Un nuevo integrante en la familia, nos guste o no, es también una nueva fuente de necesidades que, en gran medida, deberán satisfacerse con ayuda de la bestia pop: el mercado.
Más aun cuando se trata de nuestro primer retoño, una mezcla de inexperiencia y sana novelería nos lleva a comprar cuanto artículo para bebé anda en la vuelta, ansiosos porque no le falte nada (y en el conjunto "nada" entra un sinfín de cosas que realmente no necesitan para ser felices, pero eso es tema para otro post).
Conocedores de esta alteración mental, los fabricantes esperan agazapados para robarle a los pobres padres ahí donde menos se lo esperaban.
Los juguetes didácticos, por ejemplo, no bajan de los 1.000 pesos, así tengan dos o cinco botones. Si ves que hace ruido, desconfiá, porque te va a doler el bolsillo. Pero acá todavía podemos frenarnos y, en un rapto de cordura, pensar: "me voy a gastar una Juana y el botija se va a copar con la caja". Suspiro de alivio, y todos contentos.
La trampa
Feliz de ser un padre o madre responsable que no se deja llevar por un impulso, entrás a la farmacia recordando que al pequeñuelo le hace falta un sujeta chupetes (una cinta o cadena unida por un extremo a un broche, por lo general de plástico, que une el chupete a la ropa del bebé).
Recreación al mejor estilo "Pare de sufrir"
-Hola, sí ¿Sujeta chupetes tenés?
-Sí, tenés estos acá, y este otro...
-Ahhh ¿Y a qué precio?
-Mirá, estos están para 180 pesos, y tenés también este otro para 120
-Mmmm.... ¿Sólo esos tenés?
-Sí, son los que vienen
-Y bueno (resignada), dame el de 120
Recapitulemos. Es importante que el chupete no tome contacto con el piso, sobre todo cuando el bebé empieza a caminar o aun antes, cuando se divierte tirando todo lo que encuentra a su paso para que sus esclavos lo levanten. Pero no deja de ser un cacho de plástico "así de chiquito".
Por más onda que le pongan (hay unos medio hippies de tela con moñas y toda clase de materiales no "baba friendly"), no deja de ser una estafa.
Por más que le busqué las piedras preciosas engarzadas en alguna parte, no se las encontré. Fui a todas las mecas del ahorro (todo por. Ta Ta. El clon. Pañaleras varias) y nada.
La conclusión que saqué es que me estaban cobrando el precio de la necesidad. Eso y que hay una mafia de los sujeta chupetes detrás de todo este asunto.
Hasta el próximo miércoles. Y que gane Uruguay (el fulbo tiene que estar).
7 comentarios:
Qué flagelo... es mejor acostumbrar al botija a no usar chupete, calculo. Eso, o apelar a la tanza.
Es tal cual lo de los juguetes luminosos. Salen caros, y el botija se aburre enseguida. Creo que rinden más para los niños que caen de visita.
A mi de chico me daban un ladillo para que jugara, pasaba hoooooooras enteras arrastrando un ladrillo.
Bueno, así quede.
pah... y yo, jugando con unos sellos de flores con mi prima...
aunque a los 10 tiramos los sellos a la mierda y empezamos a jugar a otra cosa (x iniciativa de ella, claro)
Bueno, menos mal que no me maté mucho con la columna de hoy. Ahora que ganó Uruguay a los morenos elementos no creo que a nadie le interesen demasiado los sujeta chupetes. Ni a la propia Manuela.
Macarena, con una hija de 1 año y medio y un botija en camino tus columnas reflejan perfectamente el diario vivir de un padre o una madre.
Sublime la frase "baba friendly".
Uruguay - Uruguay
Esta columna hace un mes hubiera causado sopresa y estupor. Pero estamos a tiempo de valorarla en su justa medida, lo mismo que la del origen de los niños del gran Fer.
Debo decir que los agarra-chupetes son un invento del mercado para gastar dinero: los chupetes siempre (siempre) caen con la parte que va adentro de la boca mirando hacia arriba, por lo que quedan a salvo de cualquier suciedad.
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