Que comience el chou

Si bien al cierre de esta edición existe una ligera chance de que la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales paralice sus acciones en solidaridad con los delincuentes tricolores fugitivos, estaría todo dado para que este sábado sobre las 15 horas comience a rodar la Penalty sobre los generalmente desparejos fields vernáculos. A continuación, y siempre para sumar, presentamos una serie de propuestas tendientes a hacer de este "deporte único en el mundo", un deporte aún más único, pero único bien.

Publicado en Brecha, 15/08/14.

Canchas

Mucho se ha dicho en las últimas horas respecto a los estadios de nuestro fútbol, en particular del más televisable de todos (el Parque Central). Defensor se quejó del espacio destinado a su parcialidad, Nacional respondió "entonces comprame la tribuna entera", Defensor dijo que no, y las relaciones entre dos de los tres equipos que más torneos cortos han ganado en lo que va del siglo se arruinaron un poco más[1].

Si se ve o no se ve no es algo que Nacional o ningún otro club deba controlar: la Intendencia de Montevideo (para las canchas capitalinas) a través de su división de espectáculos públicos tiene a su cargo dicha tarea. No en vano en las tribunas cabeceras del Centenario llegó a haber unos carteles que rezaban algo así como "señor, señora: evite sentarse acá abajo porque no se ve ni la colonia".

Más que pensar en ver o no, los hinchas visitantes que llegan al Parque Central podrían priorizar el poder retornar a sus hogares sin haber recibido una pedrada en la sien, algo que lamentablemente se ha hecho común desde que tenemos a este Nacional fuerte y recio en todas las canchas, que no se comía ninguna hasta que se comió la del permiso de Nacho y el Mama. La dirigencia de Nacional que tanto ha hecho para brindarle comodidades a los jugadores (propios y rivales) y a la prensa que ningún otro club que no sea Danubio brinda, debería esforzarse también por garantizar la integridad de las hinchadas visitantes[2]. Hinchadas para las que acudir al Parque debería ser algo parecido a una fiesta, dado la insana costumbre de jugar en todos los escenarios que tienen los clubes menos agraciados políticamente.

Equipos

No vamos a hablar del nivel de nuestro fútbol, que a esta altura no es ni mejor ni peor que el que puede verse en el resto del continente. Sin ir más lejos, San Lorenzo acaba de consagrarse campeón de la Libertadores gracias a un penal dudoso y con Cauteruccio como centrodelantero, un hombre que en Nacional nunca encontró el lugar que sí encontraron el Cacique Medina, el Morro García o hasta Taborda.

Basta analizar el caso de Defensor Sporting, que estuvo a centímetros de llegar a la final de la Libertadores, y que cuando comience el Uruguayo estará complicado en la tabla del descenso. ¿Será que estamos tan lejos? ¿Es cierto que acá jugamos a otra cosa mientras en Argentina y en Brasil despliegan un fútbol depurado que nos es inabordable?

Tiendo a creer que nuestros equipos no consiguen éxitos internacionales no porque jueguen mal, sino porque están obligados a vender sus mejores jugadores. Uno puede tener el mejor planteo táctico, con un sinfín de variantes y un exquisito trato del balón, pero si en el otro equipo juega Neymar y en el tuyo Martinuccio, lo lógico es que finalmente pierdas. Dicho de otra forma: mientras Peñarol siga ensimismado en la noble tarea de gastar sumas inverosímiles en jugadores de escasa valía, tapando juveniles y privándose de traer a una figura realmente desnivelante, la gloria internacional seguirá estando lejos. El caso de Nacional no es mucho mejor, pues si bien promueve juveniles luego gasta sumas ridículas en jugadores de escaso o nulo aporte[3].

Algo que sí puede mejorarse es la indumentaria de los equipos. No hay camisetas más desagradables de ver que las del fútbol oriental. No ya por los diseños de la casacas en sí, o porque estén confeccionadas con finos materiales de origen chino, sino por la cantidad indiscriminada de logos que presentan.

¿Cuántas camisetas hemos visto arruinadas por el logo de "Rinde 2" o por el de "Natal"? Y no tenemos nada contra esas empresas que han decidido invertir en nuestro fútbol, todo lo contrario. Nos cuestionamos cómo a nadie se le ha ocurrido  reglar la presencia de sponsors. Ya no coartando la cantidad (lo lógico sería tener uno adelante, uno en la espalda, y si nos ponemos permisivos, uno en las nalgas), sino el color: todos los logos en un único color, que de alguna manera combine con la camiseta del club en cuestión. ¿Será mucho pedir?

