sábado, 20 de septiembre de 2014

Gol a boca de urna

Breve ensayo acerca de cómo las diversas fuerzas políticas podrían aprovechar los logros futbolísticos para crecer en las encuestas.
Publicado en Brecha, 19-09-14.

Que el estado de ánimo de los pueblos y sus gobernantes está muchas veces atado a los resultados deportivos, no es algo que esté en tela de juicio. Muchos recordamos la denominada "Guerra del Fútbol" que estalló allá por 1969, luego de que El Salvador dejara afuera a Honduras de la Copa del Mundo de México en serie que se estiró a tres partidos. "¿Nos dejaron afuera del Mundial? Pues bien: a las armas" gritaron a viva voz los ancestros de Tyson Núñez, Saúl Martínez, Junior Izaguirre, José Velázquez y todos esos futbolistas hondureños que sabrían brillar en nuestras canchas.

 Incluso hay quienes afirman que el golpe de estado que terminó con la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen en la hermana República Argentina mucho que ver tuvo con la derrota albiceleste en la final del primer Campeonato Mundial (pasó poco más de un mes entre una cosa y otra). A Hipólito no le perdonaron haber sucumbido ante una provincia.

En algunos casos, el vínculo ha sido aún más directo. Mucho se ha escrito sobre cómo las dictaduras argentina y uruguaya pretendieron apoyarse en el fútbol para ganar en la cancha el apoyo popular que perdieron o jamás tuvieron en los demás ámbitos. Así fue que los dictadores argentinos organizaron un Mundial, y los nuestros -a nuestra escala- un Mundialito. Ambos seleccionados locales consiguieron el triunfo, pero la gente fue lo suficientemente perspicaz para separar los tantos. Festejar los goles de Kempes y Victorino no suponía necesariamente un apoyo a regímenes destinados a sucumbir.


Sin embargo, cuando la dicotomía no es "democracia - dictadura" sino "izquierda - derecha" (o todas las variantes del espectro que se quiera mencionar), cuesta más despegar a los líderes políticos de los logros deportivos registrados durante sus respectivas administraciones.

En los años 90, mientras nuestro fútbol daba pena en todos los órdenes posibles (desde lo deportivo a la indumentaria, aquellas camisetas marca "nr" con los cuadraditos y rombitos y el short azul), teníamos a Gustavo Trelles como máxima figura de nuestro deporte. Y hablar de Trelles era hablar de Ancap. Que sus cuatro campeonatos mundiales de rally (Grupo N) hayan llegado entre 1996 y 1999 lo sitúan como uno de los mejores exponentes del segundo sanguinettismo. Pasó lo mismo en 2000 con el triunfo de Wynants, para muchos el logro más destacado del gobierno de Jorge Batlle. No en vano todos recordamos aquel spot de campaña denominado "Jorgito lo hizo", en el que el listado abarcaba desde la medalla olímpica del Mílton hasta el triunfo ante Australia en el repechaje del 2001, y que terminaba con Jeff Granger diciendo "we are fantastic" a la cámara.

Podrán decirnos que un gobierno no debería adjudicarse los logros futbolísticos por una razón básica: la FIFA no permite que el Estado intervenga en las decisiones de la federación de su país, bajo amenaza de dejar al país en cuestión sin competición oficial. Y como no hay nada que haga más feliz a los pueblos que jugar un Mundial, el Estado opta por adoptar una posición generalmente pasiva.
Sin embargo, uno imagina que detrás de toda selección campeona del mundo hay un Estado que decide apoyarla, ya sea con infraestructura, o con políticas tendientes a maximizar las posibilidades de generar futbolistas cada vez mejores. De otro modo no se entendería que los jugadores argentinos saluden desde el balcón de la Casa Rosada, o que Mujica se haya subido al escenario junto al también ex guerrillero Gorzy el día que los muchachos celestes llegaron desde Sudáfrica.

El Frente Amplio captó perfectamente esta realidad, y en su emotiva campaña denominada "Uruguay cambió en mí", incluyó al velocista Andrés Silva entre quienes brindan su testimonio. Aquel que durante segundos fue medallista olímpico para el Doctor Da Silveira (que por entonces no conocía la filiación tupacomunista del atleta tacuaremboense), nos cuenta -palabra más, palabra menos- cómo el apoyo que ha recibido del Estado le ha permitido competir a nivel internacional y obtener así excelentes resultados. No sé usted, pero yo la próxima vez que vea correr a Andrés, lo imaginaré de rojo y con una hoz y un martillo en el pecho.

