miércoles, 30 de abril de 2014

Salada la canchita: El realismo en su laberinto

El tema del realismo en el cine (o en las distintas manifestaciones de arte) es viejo a más no poder. Si bien -a diferencia de la literatura o la pintura- no ha habido mayormente movimientos cinematográficos que defiendan el uso del hiperrealismo, entendido como realizar obras que intenten recrear obsesivamente las cosas tal como son, sin cambiar ni un cachito así los objetos a narrar (cuando digo objetos, me refiero indistintamente a personas, situaciones, objetos inanimados o hechos). Si alguien quisiera filmar mi vida cotidiana, difícilmente podría llevar a una pantalla algo que no fuera bastante rutinario, aburrido y poco importante: mis viajes en el 526, la gente que atiendo en las ventanillas (aunque se ve una fauna...), mis mañanas en este mismo PC, etc. Hay que inventar algo para darle color, JC.

El recientemente finado Gabriel García Márquez es considerado -concepto no del todo acertado- como el creador del "realismo mágico". Que en los últimos tiempos es visto despectivamente como poner niños volando y cosas de ésas. Como todo en la vida, y ya lo aprendimos desde el carrito de chorizos de "El Galleguito" en el Estadio en adelante, cada vez que alguien tiene una buena idea aparecen cientos que se la copian hasta gastarla.


La más célebre de las novelas del Gabo es -coincidencia que no siempre se registra- seguramente la mejor. Hablo de "Cien años de soledad", claro. Hagan una prueba: vayan a la entrada de la novela en Wikipedo y lean la reseña del argumento y verán que es fascinante. La novela también, aunque es más larga.

Reseña en Wiki de "Cien años..."    

Cuando la leí por primera vez, me pareció que ni fu ni fa, que no justificaba tanta fama. Claro, yo venía de quedar fascinado por la barroca "El otoño del patriarca", con sus larguísimos párrafos, sus audacias formales (era la primera vez que leía un libro que se salteaba las normas gramaticales, escribiendo "incorrectamente") y su pesadillesco tratamiento de un dictadorzuelo de quinta, encerrado en el mundo que él ordena y dueño de tanto poder que le aburre. La novela detallaba exhaustivamente el día a día de ese personaje tan particular, tan diferente a nosotros pero tan presente en aquella época en nuestros países (fue publicada en 1975) y ese recuento tan exacto de la insólita vida imaginada por Márquez terminaba siendo mucho más realista que muchos reportajes periodísticos.

"Cien años..." parece haber sido escrita en estado de gracia. Mucho más ortodoxa en su lenguaje (y anterior) que "El otoño..." su engañosa sencillez esconde la grandeza de su equilibrio exacto de tono y ritmo. Narra con el más intachable realismo -heredado, supongo yo, de su larga práctica en el periodismo profesional- las delirantes vidas de los Buendía y familias anexas, tan insólitas como cercanas, tan extrañas como representativas. Hay muchísimos grandes momentos, pero yo rescato dos: la aparición de Rebeca varias décadas (y muchas páginas) después de haber sido olvidada, encerrada en su casa y la desaparición (absurda pero tan real) de todo vestigio de la masacre de los trabajadores bananeros, que vale por mil discursos panfletarios.

El García de la gente no ha tenido demasiada suerte con las adaptaciones al cine de sus obras literarias (es sabido que ha hecho abundantes libretos directamente para ser filmados). Generalmente, el esquema de coproducciones internacionales lo han matado, con híbridos que de adaptaciones del continente sudamericano no tienen ni el olor, y de la prosa del colombiano ni una coma, a pesar de los nombres famosos. El ejemplo más claro es el de "Crónica de una muerte anunciada" (1987), dirigida por el generalmente muy interesante Francesco Rosi, con los muy caribeños Anthony Delon (hijo de aquel), Ornella Muti y Gian María Volonté. "Eréndira" (1983) es floja y "Un señor muy viejo con unas alas enormes" (1988) es una cagada frita que, por lo que recuerdo, no tiene nada que ver con el cuento original. "El amor en tiempos del cólera" no la vi, pero escucho ofertas.

Nunca ha habido alguna adaptación de "Cien años..." y el propio Gabo siempre se opuso.   Salada la canchita, una columna que si todavía no ganó un Nobel (un Pulitzer o un Iris, aunque sea) es porque no tiene buena prensa, hoy trae la que probablemente sea la única adaptación decente de nuestro héroe: El coronel no tiene quien le escriba, (1999) dirigida por un Arturo Ripstein que va a tener su lugar en esta columna un día de éstos, porque es uno de los más valiosos directores latinoamericanos de todos los tiempos.


12 comentarios:

Unknown dijo...

Es lógico. Es posible hacer un libreto cinematográfico desde del texto de un cuento, pero no desde el de una novela. Es mas posible hacer una serie televisiva en 52 capítulos, pero con que herramienta en AL... sólo los brasileros y no tienen interés.

Unknown dijo...

Nunca leí a Gabo.

Unknown dijo...

Feliz día putines!

Anónimo dijo...

pelala pa vela....

Anónimo dijo...

feliz día!!cachondos.....

Alvaro Fagalde dijo...

Yo creo que "Cien años..." se puede adaptar. Pero no es para cualquiera. Y con actores de acá.

Alvaro Fagalde dijo...

Feliz dia, Lau. Queres que te trabaje?

Alvaro Fagalde dijo...

Me avisan por interno que se atrasaría varias horas la columna de futbol por obligaciones laborales del equipo de redacción.

Ricardo dijo...

Lo único que leí de GGM, "El coronel no tiene quien le escriba". Precioso cuento.

Muchos dicen que es "una copia" en cuanto al estilo, pero me quedo con las novelas de Isabel Allende.

Mauro M. dijo...

Bien Fagalde, bien vos.

Yo leí únicamente "Crónica de una muerte anunciada" y me pareció impecable.

Ya tendré paciencia para "Cien años...", todo a su tiempo.

Alvaro Fagalde dijo...

Y "El otoño del patriarca".

Vic: ayer te escribí que preferir a la Isabel Allende es medio imperdonable, pero se trancó Internet y me asusté.

Ricardo dijo...

¿Imperdonable?

¿Sabés lo que pasa? No tenés la sensibilidá de una mujer... Eso pasa.

Igual te quiero.