Breve
ensayo acerca de cómo las diversas fuerzas políticas podrían aprovechar los
logros futbolísticos para crecer en las encuestas.
Publicado en Brecha, 19-09-14.
Que el estado de ánimo de los pueblos y
sus gobernantes está muchas veces atado a los resultados deportivos, no es algo
que esté en tela de juicio. Muchos recordamos la denominada "Guerra del
Fútbol" que estalló allá por 1969, luego de que El Salvador dejara afuera
a Honduras de la Copa del Mundo de México en serie que se estiró a tres partidos.
"¿Nos dejaron afuera del Mundial? Pues bien: a las armas" gritaron a
viva voz los ancestros de Tyson Núñez, Saúl Martínez, Junior Izaguirre, José
Velázquez y todos esos futbolistas hondureños que sabrían brillar en nuestras
canchas.
Incluso
hay quienes afirman que el golpe de estado que terminó con la segunda
presidencia de Hipólito Yrigoyen en la hermana República Argentina mucho que
ver tuvo con la derrota albiceleste en la final del primer Campeonato Mundial
(pasó poco más de un mes entre una cosa y otra). A Hipólito no le perdonaron
haber sucumbido ante una provincia.
En algunos casos, el vínculo ha sido aún
más directo. Mucho se ha escrito sobre cómo las dictaduras argentina y uruguaya
pretendieron apoyarse en el fútbol para ganar en la cancha el apoyo popular que
perdieron o jamás tuvieron en los demás ámbitos. Así fue que los dictadores
argentinos organizaron un Mundial, y los nuestros -a nuestra escala- un
Mundialito. Ambos seleccionados locales consiguieron el triunfo, pero la gente
fue lo suficientemente perspicaz para separar los tantos. Festejar los goles de
Kempes y Victorino no suponía necesariamente un apoyo a regímenes destinados a
sucumbir.
Sin embargo, cuando la dicotomía no es
"democracia - dictadura" sino "izquierda - derecha" (o todas
las variantes del espectro que se quiera mencionar), cuesta más despegar a los
líderes políticos de los logros deportivos registrados durante sus respectivas administraciones.
En los años 90, mientras nuestro fútbol
daba pena en todos los órdenes posibles (desde lo deportivo a la indumentaria,
aquellas camisetas marca "nr" con los cuadraditos y rombitos y el
short azul), teníamos a Gustavo Trelles como máxima figura de nuestro deporte.
Y hablar de Trelles era hablar de Ancap. Que sus cuatro campeonatos mundiales
de rally (Grupo N) hayan llegado entre 1996 y 1999 lo sitúan como uno de los
mejores exponentes del segundo sanguinettismo. Pasó lo mismo en 2000 con el
triunfo de Wynants, para muchos el logro más destacado del gobierno de Jorge
Batlle. No en vano todos recordamos aquel spot de campaña denominado
"Jorgito lo hizo", en el que el listado abarcaba desde la medalla
olímpica del Mílton hasta el triunfo ante Australia en el repechaje del 2001, y
que terminaba con Jeff Granger diciendo "we are fantastic" a la
cámara.
Podrán decirnos que un gobierno no
debería adjudicarse los logros futbolísticos por una razón básica: la FIFA no
permite que el Estado intervenga en las decisiones de la federación de su país,
bajo amenaza de dejar al país en cuestión sin competición oficial. Y como no
hay nada que haga más feliz a los pueblos que jugar un Mundial, el Estado opta
por adoptar una posición generalmente pasiva.
Sin embargo, uno imagina que detrás de
toda selección campeona del mundo hay un Estado que decide apoyarla, ya sea con
infraestructura, o con políticas tendientes a maximizar las posibilidades de
generar futbolistas cada vez mejores. De otro modo no se entendería que los
jugadores argentinos saluden desde el balcón de la Casa Rosada, o que Mujica se
haya subido al escenario junto al también ex guerrillero Gorzy el día que los
muchachos celestes llegaron desde Sudáfrica.
El Frente Amplio captó perfectamente
esta realidad, y en su emotiva campaña denominada "Uruguay cambió en
mí", incluyó al velocista Andrés Silva entre quienes brindan su
testimonio. Aquel que durante segundos fue medallista olímpico para el Doctor
Da Silveira (que por entonces no conocía la filiación tupacomunista del atleta
tacuaremboense), nos cuenta -palabra más, palabra menos- cómo el apoyo que ha
recibido del Estado le ha permitido competir a nivel internacional y obtener
así excelentes resultados. No sé usted, pero yo la próxima vez que vea correr a
Andrés, lo imaginaré de rojo y con una hoz y un martillo en el pecho.
