Salada la canchita: Scarlett es uruguaya y se desnudó en una de Almodóvar

Habíamos prometido comentar "Bajo la piel", el largometraje independiente de ciencia ficción en que la Scarlett Johansson tira la chancleta y se desnuda con ganas. Pues bien, vamos a cumplir nuestra promesa de una vez por todas. También -en esta especie de salpicón que es la columna de esta semana- presentamos el Y.E.T.P.A.P. de la semana, un video -que medio me cagó la novedad el Max en FB- con un sketch de Capusotto recién salido del horno, donde caricaturiza al uruguayo medio y, por si fuera poco, después de un largo tiempo, retomamos la sana costumbre de presentar un film completo para el disfrute de la fanaticada fagaldeana.


La protagonista excluyente del film de Jonathan Glazer -que vuelve a dirigir luego de casi una década- es la divina ya mencionada, quien es una extraterrestre que, como hacen todas las alielígenas que conocemos, no habla más de la cuenta y la película sigue el mismo camino: sus explicaciones son visuales, no hay nadie dispuesto a aclararnos nada y -no sé si a propósito o no- se juega con cierta ambigüedad narrativa que a algunos (publicidad incluída) les hizo acordar a la genial "2001, odisea del espacio", film muy diferente por cierto.

En realidad, la anécdota no es demasiado original. La E.T. (llamémosla así) tiene un jefe en moto y su misión es levantarse hombres, atraerlos hacia un pasillo oscuro peor que las pistas del Suda y ahí son engullidos por una pileta por encima de la cual la Scarlett puede caminar tranquila. Los giles son engullidos y su carne parece ser llevada a alguna cinta transportadora que, para mí, sirve para hacer alguna "Cuarto de libra" o "Whopper". Eso sí, mueren con terrible erección, qué se le va a hacer...

Poco a poco -especialmente luego de encontrar a una especie de hombre elefante que le impresiona por su soledad y su baja autoestima- la E.T. comienza a cuestionarse su papel y a querer saber quién es. Deja irse al "hombre elefante" -que igual marcha, jefe mediante- y abandona su labor. Descubre el amor y/o el sexo y/o la ayuda desinteresada a otro y entra en crisis. Un poco morosa de más, un poco ambigual al santo pepe, termina siendo (el final levanta un poco el puntaje con una contundencia narrativa que se hace desear en el resto del metraje) un film interesante y ambicioso pero no del todo logrado. La Scarlett pone empeño, se la juega pero el papel es muy difícil (debe expresar una intensa vida emocional detrás de una fachada inerte) y no le da el cuero para tanto. Bueno, con todo lo que se le ve mejor no hablemos de cuero.

Salada la canchita es una columna que no te escatima en nada. Acá volvemos a presentar un largometraje completo. Probablemente, nuestros lectores más jovenes no conocen al Almodóvar que fue un  particular descubrimiento -con varios años de retraso aquí- y que generó un culto muy especial, que se ha ido apagando con el correr del tiempo y la pérdida inevitable de la sorpresa inicial. La particular carrera del director español ya será tratada en un futuro pero aquí les presentamos su segundo largometraje: Laberinto de pasiones (1982) de cuando Almodóvar era Almodóvar y no ese libretista principiante de murgas viejas en la que se convirtió con la pésima "Los amantes pasajeros". Esperemos que el tipo la vuelva a embocar, aunque no sabemos si tenerle fe. 

Y.E.T.P.A.P.

+ RICHARD ATTENBOROUGH. Para algunos fue solamente el director de "Ghandi", excelente ejemplo de ese semi-género británico inventado por David Lean: la biografía sólida, liberal, inteligente y un poco chapada a la antigua. Pero el tipo había sido un exitoso actor en su juventud (había nacido en 1923) y también había dirigido una super producción antibélica "Un puente demasiado lejano" en 1977 con Michael Caine, James Caan, Dirk Bogarde, Sean Connery, Robert Redford, Laurence Olivier, Liv Ullman, Gene Hackman, Anthony Hopkins y el colorado de Omar Gutiérrez, que habrá que volver a ver. Después de "Ghandi", realizó cosas como "Grito de libertad" (1987) con Denzel Washington haciendo de Biko y "Chaplin" (1992) con Robert Downey haciendo del Carlitos de la gente y su hija Geraldine haciendo de su propia abuela. Películas que estaban bien pero nada más. Actuó haciendo de veterano millonario y desubicado en "Jurassic park" de la misma forma que si hubiera sido un pobretón ubicadísimo. Quiero decir, que ya ni se acordaba que había sido un actor reconocido. Antes había hecho de representante británico en "Los jugadores de ajedrez" (1977), del maestro hindú Satyavit Ray. Se murió de viejo, nomás.  

Y por el mismo precio, el referido sketch de "Peter Capusotto y sus videos", con James Bo, agente arrepentido yorugua. No tiene nada que ver con el cine, pero a mí me gusta.