le quemaron los papeles a Blatter.

En gran gesto, el seleccionado de Camerún posa con la copa.

O a Joao, no nos queda muy claro quién era el presidente de la FIFA en ese momento. Pero lo cierto es que no se entiende por qué se jugó en 2003 y en suelo francés. Máxime teniendo en cuenta que habían comido de nuestra mano en el Mundial del 2002, y que si no les ganamos fue porque Recoba y Abreu no se hablaban. Participaron Francia, Colombia, Japón y Nueva Zelanda por un lado, Camerún, Turquía, Brasil y Estados Unidos por el otro. Los turcos entraron porque Alemania no quiso jugar, si serán amargos los teutones. Brasil tampoco quería jugar pero por los menos se presentó, aunque no pasó de la primera fase. Francia volvió a ser el campeón tras superar al Camerún de Samuel con gol del soberbio de Thierry Henry, máximo scorer del torneo con 4. Vale acotar que en el partido semifinal que Colombia perdió ante Camerún, se produjo la muerte del Foe de la gente. Una flor para él.

2005: prevalece la idea de Eugenio.

Parece que Jesús quiere a Miguel (Vocé).

Se retomó lo de oficiar de antesala de Mundial, y se decidió que de acá en más se jugaría cada 4 años, terminando con la pavada. O sea que se jugó en Alemania (porque si algo no es la FIFA, es rencorosa con las potencias europeas). A Brasil el Mundial del 2002 le rindió dos Copas FIFA Confederaciones, la del 2003 y la del 2005 (como parece que se llama oficialmente), aunque también es cierto que en 2004 habia ganado la Copa América. Los norteños compartieron grupo con México, Japón y Grecia (el campeón de Europa más triste de la historia, casi tanto como el Uruguay de 1983). En el grupo A se sacaron chispas (?) Argentina, Alemania, Túnez y el siempre presente Australia (hasta que se fue a Asia y no jodió a más nadie). Por aquel entones, Brasil tenía al corpulento Adriano en un momento lácteo de esplendor. Tanto, que en semifinales dos goles suyos y uno de Ronaldinho (para muchos, más que Maradona... más flaco y fiestero) fueron más que los marcados por el polaquito Lu Lukas Podolski y el perdedor de Ballack. Paralelamente, Argentina empataba 1 a 1 con México (gol del alopécico Figueroa) y lo superaba por penales. En la final, Adriano (para quienes no lo recuerdan, algo así como el Negro Franco, pero mucho mejor) metió 2, Kaká y Ronaldinho metieron 1, y Aimar apenas si pudo descontar cuando Niembro ya se comenzaba a preguntar si Galletti y Riquelme jugaban bien. Por si no quedó claro, Adriano fue el goleador del certamen, con 5.

En algún momento cambió la copa. Ta linda.

2009: no jugó Uruguay, ganó Brasil.
La última edición se disputó en lo que fue Sudáfrica. Debutaron los españoles (pues un año antes habían conocido eso que llaman vuelta olímpica), que compartieron grupo con los locales, el poderoso equipo iraquí (ya sin el Saddam) y Nueva Zelanda, que seguían insistiendo con el fútbol por aquello de que, en sus orígenes, fútbol y rugby eran la misma mierda. Vale acotar que el ídolo máximo del deporte uruguayo por aquellos años (Jorge Larrionda) dirigió el partido inaugural que Sudáfrica e Irak empataron 0 a 0. ¡Partidazo! En el Grupo B, Brasil y Estados Unidos avanzaron en detrimento de Italia y Egipto. Cuando todos imaginaban un choque Ronaldinho - Iniesta, sucedió lo inesperado. Por un lado, Estados Unidos -con arbitraje del campeonísimo Larry- le ganó 2 a 0 a los españoles, que amagaban con retomar la senda del fracaso, pero solo por un rato. Por el otro, la gente cayó en cuenta de que Ronaldinho no había sido convocado por Dunga (parece que el coach le habria dicho "convocatoria o dunga-dunga", y el simpático moreno se habría inclinado por la segunda opción). Brasil cumplió su mandato histórico, le ganó 1 a 0 a Sudáfrica en semifinales (nosotros les meteríamos 3, macacos de pecho congelado) y 3 a 2 a Estados Unidos en la final, tras ir perdiendo 2 a 0, en lo que muchos calificaron como la venganza de Maracaná, en virtud de la inminente firma del TLC entre norteamericanos y charrúas. Luis Fabiano fue el máximo perforador de redes, con 5 anotaciones en otros tantos encuentros. Como dice el de los Pericos en el tema Eu vi chegar: "muy bien, muy bien, muy bien... ¡jojojoiiiii!"

(*) Ah... ¿no murió? Gracias igual por fijarte.