lunes, 25 de octubre de 2010

Historia de Nacional


“Yo quería contar una historia que creo que merecía ser contada”, dice Reyes. Según el autor, a pesar de que se han escrito otros libros antes sobre el Club Nacional de Football, eran rosas sin espinas. Alguien tenía que hacerlo, contar la historia completa. Después de todo, siempre que llovió, paró. Porque perder es parte del juego y las derrotas no son tan amargas cuando están bien escritas. Licenciado en Comunicación, hombre de radio, humorista, esposo y padre de tres varones, quién sabe de dónde sacó tiempo para escribir casi 800 páginas sobre la historia del club de sus amores.



Homenaje al jugador. Ni héroes ni demonios

Desde un principio Reyes lo deja bien claro. Su Historia de Nacional pretende no dejar afuera los aspectos negativos y realzar al verdadero protagonista: el jugador de fútbol. Y si en algo hay consenso entre los futboleros es en que la Historia del fútbol uruguayo la escribieron principalmente dos cuadros: Peñarol y Nacional, Nacional y Peñarol, no importa en qué orden. Al fin y al cabo es un juego, y parte del juego es perder.

“Cuando era chico, la primera vez que fui a la sede de Nacional, recuerdo que había tres fotos grandes: la de Atilio García, la de Luis Artime y la de Pedro Petrone. Ahora si entrás podés ver que la de Petrone la movieron para atrás”, según el autor, este movimiento simbólico se debe al pasaje de Petrone por Peñarol. “Si bien no llegó a debutar oficialmente, pasó a Peñarol y poco antes de su debut lo vendieron a otro cuadro” aclara Reyes. “No es el único caso de futbolistas que jugaron y anduvieron bien tanto en Peñarol como en Nacional, y que hicieron más méritos que otros que están en la foto. El de Patrone sería un ejemplo de ese estigma. Si jugaste en Peñarol, no servís”; cómo diría Andrés Reyes: “cuán duro, pero cuán cierto”.

También se refirió al cuestionamiento que recibió por la incorporación en su libro de fotografías de El Pato (Carlos) Aguilera, de quien siempre se supo que era de Peñarol y de hecho terminó jugando en ese cuadro. Incluso hay casos, aclara el autor, de jugadores en los que se sabe que, pasando por ambos cuadros, hicieron más fuerza en uno que en otro.

Y esto sólo reafirma la intención del libro de no dejar a nadie afuera, ya sea porque fracasaron o porque jugaron para su rival tradicional. Según Reyes, “es también como un tributo a esos jugadores que, aun en los peores momentos, salieron a la cancha a jugar bien”.

Para Reyes la historia está llena de ejemplos de técnicos que tenían equipos ganadores pero que no gustaban y que la hinchada no los quería, y viceversa. “Había equipos perdedores pero con una impronta más sensible si se quiere a los patrones normales del club y que cosechaban el apoyo de la hinchada a pesar de que en la cancha perdían más de lo que ganaban”, recuerda el autor.

“Hoy en cualquier programa periodístico se habla poco del jugador de fútbol. Se habla más de Paco Casal, de los dirigentes, las transferencias y las peleas de éste con aquel” dice Reyes. Por eso a través de su libro intenta reflejar al jugador como un todo, con su historia de vida, apoyándose en variadas anécdotas. Una muestra de esta intención, de contar una historia completa, humana, con sus luces y sus sombras, se ve reflejada en la idea de incluir al final del libro un “catálogo de seres imaginarios”, jugadores que fracasaron o sencillamente pasaron tímidamente por la institución. Para entrar en este catálogo no se requiere ser un mal jugador, aclara Reyes; “la historia está llena de jugadores malos que son reconocidos. Richard El Chengue Morales tiene su foto en la sede, a pesar de ser un jugador bastante limitado que se convirtió en ídolo a raíz que se agarró a las piñas en un clásico”. Y no se trata de quien hizo más goles, porque si bien Richard Morales los hizo, otros han hecho más qué él ¿De qué se trata entonces? Cosas del fútbol.

Socios, hinchas y rachas

“Siempre se dice que Nacional tiene menos hinchas que Peñarol, sobre todo en Montevideo. Si algún día se hiciera un estudio serio al respecto, no me sorprendería que demostrara que Peñarol tiene más hinchas que Nacional” reconoce Reyes. También asume el hecho de que Nacional siempre superó a su rival en número de socios, hecho que atribuye, más que a la hinchada, al perfil de la institución.

