miércoles, 10 de septiembre de 2014

Bendito Netflix



Como buenos padres hippies progresistas con dos critaturas, llegó el momento en que tuvimos la genial idea de borrarnos de la televisión por abonados.

A pesar de nuestros esfuerzos por medir el tiempo de exposición a la pantalla (se recomienda no más de dos horas diarias), notábamos que la botija hablaba como una empleada de call center mundializado.

Entonces, en vísperas de la mayor contienda futbolística, dimos de baja a esa influencia cultural. Esto trajo consigo consecuencias de todo tipo, buenas malas y anodinas también.



Dentro de lo positivo, podemos decir que nos dimos cuenta de cuánto tiempo estaba encendido el televisor sin que nadie le diera ni cinco de pelota, y eso incluía a toda la familia.

Amén del ahorro energético, recuperamos el tempo local, el pulso de la televisión abierta, que como un tomate, se corta al eje por obra y gracia del nunca bien ponderado informativo central. Dos horas AI (antes del informativo) es para los botijas y dos horas DI (después del informativo) para los padres. Eso sería si la vida tendiera al ideal, cosa que, como me he aburrido de pregonar desde este espacio, no ocurre.

 En definitiva logramos que la televisión fuera un lugar para las botijas donde, mal que nos pese, hay más aburrimiento y falta de propuesta que interés genuino. Con esto conseguimos que ellas mismas accionaran el botón de power pero a la inversa (¿Se dieron cuenta que casi nada viene ya con Off?) y se dedicaran al juego libre o a su prima hermana más ancestral, la lucha libre.

No obstante cabe destacar la iniciativa de TNU, donde El Canal de los Niños brinda una buena dosis de material diverso. Sacando los cachorros de la pradera, que dejan bastante que desear, se destacan “la gran pregunta”, ciclo que invita al diálogo y que está disponible también en versión libros infantiles.

Durante un buen tiempo logré mantenerlas entretenidas a las dos sin el chupete audiovisual pago. Después de luchar para que se lavaran las manos, merendaran, la grande hiciera los deberes y fuera al baño y otras trivialidades que llevan un par de horas mínimo – actividades que compiten con la programación para niños de TNU -, venía la propuesta lúdica recreativa de “mamá moderna, mamá copada”. Con el sacrificio de ver el informativo, vaya utopía, que esto implica.

Poníamos recitales en YouTube y desparramábamos la bolsa de instrumentos para acompañar a nuestro antojo la melodía. El día que dejábamos las ventanas abiertas, la gente que pasaba por nuestra vereda quizás creyera que se trataba de una nueva propuesta de guardería Umbanda.

Pero…

Se acabó el idilio. Transcurridos casi cuatro meses sin cable, a YouTube y a “mamá moderna, mamá copada” se le acabaron los argumentos. Cada vez era más complicado mantener su volátil atención. Ojo, de todo esto nos quedaron dos bellos instrumentos: unos bongoes y una guitarra tres cuartos a la que le dan bastante más pelota de la que me imaginaba.

En este momento es donde “papá ingeniero en computación, papá copado” saltó del escondite donde estaba agazapado con la solución mágica a todos nuestros problemas de entretenimientos post tsunami hippie progresista: Netflix

Y sí, tuve que guardarme la pandereta donde me cabía y sacar bandera de rendición. Netflix se convirtió en el lugar de complicidad de mis hijas con su adorado padre (como si yo no tuviera ya bastante con el Edipo de manual que debo soportar cada día).

Lo negué todo lo que pude, insistí con mis actividades de kermese, hasta que un día me cayó la ficha de que no está mal que ellas disfruten de las cosas que son propias de su mundo, de su época, y menos aun cuando es algo que se puede medir, regular y controlar de forma súper amigable.

Netflix es Netflix

Lo que primero me sedujo es que el primer mes es gratis. Por esas casualidades de la vida teníamos todos los requerimientos para instalarlo: una tv chatita que nos regaló TCC en un sorteo y un aparatito para conectarla a Internet, que también nos dejó TCC de regalo.