La pregunta es: ¿por qué el Frente Amplio no eleva más la mira y va por lo que realmente le cambió el estado de ánimo a los uruguayos durante estos últimos años? Ni la baja de la pobreza, ni la del desempleo, ni los consejos de salarios ni los avances en materia de derechos o el Plan Ceibal lograron el efecto revitalizador de los triunfos de la selección uruguaya de fútbol.

¿No sería más redituable electoralmente tener a un Luis Suárez afirmando que si pierde el Frente Amplio barajaría la chance de renunciar a la selección? O un Oscar Washington afirmando algo así como "yo sé lo que es jugar un Mundial con un gobierno blanco, y le aseguro: no se lo deseo a nadie".

A continuación, compartimos algunas ideas para posibles spots políticos, para todas las tiendas, porque no nos casamos con nadie.

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 (Exterior, noche. Serie "Volver al Futuro").
Científico> Vengo del 2020, y no sabés: no clasificamos más a los Mundiales. En el 2017 perdimos el repechaje con Jamaica y lo que es peor: para el 2022 ya no hay repechaje. Y si sos hincha de Nacional, sabelo: sigue Ache de presidente y Rafa García de zaguero. Y si sos de Peñarol, ni te digo: Carlitos Núñez entrena diferenciado por una sobrecarga en el posterior.

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(Interior. Plano corto. Pablo Mieres le habla a la cámara. De fondo se ve el gol de Gerardo Miranda a Velichco en el 87, y el que se hizo Biglianti en las finales del 2008).
Mieres> "Somos la otra izquierda. Somos el Defensor Sporting de la política, pero sin Cubilla, que mucho la izquierda no le gustaba. Y te lo digo yo, que soy hincha de Nacional. En octubre, danos tu voto. Si ganamos, damos la vuelta olímpica al revés con Ramos, que no es el Chicharra, pero que tira unos centros bárbaros".

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(Interior. Pedro Bordaberry le habla a la cámara).
Pedro> ¿No estás cansado de festejar cuartos puestos o finales perdidas por los Juveniles? ¿Sabés cuál es el partido que le ha dado más triunfos al fútbol uruguayo? Yo, dos Mundiales, dos Oros Olímpicos y 12 Copas América. ¿Y vos?
Locutor> Para volver a vivir una vuelta olímpica en paz, Pedro presidente.

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(Exterior. Remix del spot "rappeado" de Lacalle Pou).
Canta Lopecito>
Nueva esperanza, gran ilusión.
Plantémonos fuerte, avancemos despacio.
Bonomi, out,
tuiteó el Bocha Cardacio.

Queremos hacerlo, estamos preparados,
a USA no fuimos por los repatriados.
Dejemos de pensar que todo está mal,
comprate un par de palcos en el Gran Parque Central.

Unir esfuerzos, ser positivos,
saquemos a Tabárez, sobran los motivos.
Soplan nuevos vientos, ojalá los aproveche,
¿decís que no te gustan los rulos de Arbeleche?

Si andamos mal, nos avisan.

13 comentarios:

Sinca Bellos dijo...

Un periodista jugado es el que utiliza en la misma frase rulos y arbeleche.
Ojalá no cambies nunca loco!!!!

Sinca Bellos dijo...

La Copa América que ganaron Harry y el Ceja no valen tupa??
Volvé por la tatucera de la que saliste.

Andrés Reyes dijo...

La que vale es ésta.

Andrés Reyes dijo...

¿Cómo está para meter una klandestina esta noche?

Sinca Bellos dijo...

No estaría tan de acuerdo en éste* último concepto. Creo que ya te lo comenté.

Sinca Bellos dijo...

Se presta mucho pa la desubicación

Andrés Reyes dijo...

Ah, le salió la moralina al señorito.

Sinca Bellos dijo...

Hablando de estupefacientes, que es de la vida del Deta???

El_Pordiosero dijo...

Muy buena Reies!

Una lastima que Carlitos Nuñez siga de joda para ese entonces. Ya deberá ir a Cafe Bolero y no a Azabache.

zorro d colonia dijo...

y,hubo Klande?

Sinca Bellos dijo...

Bue

Anónimo dijo...

q Arbeleche?

Mauro M. dijo...

Bien Reyes, bien vos.

Igual el paralelismo "PI - Defensor es de una hijoputez importante.