La pregunta es: ¿por qué el Frente
Amplio no eleva más la mira y va por lo que realmente le cambió el estado de
ánimo a los uruguayos durante estos últimos años? Ni la baja de la pobreza, ni
la del desempleo, ni los consejos de salarios ni los avances en materia de
derechos o el Plan Ceibal lograron el efecto revitalizador de los triunfos de
la selección uruguaya de fútbol.
¿No sería más redituable electoralmente
tener a un Luis Suárez afirmando que si pierde el Frente Amplio barajaría la
chance de renunciar a la selección? O un Oscar Washington afirmando algo así
como "yo sé lo que es jugar un Mundial con un gobierno blanco, y le
aseguro: no se lo deseo a nadie".
A continuación, compartimos algunas
ideas para posibles spots políticos, para todas las tiendas, porque no nos
casamos con nadie.
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(Exterior,
noche. Serie "Volver al Futuro").
Científico>
Vengo del 2020, y no sabés: no
clasificamos más a los Mundiales. En el 2017 perdimos el repechaje con Jamaica
y lo que es peor: para el 2022 ya no hay repechaje. Y si sos hincha de
Nacional, sabelo: sigue Ache de presidente y Rafa García de zaguero. Y si sos
de Peñarol, ni te digo: Carlitos Núñez entrena diferenciado por una sobrecarga
en el posterior.
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(Interior. Plano
corto. Pablo Mieres le habla a la cámara. De fondo se ve el gol de Gerardo
Miranda a Velichco en el 87, y el que se hizo Biglianti en las finales del
2008).
Mieres> "Somos la otra izquierda. Somos el
Defensor Sporting de la política, pero sin Cubilla, que mucho la izquierda no
le gustaba. Y te lo digo yo, que soy hincha de Nacional. En octubre, danos tu
voto. Si ganamos, damos la vuelta olímpica al revés con Ramos, que no es el
Chicharra, pero que tira unos centros bárbaros".
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(Interior. Pedro
Bordaberry le habla a la cámara).
Pedro>
¿No estás
cansado de festejar cuartos puestos o finales perdidas por los Juveniles? ¿Sabés
cuál es el partido que le ha dado más triunfos al fútbol uruguayo? Yo, dos
Mundiales, dos Oros Olímpicos y 12 Copas América. ¿Y vos?
Locutor>
Para volver a
vivir una vuelta olímpica en paz, Pedro presidente.
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(Exterior. Remix
del spot "rappeado" de Lacalle Pou).
Canta
Lopecito>
Nueva
esperanza, gran ilusión.
Plantémonos
fuerte, avancemos despacio.
Bonomi,
out,
tuiteó
el Bocha Cardacio.
Queremos
hacerlo, estamos preparados,
a
USA no fuimos por los repatriados.
Dejemos
de pensar que todo está mal,
comprate
un par de palcos en el Gran Parque Central.
Unir
esfuerzos, ser positivos,
saquemos
a Tabárez, sobran los motivos.
Soplan
nuevos vientos, ojalá los aproveche,
¿decís
que no te gustan los rulos de Arbeleche?
Si andamos mal,
nos avisan.
13 comentarios:
Un periodista jugado es el que utiliza en la misma frase rulos y arbeleche.
Ojalá no cambies nunca loco!!!!
La Copa América que ganaron Harry y el Ceja no valen tupa??
Volvé por la tatucera de la que saliste.
La que vale es ésta.
¿Cómo está para meter una klandestina esta noche?
No estaría tan de acuerdo en éste* último concepto. Creo que ya te lo comenté.
Se presta mucho pa la desubicación
Ah, le salió la moralina al señorito.
Hablando de estupefacientes, que es de la vida del Deta???
Muy buena Reies!
Una lastima que Carlitos Nuñez siga de joda para ese entonces. Ya deberá ir a Cafe Bolero y no a Azabache.
y,hubo Klande?
Bue
q Arbeleche?
Bien Reyes, bien vos.
Igual el paralelismo "PI - Defensor es de una hijoputez importante.
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