miércoles, 17 de septiembre de 2014

Salada la canchita: McGuffin, aquel puntero del Celtic...

Alfred Hitchcock fue denominado "El maestro del suspenso", seguramente por agentes publicitarios que descubrieron que un director de cine podía ser un filón a explotar, al igual que un/a actor o actriz estrella. Movido exitosamente desde su Inglaterra natal a Hollywood, en cuya industria se estableció más que bien, el gordo no tuvo problemas para realizar las películas que quería hacer, fundamentalmente porque lo que le interesaba eran aventuras clásicas, nada de cosas de vanguardias ni de crear problemas con conciencias sociales. Todo por la positiva.

Su tema preferido no eran los profesionales de la muerte, sino los hombres y mujeres comunes y corrientes, o lo que Hitchcock entendía por ellos. Está claro que un James Stewart, un Cary Grant o una Grace Kelly poco se parecían a la gente que va al Devoto Sayago, sino que más bien son quienes nosotros querríamos ser. Y, por lo tanto, después terminamos pagando la entrada para ver cómo un hombre "como uno" se sale con la suya. Y el tipo sabía hacerlo muy bien. Cualquier ganso pone a un tipo con peluca apuñalando a una chica desnuda en la bañera. Pero no cualquiera filma "Psicosis".

A propósito, el relato de cómo se hizo la famosa escena de la ducha: 


Si el Alfred filmara hoy, creo que se vería beneficiado por dos factores modernos: la tecnología digital e informática le permitiría mayor libertad visual. Las limitaciones de los efectos especiales de la época lo embromaron bastante. Pero en segundo lugar -y más importante- porque tanto productores como público en general -ese que dijimos que paga la entrada y determina si seguís laburando o no- ahora aceptaría con total naturalidad lo que antes no. Por ejemplo, que un actor famoso sea el "malo" de la película (ese problema le arruinó "La sospecha" (1941), donde Grant era un obvio culpable pero la censura indirecta de la industria le obligó a mamarrachear el final) o algunas dosis fuertes de miedo y de horror -que son cosas distintas- que se pueden presentar ahora sin que nadie se mosquee.

En sus películas las tramas siempre avanzan. Dificilmente, tengan alguna escena de más y nunca está de más para algunos jóvenes cineastas revisar la obra del dogor, aunque después estén planeando adaptar a Proust o a Beckett. Muchas veces sus intrigas eran originadas por lo que él denominaba un "McGuffin". Que no era algo para comer, sino una excusa para que comenzaran misterios, desapariciones y persecuciones. Muchas veces el héroe se enfrentaba a los malos que querían algún objeto que éste desconocía. Esa excusa era el "McGuffin" -según expresión del propio Hitchcock derivada de Escocia, que los no británicos nunca entendimos- cuya verdadera importancia era ínfima. Si el malo no tuviera interés en dársela al bueno, sea por la razón que sea, no tendríamos película.


También le gustaban los desafíos técnicos: la notable "La ventana indiscreta" transcurre íntegra en un apartamento y "Ocho a la deriva" en un bote. 

 

Salada la canchita -una columna escrita por gente corriente en el peor de los sentidos- hoy presenta otro alarde expresivo del que de jedi: La soga (1948), que no sólo no se mueve en ningún momento de un apartamento sino que hace como que constara de una sola toma, sin ningún tipo de cortes. Ésto no es estrictamente cierto porque, al ser filmada con rollos de celuloide, esos rollos tenían aproximadamente unos diez minutos de duración máxima y había que poner otro rollo después. Cómo lo solucionó Hitchcock, veanlo acá abajo. Ahí no, guaranga, en el video debajo de las letras.

La película -sobre dos amigos medio maricotas que matan a un tercero, sólo para demostrar que son unos cracks, capaces de matar a un tipo y que nadie los descubra- tiene su propio interés más allá del artificio, que no molesta.   


