Un día de estos va a salir un Chicotazo televisivo...

Hay dos películas que retratan a un tipo que sale en la TV, se hace popular y se delira como un reformador mesiánico de la sociedad. Una se llamó acá "Un rostro en la muchedumbre" (A face in the crowd), fue dirigida por Elia Kazan en 1957 (apenas un año después que apareciera la caja boba en el paisito) y la otra "Poder que mata" (Network) por Sidney Lumet en el año 1976, o sea hace mucho tiempo. Ambas son bastante recomendables. ¿Alguien se animará a hacer otra en tiempos del cable y la Internet?.

Benito Nardone fue un olvidadísimo político que comenzó con los colorados y después terminó fundando un sector dentro de los blancos. Al aliarse con Herrera, permiten el triunfo del Partido Nacional después de más de 90 años de gobiernos del tradicional rival. Recientemente se ha comprobado sin lugar a dudas que trabajó para la C.I.A. mientras ascendía al poder (o sea que lo que siempre te decían los bolches cuando discrepabas con ellos ésta vez era cierto). Dicho sea de paso... ¡que cara de facho, mismo!.

Lo más interesante de su carrera es que se hizo famoso -y consiguió votos- con una audición en la hoy ignota CX 4 Radio Capital, en ese entonces Radio Rural. Antes de la llegada de la televisión Nardone con el curioso seudónimo Chico Tazo -costumbre muy común en el periodismo de la época- se hace de una audiencia numerosa oponiendo -tengo noticias porque nací después que él muriera- de una manera demagógica y esquemática a la población del interior con la de la capital, utilizando dichos típicos camperos ajenos a su real cultura, dado que era más montevideano que el Parque Rodó.

Tuvo su grupo -los ruralistas, entre los que militaban abuelo y papi Bordaberry- y su influencia en mucha gente pero cuando llegó al gobierno su obra fue bastante escasa y es -diría Yannuzzi- uno de los olvidados de la política uruguaya, probablemente con toda justicia. En los últimos años su prédica paranoica y anticomunista se hizo medio payasesca incluso para la conservadora sociedad charrúa de los 60.

Todo muy lindo pero, ¿qué tiene que ver con la televisión?. Tengo la teoría muy personal de que quienes conducen un programa exitoso no tienen ni la menor conciencia de la importancia enorme que mucha gente les adjudica en su vida. Por diferentes razones la gente le suele dar un lugar muy superior al que debería ocupar un electrodoméstico que le aporta entretenimiento audiovisual para transformar a Susana Giménez, Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli y/o Jorge Rial en los amigos o familiares que probablemente en la vida real no le dan lo que quisieran. No hay gente tan diva aquí en nuestro país que influyan tanto por varias razones, una de las cuales es el propio tamaño del mercado.

Muchos se ofenden -incluso en este blog supuestamente irreverente- si alguien critica a algunas de las estrellas ya mencionadas, no por discrepar con lo ya dicho sino como si uno se refiriera con injurias a la vida íntima de la madre del interlocutor -o lector- atreviéndose a profanar lo más sagrado de nuestra sociedad. Quien escribe odia las vacas sagradas y se solaza en bajar del pedestal a cuanto dios ande por ahí, criticando y burlándose de todo el mundo, incluyendo en primer lugar a sí mismo. Quienes realizan una actividad tan pública como conducir un programa televisivo son elementos a criticar si hay fundamentos para ello, llámense Omar Gutiérrez, Sonia Breccia o Fernando Vilar. En mi caso, no conozco personalmente a ninguno de ellos, asi que mis opiniones son estrictamente sobre su actuación al otro lado de la pantalla.

Alguna vez coqueteó Tinelli con fundar un partido político, alguna vez fracasó estruendosamente la feísima y superególatra ex vedette derechista Moria Casan en su candidatura y aquí se especuló con presentar a Omar como intendente maragato. Es indudable que todos los mencionados -y Schubert Perez, Sergio Pugila, Noelia Campos y todos los demás- tienen todo el derecho del mundo a candidatearse al igual que cualquier otro ciudadano, incluyendo quien escribe. El problema no será de ellos sino de la gente que endiosa a quien ve todos los días en su programa preferido y se cree todo lo que ve porque nuestra televisión -y nuestro sistema educativo- lo han criado como un espectador pasivo, que agacha la cabeza y dice que "sí" a todo lo que ve y jamás se cuestiona la visión del mundo que le arroja ese aparato presente en todos los hogares.

Probablemente algún día un dictadorzuelo prepotente se encontrará con una audiencia enorme que lo seguirá diga lo que diga desde su programa de entretenimientos o noticiero hasta el poder. Espero que me equivoque.

TANDA:


El flaco Ramón en su actividad habitual: cargarse minitas jeteando con el título de médico, esta vez con dolorosas consecuencias.


Otros dos que fueron filmados en su quehacer diario: Lost y el gordo Achura haciendo papelones en la calle.


Consejo para Nacho, Deta, Inter y otros pendex aun vírgenes: muchos problemas con las minas se solucionan con cerveza.

BONUS TRACK:

Qué me vienen con "El juego del miedo" o "Actividad paranormal". ¡Esto es terror, macho!. Alejen a las viejas del monitor, que se desgracian.