Un fútbol con jugadores desconocidos, en canchas generalmente no muy buenas, en estadios desvencijados o semivacíos, y con camisetas plagadas de logos sin seguir el más mínimo rigor estético, es invendible.

Diríamos pues que la diferencia más marcada entre el fútbol uruguayo y el resto, a favor del resto, está en cómo se nos presenta el producto a nosotros y nosotras, el público. Por momentos parece que a nadie le importa demasiado la dimensión visual del espectáculo, quizás bajo el entendido de que el hincha quiere ver a su equipo y no tiene tiempo para preocuparse por detalles. Lo que nos invita a centrarnos en el tercer y último ítem.

Televisación

El gran problema de las transmisiones televisivas del fútbol uruguayo es la previsibilidad. Haga el ejercicio de entrar a youtube y busque imágenes del fútbol uruguayo de fines del siglo pasado, y verá que prácticamente nada ha cambiado. Los mismos periodistas (a excepción del fulgurante ascenso de Pablo Londinsky) diciendo las mismas cosas ("amarilla", "¿dulce o salado?", "se juega, se juega", los sinónimos de J. C., etc.), la misma grúa detrás del arco, y las mismas cámaras que permiten unas repeticiones en cámara lenta similares a las que podía uno obtener con el "slow" de una videocasetera en los años 80.

Todo está mecanizado, todos y todas sabemos lo que vendrá: termina el primer tiempo, tanda, vuelven a la cancha, el relator nos recuerda el score y dice "ya volvemos", vuelve la tanda (que encima arrancará con la publicidad de Red Pagos), vuelve a la cancha, ahí el comentarista tira unos conceptos y muestran el gol, nueva tanda, y vuelve la cancha para que el relator le pregunte a Pastorino y Muñoz si hay cambios, ya con el segundo tiempo comenzado.

Nobleza obliga aceptar que en la temporada anterior se introdujeron algunos cambios. Apareció un chroma de los escudos de los rivales con el marcador parcial del encuentro aparecía impreso sobre el campo, efecto que vimos por primera vez en las transmisiones de la extinta cadena PSN, allá por 2001. Y a la hora de los tiros libres se imprimió un círculo para marcar la distancia entre el pateador y la barrera, junto a los metros que separan al balón del arco, aplicando tecnología que debutó en la Copa del Mundo de Italia 90.

Pero cualquiera que haya visto fútbol internacional en el último lustro sabe que están de moda las estadísticas. Queremos saber qué equipo tiene mayor posesión del balón, cuántos malos pases hizo Estoyanoff, cuántos decímetros corrió Recoba. Ya no es interesante saber la cantidad de córners, de infracciones y de posiciones adelantadas.

Y ahí precisamente está la magia: estos nuevos datos son imposibles de corroborar, y por ende, no tienen que ser necesariamente ciertos. Basta con aplicar el sentido común. ¿Juega Peñarol con Rentistas? Pues bien: Posesión: Peñarol 63%, Rentistas 37%. Dirá Scelza: "es más Peñarol pero le cuesta plasmar esa superioridad en el marcador, donde sigue ganando Rentistas 2 a 0".

¿Cuántos metros recorrió Darío? Y bueno... en una tiró un outball, ponele que 20 metros. En una fue a protestarle al juez, 4 metros más. Y fue a saludar a Zalayeta en el gol, 16 metros. Total: 40 metros.

Y cuando nos queramos acordar, tendremos un fútbol de primer mundo.

Bonus track

Mis elegidos

Tras un sesudo análisis, éstos serán los principales animadores del Campeonato Uruguayo 2014 - 2015, Copa Robin Williams.

Lubo Adusto Freire

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[1] Desde 2001 a nuestros días, Nacional ganó 10 torneos cortos, Defensor y Danubio 5, Peñarol 4, Rocha y Wanderers 1.

[2] Danubio y Nacional tienen los mejores vestuarios y las mejores instalaciones para la prensa, con gran diferencia sobre el resto. En Jardines del Hipódromo las cabinas hasta tienen vidrios polarizados, según se comenta, a pedido del Doctor Da Silveira. Supongo que por recomendación del Doctor Cesio, viejo amigo.

[3] No mencionaremos nombres porque detrás de ese lateral que gana fortunas y no es capaz de meter un desborde y tirar un buen centro en todo el año, hay una familia.