¡Eureka! Enchufémosle Netflix y veamos qué pasa. Sin una buena conexión a interné hay que decir que se arrastra un poco, pero resulta que tiene un no sé lo qué el programita que se adapta a las condiciones del usuario, y te calcula más o menos la calidad para que te fluya decentemente la imagen (o algo por el estilo).

Salteando la perorata técnica, lo bueno es que tiene unas opciones el servicio para configurarte perfiles con las cosas que te gustan y hacer lo propio con la botijada. Es bastante seguro, por ahora no han podido poner ninguna peli de relajo las gurisas (y alguna que otra hay…)

Una vez que uno está engolosinado, los 200 pesos aproximadamente (8 dólares) que cuesta este pequeño lujo burgués se pagan solos. En realidad no se pagan solos, hay que procurarse una tarjeta Alfa BROU antes de solicitar el servicio gratuito y, si no avisás antes que no lo querés más, te va a la cuenta como por un tubo. Ok, retiro lo dicho. Se paga solo.

“Mamá, puse Barbie yo sola”

La lógica esa de que el botija mira el poster de la peli o serie y se sirve solo es tan práctica como letal. Menos mal que existen las configuraciones de perfiles, porque por lo demás, uno pierde el control, literalmente.

Y si aprecias mucho el cristal del LED que te compraste gracias al gobierno del FA, olvidate. La pulsión por señalar el poster afirmándose con el dedo todo untado con la manteca del pan de la merienda y presionar como averiguando a ver si es touch es mortal.

Pero igual vale la pena. Es lindo ver a la chica alcanzándole a la grande el teclado inhalámbrico (en nuestro caso usamos eso) a la grande, como quien le presenta las tablas de la verdad, para que la otra en solemne acto procesa a servirse del menú un contenido audiovisual aprobado por sus padres.


Olvidate de que te rompan los cataplines pidiéndote que “le bajes” o “le descargues” (sí señor, si señora, ojo con la yuta) con ese léxico, una peli determinada. La mayoría –a menos que sean estrenos- están en el bendito Netflix.

Y como esta nueva potencia del entretenimiento no puso un peso para la columna Botijas, mejor la dejamos por acá, no sin antes dejar un espacio reservado por si aparece un algún anunciante.




¿Eh, amigos?

27 comentarios:

Sinca Bellos dijo...

Es así querida Maca. El mundo audiovisual de los niños está influido por todo tipo de ofertas, igual que el nuestro. Y uno no puede aislar a los pequeños del mundo que les tocó.

Sinca Bellos dijo...

De todas maneras no hay que aflojarle a los paseos al aire libre y los juegos "a la antigua"

Unknown dijo...

Emparedado. Sigo leyendo.

Dobleveo dijo...

Formidable columna.

Yo que ustedes sigo todos los consejos de Maca.

Auspicia: http://www.ledstar.com.uy/pages/home2.html

Macarena dijo...

La lectura no se mancha, eso siempre.

Los paseos al aire libre, tampoco.

Y aburrirse de vez en cuando, también vale :)

Macarena dijo...

Jajaja grande WO!!! nuestro primer auspiciante! Bienvenido!

Casualmete me hace falta un cuchuflito para aumentar la potencia de la wi fi... :P

Mauro M. dijo...

Me encantó "guardería umbanda" y "películas de relajo".

Ahí se le noto la edad a la autora...

zorro d colonia dijo...

de lo mejorcito que anda en la vuelta como siempre.Saludos a cuchuflito que pasó como para el centro

Mauro M. dijo...

Bien Maca, eselente colurna, as usual.

Unknown dijo...

A mí tb mencantó lo de umbanda. Por cierto tanta promoción para netflix que te terminás olvidando de los botijas y lo querés para vos. Egoísta de mi parte pero tá, lo pensé. Total que los niños te miran la misma película que les gustó por 6 meses igual y aunque sea comprada en la feria.

*Este blog no fomenta la piratería y los comentarios que se realizan en el mismo son totalmente irónicos si por ello le caerá el peso de la ley a alguno de los que escribimos.