20 comentarios:

Macarena dijo...

Muy buena columna. Usted que es un entendido, ilumineme ¿era así de jeropa como lo pintan en la peli esa que trata sobre como el gordito le destruye los nervios a la protagonista de los pájaros?

Capaz que le quedó fea "El tiempo recobrado" a Raúl Ruiz. Y Marcel está igualito...

Mencantó la propuesta. Cada vez mejor la chanchita eh?

Alvaro Fagalde dijo...

Maca: no vi la de la filmación de "Los pájaros", sí la de la filmación de "Psicosis".

El gordo se encachila mal con la actriz (Tippi Hedren, madre de Melanie Griffith) y se le tira arriba. Para peor, después se encarga que la tipa -que era medio flojota pa estrella- no consiga grandes papeles en Hollywood.

Evidentemente, era un frustrado sexual.

Alvaro Fagalde dijo...

Canchita, no chanchita.

Macarena dijo...

Jajaja fucking texto predictivo.

Macarena dijo...

Te compite el Iris. Vamo arriba! Buena columna!

zorro d colonia dijo...

faga,te boicotearon la columna con un enlatado

LaSordaDeMierda dijo...

Que tipo que me curiosidad pero no me han dado las bolas para ver alguna obra.

Ya que estamos, consulto: ¿viste El Padrino? Lo leí y me encantó. ¿Qué tal la película?

Anónimo dijo...

q olor!!

Anónimo dijo...

buenaza la columna,Faga

Alvaro Fagalde dijo...

Si vi El padrino?

Vi cada una como tres veces. La primera una obra maestra, la segunda muy buena, muy sólida y la tercera mas o menos.

Como quien dice, en bajada. No leí el broli.

Alvaro Fagalde dijo...

Iris: hacete dar.

Yo le doy a Iris Fariña, a pesar de la diferencia de edad...

Alvaro Fagalde dijo...

Y a Laura.

Anónimo dijo...

mmmmmm

Evaristo dijo...

Muy bueno che. Yo creo que te habia comentado la otra vez sobre la pelicula Hithcock con Antony Hopkins, a pesar de no ser la gran cosa estaba interesante y actuaba la escarlett
Voy a bajar la de la ventana que no la vi y parece muy interesante

Buena Fagalde siga asi

Mauro M. dijo...

Bien Decano, bien vos.

Otro debe en mi lista es Hitchcock.

Diego Floyd dijo...

Selente como siempre Fagalde!

Creo haber leido por ahí que Hitchcock revolucionó la cosa en parte porque él empezó a mostrarte lo que le iba a pasar al protagonista antes de que el propio protagonista lo viera. Como que cambió la optica del suspenso "clásico" de espectador del lado de la victima al espectador como participante con su óptica propia.

Qué opinión le merece al respecto, gentil Decano?

Ce dijo...

Magnífica columna, Faga.

Un grande el gordo Hitchcock. Los créditos de apertura de sus películas son todo un espectáculo en si mismo.

mike yanagita dijo...

-"Qué es un mcguffin?
-un aparato para atrapar leones en las montañas Adirondak.
-Pero no hay leones ahí.
-entonces no es un mcguffin".

El mcguffin es la nada, el pretexto.
(el cine según Hitchcock)

Muy buena la nota, a la altura de un Alsina Thevenet o un Miguel Dobrich (rico pibe)

El mejor Hitchcock, técnicamente: 8 a la deriva.

Alvaro Fagalde dijo...

Floyd: el se oponia a la sorpresa.

Dijo en el ya famoso libro de entrevistas de Truffaut:

Si estamos hablando nosotros y explota una bomba hay miedo y sorpresa pero no suspenso.

Si mostramos al terrorista poniendo la bomba y despues a nosotros hablando, tenemos cinco minutos de suspenso muy efectivo...

Alvaro Fagalde dijo...

La pelicula Hitchcock para mí es mas o menos.