Aprovechando la invitación de Juan, un amigo al cual no
veía hace tiempo, fui a su cumpleaños.Vive en un precioso barrio en una hermosa casa de esas que tienen extensos
patios delanteros, con barbacoa y
piscina al fondo. En definitiva, una de esas casas que uno quisiera tener pero
no se imagina como llegar a obtener una. También tiene un auto muy caro de esos que
todo hombre amante de los autos querría tener, pero a mí nunca me llamaron la
atención los autos.
Está casado con Elena, una mujer muy agradable y
elegante, 2 años menor que él, junto con la cual tuvieron dos hijas, Sofía que
tiene 7 y Soledad que tiene 14 y está entusiasmadísima porque se acerca su cumpleaños
y piensa hacer una gran fiesta como corresponde, me dijo, haciendo hincapié en
esto último.
“Como corresponde…” me quedé pensando.
“Como corresponde…” me quedé pensando.
Durante la fiesta me encontré y charlé con conocidos pero
ningunos con los cuales me sintiera a gusto. No es que sea un antisocial pero
ciertamente no era mi ambiente. Me parecía una pérdida de tiempo escuchar gente
alardeando sobre nuevas adquisiciones, viajes al extranjero y conquistas
amorosas por lo cual decidí recorrer la casa. Mi recorrida, fue más un acto de
gastar el tiempo a fin de no ser descortés con Juan e irme antes de que
partieran la torta, que de husmear su
casa.
En una de las habitaciones se escuchaba a una persona
llorando. Entré y vi que era Sofía, su hija pequeña. Me acerqué y me senté a su
lado.
-Qué te pasa Sofi? Por qué estás llorando?- le pregunté.
-Por nada - me contestó, mientras se enjugaba las
lágrimas y se acomodaba el pelo.
-Dale, decime que te pasa, le dije, a lo mejor te puedo ayudar.
-Me duele la pepa - me contestó y se tapó la cara
largándose a llorar nuevamente.
No sé por qué pero la respuesta me descolocó. Luego de
unos segundos de silencio le pregunté -Le dijiste a tu mamá?.
-No, nunca me cree - me contestó sin levantar la cabeza.
-Como que nunca te cree? - Le pregunté, ahora si
desconcertado del todo.
-Sí, eso, que nunca me cree, me dice que es normal porque
me estoy desarrollando y que es algo que nos pasa a las mujeres y ni me deja
terminar de contarle - me contestó.
Algo acá me olía muy extraño, muy mal e inmediatamente me vino la imagen de mi hijo a la cabeza.
-Tenés amigas? Le
preguntaste a alguna si le pasa lo mismo?.
-Ni loca! sólo me cree Sole - me dijo.
-Sole? - Pregunté nuevamente asombrado.
-Si, Sole mi hermana, ella es la única que me cree.
No saliendo aún de mi asombro y decidido a encontrarla me
dirigí buscando a Soledad.
Estaba en la cocina con una amiga tomando un licuado. Me
acerqué y le pregunté si podía hablar un minuto a solas con ella. Me dijo que
sí y mientras se sonreían cómplicemente con su amiga nos alejamos los dos
solos. Seguramente pensaban que era otro el motivo de mi pedido.
Nos fuimos a un lugar apartado y le comenté lo ocurrido
dejándole en claro mi preocupación sobre el asunto. Ella se quedó en silencio y
mirando a lo lejos, como pensando o recordando algo. Cuando al fin habló me
dijo -Salvo los invitados de hoy, todos sabemos lo que pasa en esta casa, a mí
me pasó igual cuando era más chica o a decir verdad hasta no hace mucho tiempo;
Y mamá tampoco me creyó, aunque ahora que soy más grande se que en realidad no
me quería creer, será porque le tiene miedo a papá .
-Y nunca le contaste esto a nadie?- pregunté.
-No, nunca, porque yo también le tengo miedo a papá - me
contestó.
-Pero esto no está bien que suceda - le dije y además tu
herma… Me interrumpió levantando la mano
y a continuación me preguntó, - Sabes
que es lo que más me gusta hacer? -.
Desconcertado por la pregunta, le contesté negando con mi
cabeza.
- Lo que más me gusta hacer es dormir. Dormir y soñar que
soy otra persona y que tengo otra vida distinta a la real. Porque soñando me
escondo del mundo, me escondo de mi padre, me escondo de mí.
6 comentarios:
Excelente!!
Genio!!!!!
Maestro!!!!!!
No, mentira...
Kurkito querido,te prometo leerlo cuando tenga un minuto libre,o sea,entre las 14 y las 22
o no
Paaa...contundente!
Yo siempre digo que hay que tener diálogo con los hijos, porque no van a dejar de pasarle cosas, pero al menos las detectaremos a tiempo.
Muy bueno loco, me la creí toda
Gracias a todo aquel que se toma la molestia de leer la columna y me alegro si al alguien le gustó le historia. Felicidades putines!
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