Unknown dijo...

De chico miré Calígula. Está mal? Ojo, la alquiló mi padre no yo.

El_Pordiosero dijo...

Nunca estuve face to face con un Netflix. Pero tal parece q es bueno

- Itu - dijo...

Impecable columna, exquisita!

zorro d colonia dijo...

dijo darío silva

Diego Floyd dijo...

o fue Hornos?

Diego Floyd dijo...

Cuando mi hijo me dijo que el abuelo había matado una zarigüeya en el fondo de la casa pensé que estaba todo perdido, pero no es así, la vida sigue, no para la pobre comadreja claro.

Mauro M. dijo...

Me acordé de un grupo que se llamaba "Las sabrosas zarigüellas".

Temón: https://www.youtube.com/watch?v=mjf7bh2i_CE

Enanobufon dijo...

La verdad que netflix es una gran cosa... Mi cunado posee el servicio y es espectacular... Ahora la reflexion q me queda es... Como esto vino a matar al videoclub amigo y como consecuentemente aquella frase de marx y escencia del sistema capitalista de como la riqueza se termina concentrando en pocas manos....

Macarena dijo...

A mí el videoclub amigo las últimas 10 películas me las alquiló todas rayadas. Y con la multa era implacable. Tan amigo se ve que no era... :P

También podemos ponernos a hablar de cómo el blog mató al boliche ( ? ) etc.

Yo soy la primera en la fila a la hora de levantar la bandera del comunismo, pero ojo, tampoco me quiero volver una vieja ultra.

Lo único que voy a conseguir es que mis hijas me olviden en un coqueto geriátrico con canilla libre de cine 6D para la tercera edad...

Todo en su justa medida.

Ce dijo...

Excelente columna. Por ahora sobrevivo con dvds y alguna descarga en pendrive + TNU, pero Netflix es una opción que está cada vez más cerca. De los dibujos animados de los canales privados sólo les gusta Los Simpsons, el resto es pura basura realmente. ¿Cómo es el tema del idioma en las cosas para botijas en Netflix? ¿Algún dibujito recomendable?

Enanobufon dijo...

Si es una gran verdad maca... Quizas el planteo iba por el lado de que la distribucion de determinados servicios tiende a quedar en menos manos... Coincido contigo en aquello de q todo en su justa medida y no cerrarse a determinadas transformaciones....

Gracias por el interesante intercambio de impresiones

Macarena dijo...

Te sale todo en el idioma que le configures. Y un punto a favor: no suena a mexicano, con todo el respeto que me merece dicho pueblo.

Otra: tenés todas las temporadas ordenaditas. Ya no más ver el mismo capítulo repetido una y otra vez.

Mirá que me resistí, pero me ganó el corazón...

Mauro M. dijo...

Esta perfecto caer cada tanto en los placeres de la tecnologia y la modernidad.

Mas si realmente uno le encuentra un sentido o utilidad al asunto.

Diego Floyd dijo...

Los gurises miran siempre lo mismo y los mismo repetido 10 o 15 veces. Así que compré un disco externo USB de 2Tb y se lo llené de dibujos (o voy en camino de, porque recién pasé primer tera) y chau.

Película que llega mis manos película que mando para el disco. Si es de agrado se queda, si no, se borra.

Y a vos de AGADU que me estás buscando, anotá: Canstat 2418 esq Francisco Rodrigo, preguntá por el Zorro. Te espero

Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb dijo...

Prueben un programita llamado Xbmc

http://www.pluginsxbmc.com/

Alá lo recomienda.

Macarena dijo...

Jajaja ya pasamos por eso. Las pelis terminaron ocupando cada lugar de almacenamiento existente. Y tampoco es sano para los padres ver siempre lo mismo, si bien a los botijas les fascina (ver archivo Botijas) :P

Andrés Reyes dijo...

Yo estoy esperando a tener fibra óstica para darle al botoncito de Netflix que trae la panavox. Antes ni en pedo.