Reyes recuerda una frase de Franklin Morales, quien una vez definió a Peñarol como “los once jugadores que juegan a la pelota”. Para el autor no hay más vuelta que darle, Peñarol es un club, Nacional es una institución. Y como ejemplo recuerda cómo que fue en los momentos malos de Nacional donde se generó siempre una preocupación por crecer desde lo institucional. Luego de cinco años de victoria consecutivos, en 1944 sale campeón Peñarol. Ese mismo año Nacional reinaugura el Parque Central, que se había incendiado unos años antes. En los años 60 cuando compran Los Céspedes, también coincide con una época en la que Peñarol andaba mejor. “En definitiva siempre hay una preocupación por darle algo más al socio más que un descuento en la entrada”, agrega Reyes.

A esto se le suma el hecho de que Nacional compita en muchos más deportes que Peñarol, más allá del fútbol. “Si bien últimamente es un equipo que anda hace tiempo en segunda, está presente en el basquetbol, mientras que Peñarol hace al menos quince años que no compite en este deporte. Nacional tiene representación en ciclismo, en voleyball, y en fútbol de salón en general le va mejor que a Peñarol”, enumera el autor. En esta idea se apoya para intentar entender al rival y su reacción ante las derrotas. Según Reyes, el hincha de Peñarol deposita mucho el en fútbol y le cuesta más asumir las derrotas. “Al principio pensaba que era por una cuestión de historia, es decir, si venís perdiendo y perdés, es lo normal. Pero en los últimos diez años Nacional ha ganado mucho más que Peñarol. Nacional juega la Copa Libertadores de América sin interrupción desde 1997. Si bien le ha ido mejor últimamente, si Nacional pierde algún clásico, no pasa nada” dice Reyes, quien recuerda cuando Peñarol perdió la primera final y se armó lío en las tribunas, tanto que Jorge Toto Da Silveira comentaba que Peñarol no estaba psicológicamente preparado para la derrota.

Biromes y servilletas. De algunas cosas sueltas al libro publicado

“Si bien tenía algunas cosas escritas, y siempre había soñado con escribir un libro sobre Nacional, nunca me plantee escribirlo primero y después ir a golpear la puerta de una editorial. Es más, no sabía de la existencia del libro de Luciano Álvarez (Historia de Peñarol, Aguilar 2004), y mucho menos de la necesidad que tenía la editorial de sacar un libro de Nacional” confiesa el autor, para quien este libro representa su ópera prima.

Cuando empezó el proceso de escribir el libro, había 108 años para contar. Reyes se remangó y empezó a dividir esa vasta historia en períodos, separados por algunos hechos puntuales, que se convirtieron en capítulos. A cada uno le adjudicaba un título y un símbolo de cada período, que podía ser un jugador o más de uno, como es el caso del primero con los hermanos Céspedes.

Según cuenta, la escritura no fue lineal. Un día escribía un año y al otro día otro, armando como un puzzle, complicando bastante la tarea de los editores. “Hasta que no terminé el libro no lo pude mandar a los correctores ya que todos los capítulos se encontraban en proceso” aclara el autor. “Llegó entonces un momento en el que tenía 20 años escritos y ya llevaba 300 páginas. Entonces me dije, o hago un libro de 3000 páginas y no termino nunca o cambio el nivel de análisis” recuerda Reyes. El resultado fue la decisión de partir el libro en dos, dándole un nivel de profundidad mayor a la segunda parte que corresponde a la historia que a Reyes no le contaron, la que vivió en carne propia y por lo tanto la que más le motivaba escribir. “Es la parte de historia de la que me hago cargo” dice Reyes. La primera parte de la historia se llevó las restantes 400 páginas. Y aunque el libro quedó más grande de lo que el autor esperaba, al menos tiene como excusa que el de Peñarol es más extenso, con más de 900 páginas.

En cuanto a las fuentes, el autor se basó más que nada en documentos de prensa y algunas publicaciones previas, aunque dice no haber encontrado ninguna del estilo de la Historia de Nacional, las que encontró, según el autor, se centraban más que nada en los logros de la institución. Por lo que tuvo que acudir también a mucho material propio que tenía guardado y salir al encuentro de lo que faltaba.

