Foto de Andrés Barbé |
A continuación, una breve reseña de los hechos fundamentales que llevaron al hoy técnico del elenco tricolor, a ser una de las figuras más polémicas, queribles y puteables de nuestro balompié.
1973: con apenas 17 años cumplidos, debuta en el primer equipo de Nacional. Sus primeras manifestaciones mediáticas levantan polvareda: “yo no vine a sacarle el puesto a nadie, porque la 10 de Nacional siempre fue mía. Tengo gol, toque, gambeta, y le pego de los dos setores (sic)”.
1977: conquista su primer (y único) Campeonato Uruguayo con la seda tricolor, siendo –por destrozo– la principal figura del equipo dirigido por el argentino Dellacha. Un año y pico antes, se quiebra un brazo en un accidente automovilístico, y posteriormente da positivo en un control antidoping, debido a un medicamento prescripto por el cuerpo médico albo. “¿Cómo me voy a drogar? Lo único que tomo son 5 litros de leche por día”, manifestó entonces el carismático futbolista, en tiempos en los que la caterva mirasol no cantaba su tristemente célebre canción láctea.
1979: sus buenas performances lo llevaron a River Plate argentino, junto al Polilla De los Santos. No tardó mucho en pelearse con el demagogo del Beto Alonso, que era el preferido del técnico. Entonces al año y medio se tuvo que ir primero a Racing, y luego al poderoso balompié azteca. Mientras tanto, Nacional salía campeón de América y del Mundo.
1983: a principios de ese año estuvo a punto de volver a Los Céspedes, en medio de armado del “Nacional de las Estrellas”. Pero surgió también la chance de traer al argentino Brindisi, que tenía problemas en Boca (¿halitosis?). Hubo votación en directiva, y Juan perdió 6 a 5. Pero promediando el año, Brindisi –que tenía más problemas que Copetti– se fue, y Juan metió presión para volver, y volvió. Ya no podía jugar el Uruguayo, pero sí algunos amistosos para financiar su retorno. El primero se jugó ante Central Español en el Palermo. Fue poca gente, Nacional perdió, y Carrasco no la tocó.
1985: durante la temporada previa, Juan Ramón formó un gran tándem con el Pato Aguilera, que llevó al equipo albo a las semifinales de la Libertadores, algo que tardaría 25 años en reeditar (excepción hecha de la temporada 88). Además, metió dos goles en un clásico que terminó con goleada 4 a 1, y sus acciones volvieron a subir. Pero ya en 1985, y bajo la égida de Luis Garisto, llegó tarde a un amistoso en el Nasazzi por culpa de Berrueta, y se tuvo que ir. Ahí el hombre se calentó y manifestó que le gustaría jugar en Peñarol y hacerle unos cuantos goles a Nacional.
1986: pero de momento no se fue a Peñarol. Pasó por Danubio, donde se lesionó y jugó poco, y en 1986 volvió al lugar de donde nunca debió haberse ido. En el Uruguayo el equipo era un ballet, con Carrasco como gran figura. Pero en el clásico el manya de Martínez Bazán lo echó sin motivo aparente, Juan se calentó y lo puteó de arriba abajo, y le dieron como 35 partidos de suspensión, que Nacional utilizó para perder la ventaja que le llevaba a su eterno final. Luego, la historia conocida: el día de la final quedó solo ante Pereira, lo quiso eludir para meterse con pelota y todo en el arco, pero la globa le picó mal. Peñarol campeón, y el “andate Carrasco” que volvió a sonar.
1987: pero medio año después, Juan volvió a volver, de la mano del Profesor De León. Le metió un gol clásico al propio Pereira, y quedaron todos calentitos. Pero salió campeón Defensor. Un poco antes, el presidente Garbarino decidió echar al entrenador De León, para traer a Roberto Fleitas, que tras la Liguilla lo invitó a emigrar. Y adivine: meses después, Nacional campeón de América y del Mundo.
1989: “Pago para jugar en Nacional, pero Nacional no me quiere” manifestó Juan, días antes de pasar a Peñarol, convencido por el Paco Casal. Pero tuvo tanta mala suerte, que al poco tiempo la directiva mirasol decidió echar al entrenador Cata Roque, para traer a… ¡Roberto Fleitas! Quien no tardó en percharlo.
1995: Tras casi ocho años de ausencia, en medio de los cuales pasó por Peñarol, Bella Vista, y River, retornó al club de sus amores. Es que un año antes le había metido 3 goles a Nacional, y la hinchada lo terminó aplaudiendo de pie. “Prometo lo de siempre… pases de gol, enganches, caños, tirolibres al tornillo. Soy el hijo prodigio (sic) de la hinchada”. Debutó una tarde en el Parque Central, ante Progreso. Tuvo un tiro libre al borde del área, pero le pegó como el culo. No llegaría a anotar en el resto del torneo que Nacional perdería en tres finales ante el representativo carbonero.
1997: su último retorno a Nacional, en paquete con Zalazar, Baltierra y Sosita. Venía bien la cosa, con Jotaerre como principal figura de un equipo que no andaba bien, pero que tenía casi asegurada su presencia en la final. Hasta que la directiva decidió echar al entrenador Puppo, para traer a… ¡Roberto Fleitas! Que lo perchó por enésima vez. Pero lo puso en un partido en el que convenía perder. Y sabido es: Carrasco metió un gol, Nacional ganó, y tuvo que jugar con Peñarol, que le ganó de atrás, antes de consagrarse campeón por quinta vez consecutiva.
2010: tras muchos amagues, Carrasco se convirtió en técnico del Club Nacional de Football. Quienes mucho lo queremos, sabemos que va a triunfar. Siempre y cuando el presidente Alarcón no decida echar al Gerente Deportivo Enríquez, para traer a…
(Publicado en Guambia, 16/10/10).
14 comentarios:
esselente columna,como hace tanto tiempo no escribía (pensé que se le había secado el pozo con el mamotreto de 600 hojas?)
Fleitas puto,hacete dar bomba con Antonini!!!
EXELENTE!!!
Y vos decis que con esa mala liga nos saca de pobres?
...Roberto Fleitas!
No sabía gran parte de la historia de Carrasco en Nacional.
Espero que tenga éxito.
O por lo menos que cuando lo rajen y venga Fleitas salgamos campeones de la Libertadores!
De momento, Nacional pierde con Racing, y ya Alarcón pidió el celular de Roberto.
Muy bien
Esa columna de futbol de los jueves puede estar muy jugosa...
Andrés, por que tanto amor a jr? (pregunta formulada seriamente, sin ningún doble sentido)
El destino quiere que devuelva parte de lo q Nacional y Restucia le dio, solo es cuestion de tipo, saludos Andrés.
Niko
Qué más falta para que este sea el mejor año de mi vida??????
brunzo, que conozcas a un amigo que tengo acá para presentarte
(dicho ésto con todo respeto, claro está)
Tití: calculo que porque lo tuve de ídolo en mi infancia, y fue de los pocos ídolos que nunca me traicionó.
Como sí lo hicieron otros, caso Superman.
Aparte, ¿alguien conoce otro jugador que haya tenido seis pasajes por el club?
¿Por qué lo traían una y otra vez?
Porque es el más grande.
El mas grande sigue siendo River Plate.
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