miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Hasta dónde llega la infancia?




Si me apurás te contesto: hasta donde la podamos estirar. En este momento, en el que nos encontramos sumidos en pleno debate acerca de la baja de la edad de imputabilidad penal, el dilema cobra otra relevancia. Se podría ir más atrás en la pregunta y cuestionarse qué es la infancia. Hay ríos de tinta derramados en publicaciones muy sesudas, tratando de intelectualizar una etapa de la vida que cada uno transcurre como puede. 

Quizás logremos llegar a un acuerdo si asumimos que la infancia se corresponde con una etapa de desarrollo psicológico y emocional que en determinado momento alcanza una meseta, la planicie adulta (aunque según un tipo que es crack, Estanislao Bachrach, defensor de la plasticidad cerebral, esto tampoco sería tan así). 

Pero crecer no implica sólo ganancias, también pérdidas y renuncias. El “no saber”, una suerte de “sano desconocimiento”, es propio de esta etapa. Ser niño o niña, también tiene que ver con el momento en que un botija está preparado para procesar determinada información o atravesar equis circunstancia sin sufrir un trauma -espacio para que los psicólogos se broten- o secuela emocional.
Y mientras debatimos todo esto, siguen cayendo bombas sobre hospitales y escuelas. De más está decir que un botija no es un papel en blanco ni mucho menos. Nadie nace bueno ni malo, pero tampoco nadie nace vacío. 

Estudios como la epigenética , entre otros, han demostrado la influencia del entorno en el desarrollo de un individuo desde el vamos, desde que es una célula con la capacidad de multiplicarse y especializar sus tejidos. Con esto no quiere decir que un ser esté determinado, pero sí está condicionado, y lo que haga con esas condiciones tendrá mucho que ver con su desarrollo como persona.

Entonces nos encontramos con propuestas del mundo adulto que pretenden acabar con “la maldad” sembrando el terror sobre una comunidad o disminuir los índices de criminalidad encerrando a los progenitores y su descendencia. Buenísimo, se nota que faltaron a clases de biología y a las de ética ni se apuntaron.

Volviendo a la pregunta inicial, podemos decir que la infancia llega hasta donde estén dadas las condiciones óptimas para que un botija se desarrolle de la mejor manera posible, en base a sus potencialidades. El aporte de las neurociencias nos dejó esta palabrita bastante fea, la resiliencia , pero que pretende dar cuenta de esta capacidad que tiene cada uno de tropezarse y volverse a levantar. 

No obstante el concepto de infancia lleva implícita una cuota de vulnerabilidad, que vista desde el punto de vista positivo, se traduce en una serie de derechos que deben ser protegidos para que esa vulnerabilidad no se transforme en una debilidad.

Pero también hay aspectos de la infancia que tienen que ver con una forma de pensar, de estar en el mundo y ver todo por primera vez, que aportan una lucidez que los adultos habíamos olvidado o sencillamente ya no somos capaces de practicar.

De ahí la importancia de escuchar a la botijada, de parar la oreja y abrir bien los ojos para tomar nota de cómo ellos nos están mirando, de cómo perciben nuestro mundo adulto. Seguramente tengamos mucho que aprender, siempre y cuando estemos dispuestos y dispuestas a hacernos cargo de nuestra ignorancia. 

 

19 comentarios:

Mauro M. dijo...

Va poronga para Maca por una nueva e interesante columna.

Bien Maca, bien vos.

Mauro M. dijo...

Me gustó lo del final, eso de como ven los borregos lo que están haciendo los adultos.

Anónimo dijo...

En primer lugar, "transcurrir" es intransitivo. Las etapas de la vida transcurren, pero uno no puede transcurrir una etapa de la vida.

Anónimo dijo...

En segundo lugar, la gente que se dice madura es la más aburrida del planeta.

Anónimo dijo...

En tercer lugar, me encanta cuando los niños dejan en evidencia los incoherencias del lenguaje. Porque los pájaros en realidad "volan", no "vuelan". Punto para los niños, digo yo.

zorro d colonia dijo...

un crá como los de antes el Estanislao.
La columna todo un lujete,como siempre.
Yo para mi que la niñez va hasta dónde uno quiera y pueda,ya que por circunstancias diversas hay niños que apenas la han disfrutado 5 o 6 años porque lo hacen salir a la calle a pedir u otras atrocidades.
EL NIÑO TIENE QUE JUGAR!!!

Diego Floyd dijo...

No la tenía a Maca con el mismo argumento porlapositiva

Diego Floyd dijo...

Una columna preciosa porciertamente

Sinca Bellos dijo...

Bien Maca bien eh!!! Viva los niños!!!

Unknown dijo...

Paren la mano.
La infancia esta muy sobrevalorada. Basta!
El Dr. Spock fue un gran fiasco.
Y me refiero a Benjamin SDpock y no al orejudo de star trek.

Macarena dijo...

Adriy: paaa mal yo, se ve que me confundí con la canción esa que dice: "No / Permanecer y transcurrir /
no es es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida".

Diego: No sé a qué argumento cuquiano me estarás vinculando. Perdón por mi ignorancia. Como sea, digo NO a la baja.

UnKnow: ehhh no entendí.

Vengo de pasar tres maravillosos / intensos / caóticos días de introspección con mis botijas y no tengo ningunas ganas de volver al mundo adulto del trabajo, la falta de espontaneidad, la pose y la posición tomada (que no son lo mismo, aunque se parecen bastante)

Feliz primavera para todos y todas.

Anónimo dijo...

sé de muchos q no han ido a clases de etica.....
La niñez dicen q es la mejor etapa y apenas nos acordamos....

Unknown dijo...

Creo que podemos aplicar el terminno infancia a por lo menos dos cosas. A saber, determinada edad donde surgen cambios físicos en el individuo y en el cual termina la infancia y determinadas conductas emocionales que nos pueden acompañar toda una vida. Psicológicamente se puede ser brillante en algo y totalmente infantil en otras cosas al mismo tiempo no dependiendo de ello la edad. A mi modo de ver es una etiqueta más de las que abundan en las sociedades que se usa mas que nada para decir que el individuo es un niñ@, está en edad escolar, etc.

Unknown dijo...

Quedó medio entreverado el comienzo del comentario anterior pero creo que se entiende igual.

Mauro M. dijo...

Yo entendí Kurco.

Unknown dijo...

yo también Kurco.
Peliculón los pitufos!
Ayer la vi con los chiquitos míos

Unknown dijo...

Arriba gurise'.

- Itu - dijo...

Madurar ni empedo, mi infancia sigue, disfrute la niñez de mi hija mayor, jugue a su nivel siempre, ahora hago lo mismo con mi hija menor, 13 años después, la diferencia es que me duelen mas las rodillas al levantarme, estoy mas viejo, pero sigo siendo un niño!

zorro d colonia dijo...

notable Itu,esa es la actitud,no dejar de jugar,por más que uno a veces parezca el abuelo de la criatura