Comete ésta: Escalivada como tu hermana

*“Cuando era periodista pensé que tenía que hacer algo para que la gente por lo menos mirara mis notas. Entonces abría las páginas con fotos de mujeres hermosas y abajo, chiquita, iba mi nota. Pasó a ser la página más comentada de El Diario”. Eugenio Figueredo en charla con elMácula. De ahí la elección de la foto que ilustra esta receta.

Preguntas: ¿quién fue el gil que dijo que las ensaladas se comen sólo con el asado? Y voy más allá: ¿de dónde sacaste que las ensaladas de verduras sólo se comen naturales o frías? ¿Quién mira Todo el mundo tiene? ¿y Todo un caño? ¿Quién compró esas ideas y decidió ponerlas al aire? ¿Se puede considerar que quien lo hizo es más pernicioso que los Peirano?

Respuestas: Una ensalada puede ser una comida en sí misma, sin necesidad de ¾ kilos de carne al costado. Y también se puede comer caliente, como tu hermana. Sobre los programas, preguntale a Ibope.

Cazá 3 o 4 berenjenas; un morrón verde, uno rojo y dos amarillos; 4 cebollas medianas (o 6 cebollines, o 2 grandes); 3 o 4 tomates, dientes de ajo a voluntá. Si te cuelga, alguna aceituna negra descarozada.

A todo le lavás bien la cáscara. Los dientes de ajo los pelás. Agarrás una asadera grande o dos pequeñas y las cubrís con papel aluminio, cuidando que sobre bastante para los costados.

Cortás las cebollas en 4 (si son cebollines los pelás nomás y van enteros). Mojás eso y todas las verduras por con algo de aceite de oliva y, salvo los tomates, tirás todo en la(s) asadera (s). Cubrí de manera desprolija con el papel aluminio (desprolijo = dejando huecos pequeños para que salga algo de vapor). Al crear el “ambiente cerrado”, las verduras aprovecharán su propio vapor para cocerse. Marche al horno.

A los 20 minutos agregas los tomates y si querés podés mover todo el resto de las verduras para que se vayan cociendo más parejo. Pa mi gusto, en unos 40 minutos está todo pronto, pero vos podés ir pinchando con un tenedor para ir dándote cuenta.

Cuando está todo listo lo sacás y ahí se te abren dos opciones (sí, la vida es puta, siempre te hace optar). Opción a, pelás las berenjenas y las trozás en tiras a mano, descartando las semillas. El resto de las verduras las cortás a cuchillo o a mano y entreverás todo. La opción b es pelar todas las verduras y cortar de la misma forma. Pero si pelás todo, se sabe, comés.

Luego se entreveran los ingredientes, un nuevo chorro de oliva, algo de pimienta, algo de sal (si querés), si te pinta un aceto también le podés echar y cualquier condimento que te parezca que aporte. Descorchá un tinto, llená las copas y buen provecho.