Cinema Soca: Para sacarle una sonrisa a un chancho

Existen múltiples formas de pudrirla en un evento social. Imagine una reunión de compañeros de trabajo; un “después de la oficina” (si usted trabaja en una oficina) o un “después de la ruta” (si usted es inspector de tránsito o camionero, por ejemplo). Suponga que un viernes a la tarde, sus compañeros y compañeras inspectores, deciden fraternizar mediante la ingesta de bebidas y la degustación de alimentos de origen porcino. Ante esa situación, usted tiene varias alternativas con cierto estilo para generar malestar en el resto. Por ejemplo, puede llegar a la reunión vendiendo rifas de Green Peace con fotos de daneses despedazando orcas y delfines en las islas Feroe. También puede arribar a la fiesta y desarrollar una acalorada defensa de por qué el pelado Silva tiene que ser convocado a la selección. O bien puede intentar persuadir a la barra que el verdadero Hugo Chávez murió asesinado en 2005 en manos de un apóstol del peluca Valdez, mientras visitaba la localidad de Bolívar, al norte de Canelones y que el nuevo Chávez es sólo un clon hecho por el mismo creador de Tony Ramos y Reginaldo Faria.

Pero como esta es una columna de cine, aquí siempre estamos buscando formas de fermentar sentimientos y sensaciones un tanto nocivas a través de buenas películas. Ese es el espíritu de Cinema Soca. Y es gracias a ese servicio a la comunidad que hemos sido recientemente nominados a los premios “Victor Lissidini” en el rubro “Nota más intransigente en blog colectivo”.

Por este motivo, la película recomendada de hoy difiere un tanto de las anteriores recomendaciones. Para decirlo de un modo rápido: mientras los anteriores films mostraban la cara dura de nuestra vida, la recomendación de hoy apela a otra faceta bien diferente. Podríamos decir que dicha película puede pudrir la cosa gracias a su carácter netamente bizarro y garboso (¡cuidado con tus pozos!). El film en cuestión es español y se llama “El milagro de P. Tinto”. Esta película de 1998, fue escrita y dirigida por Javier Fesser. ¿Qué estaba pensando ese señor cuando hizo este largometraje? Vaya uno a saber. Pero lo cierto es que “El milagro de P. Tinto” es una obra sin mediatintas: o bien te puede cautivar de un modo desmedido, o bien te puede parecer una inmundicia. ¿De qué trata la obra en cuestión? Si bien es difícil de explicar, podríamos decir que P. Tinto es un hombre que intenta forjar una familia y junto a su esposa decide adoptar un niño africano. Por un malentendido, en vez de recibir ese niño africano, terminan por adoptar un par de extraterrestres y un muchacho fugado de un manicomio. Es un film que se ha vuelto de culto para muchos. Si no lo han visto, aquí les dejo un link a Iu Tu Vi. Un amigo me contó que miró esta obra maestra luego de fumar unos cigarrillos de marihuana legalmente adquiridos en un local de la Administración Nacional de Combustibles, Alcoholes, Portland y Porro (Ancapp). Según dice este amigo mío, el grado de bizarrees que se puede experimentar ante tal combinación es bastante elevado.

Les dejo dos videítos de muestra. Pero antes quisiera formular la pregunta sobre la película de la semana pasada. Esta vez es muy sencillo: ¿usted vio la película? Si ese es el caso ¿Qué le pareció? Respuestas a la misma reciben puntaje a discreción.