En búsqueda del ser misterioso y un consejo para no olvidar
En una cueva lejana vive un ser muy extraño. Un ser al que muchos dicen haber visto aunque, en realidad, pocos lo han hecho. Algunos dicen que no mide más que un niño de cinco años, otros, en cambio, dicen que es del tamaño de una caja de zapatos. Yo conocí a un señor muy mayor que, según dicen, es uno de los pocos que lo ha visto. Se hace llamar Don Gervacio, no se si ese es su nombre verdadero, y dice que tiene 93 años, tampoco se si esa es su edad real.
El caso es que este hombre me ha contado sobre su extraña experiencia de acercamiento al Ser. "Iba caminando yo entre las sierras buscando hongos para comer y hacer té, cuando de repente oí gritos extraños saliendo desde una cueva y cuando entré allí estaba..." Don Gervacio estalló en lágrimas y no pudo continuar con su historia hasta pasados quince minutos. "Era una cosa rarísima, nunca había visto algo parecido y me es imposible describirlo porque mi memoria solo me permite recordar eso, que era algo muy extraño y pequeño, nada más, lo lamento, disculpe ¿cómo me dijo que se llamaba?"
Mi curiosidad acerca del Ser me llevó a recorrer las sierras durante años, en vano, ya que nunca pude ver nada que me llamara la atención sino rocas y plantas, rocas y musgo, ningún ser estrafalario. He oído que en un pueblito del interior un niño ha tenido contacto con El Ente. Hacia allí voy y estoy llegando pronto.
Toc-toc. "¿Quién es?" preguntan. "Soy el de la investigación" respondo "¿Está Albertito?". "Sí, adelante por favor"
Ahí está el niño, ahí está la respuesta a años y años de investigación, sentado en su cama, mirando el piso. "Hola, Tito. Soy el señor de la investigación. ¿Cómo te sentís?" Al levantar la vista veo sus ojos llorosos, él me queda mirando y no dice nada. "¿Qué pasa?" pregunto "No llores, chiquillo...". Abre la boca para responder, finalmente sabré la respuesta:
"Lo que yo he visto, señor, es algo tan increíble que usted no lo creería si no lo viera con sus propios ojos. He visto la encarnación de la esencia del universo en un ser mágico y misterioso, que me ha revelado los secretos de la vida y me ha adelantado, a lo que será el fin de nuestro mundo como lo conocemos."
"¿Qué viste, por dios?" El aire se corta con un cuchillo.
"No lo puedo revelar" acto seguido se levanta y empieza a correr hacia la puerta, escapando y, al cruzar la calle es atropellado por un camión muriendo en el acto.
Quizás nunca sabré qué es este extraño ser, quizás muera sin saberlo pero saco una moraleja de todo este embrollo. No hay que cruzar la calle sin mirar hacia los dos lados.
(NOTA: Disculpen el español neutro, estamos ampliando fronteras
NOTA2: Como decostumbre, medalla y beso para quien relacione imagen y cuento (ta salao))
8 comentarios:
Ta frío, no?
Ta quieto, no?
Ta oscuro, no?
No?
Ah, tengo los ojos cerrados...
Ta lindo porque no hay mosquitos.
el cuento bien, gracias por preguntar
El conductor del camión, tenía seguro?
Porque si no le va a costar carcel...
pipi, tu pregunta no me va a dejar dormir hoy de noche
Gjoffe: el de escritor no es un oficio que lleve demasiados reconocimientos ni aplausos ni muestras de cariño, como por ejemplo recibe un músico de rock.
Peor es laburar de administrativo en una mutualista.
Publicar un comentario