En cuanto al vínculo con la institución, Reyes ni siquiera intentó un acercamiento. Si bien a título personal el presidente de Nacional se mostró afin al libro, cuenta que políticamente la institución tomó el camino de no manifestarse de forma pública a favor, ya que eso equivaldría a legitimar una historia como la historia oficial del club. En cuanto a los intereses creados que puede haber en torno a contar la historia de una de las instituciones deportivas más importantes de nuestro país, Reyes es contundente, “yo estoy por fuera, incluso hasta hace poco ni siquiera era socio”.


El Nacional soñado de todos los tiempos, según Reyes

A lo largo del tiempo variaron mucho los esquemas. El esquema básico era 2-3-5; dos sagueros, tres medios y cinco delanteros. Ahora tenés 4-4-1-1; 5-3-2.

El golero

Por línea el arquero Aníbal Paz, que fue el arquero suplente de Máspoli en el 50. Por lo que leí era el mejor. Estaba en Nacional en la época dorada, en los años 40.

Defensa

En defensa es difícil no poner a Nasazzi por todo lo que representó para el futbol uruguayo, pese a que en Nacional no jugó tanto y lo hizo más bien en el ocaso de su carrera. Nasazzi era el capitán del equipo que fue dos veces campeón de los juegos olímpicos y del mundo. El otro defensa sería Hugo de León, en este caso si basado en lo que me tocó vivir, creo que fue un jugador muy bueno, el mejor defensa que vi en Nacional, pese a mis reparos en cuanto a su persona. Pocas veces lo vi gritar un gol. Incluso en un campeonato que ganó Nacional después de nueve años, como estaba peleado con la dirigencia del club, se quedó de brazos cruzados y no dio la vuelta con sus compañeros. Un tipo mal llevado, pero como jugador, de lo mejor que vi.

El medio

En el medio pongo al Mono Gambeta, también campeón en el 50. Dicen que para recuperarse de una lesión que se hizo previa al mundial se internó en una isla y se curó con el agua del mar. Un excéntrico. Pondria a Montero Castillo, para poner a uno del 71, el padre de Paolo Montero. Aunque nunca lo vi jugar, por lo que dicen era hábil y violento a la vez, que es una de las características ideales para un volante central. El volante por izquierda es complicado... capaz que pongo al Peta Ubiña, también del 71, supo levantar la copa con la camiseta de Estudiantes. Yo me la hubiera cambiado después. Volante por derecha pondría a Maneiro, entre otras cosas porque fue a la presentación y le firmé el libro. Un jugador que me cae simpático pese a que nunca le perdonaron su pasaje por Peñarol.

Los delanteros

Los delanteros son más fáciles: Carrasco, el número diez sin lugar a dudas. Pondría a Carrasco y armaría al equipo alrededor. Arriba de centro delantero pondría a Atilio García, no hay chance de no ponerlo. El tipo que más goles hizo, 34 de ellos a Peñarol. Puntero derecho pondría a Cubilla, a quien he visto jugar sobre todo en grabaciones de partidos viejos de Uruguay, un jugador muy hábil. De puntero izquierdo pondría al Cascarilla Morales, dos veces campeón de América y del Mundo con Nacional, jugó unos cuantos mundiales. Marcó una época en Nacional.

El Técnico

De técnico pondría al Manco Castro. Recuerdo que en las fotos siempre salía tapandose el muñón. Ese fue el técnico del Nacional que ganó el quinquenio del 39 al 43.

14 comentarios:

perezvila™ dijo...

ay..............................!!!

Macarena dijo...

Y bue, hay que laburar ese aumento muchachos... disculpen la molestia causada :P

Ce dijo...

Opa, y esto en qué categoría entra?

fernando dijo...

Pero que.....!!! ;)

No, en serio, buena reseña Maca.

fernando dijo...

Ya se ha formado algun club de fans de Reyes?

Juan Domingo dijo...

che.
la etiqueta de esto no debería ser AUTOBOMBO?

Reyes, no te conté, resulta que soy muy amigo del hijo de de la peña de la peña de bolea de bolea y para el onomástico le regalé tu broli, cuando llego, quien estaba? el mismisimo pelado de la peña, se lo mostré y me pidió tu nombre y correo e, a efectos de ponerse en contacto contigo para que le hagas llegar el dinero que le corresponde por la utilización de su imagen en la tapa del libraco, yo que vos, me pongo a ahorrar...

verdeidorado dijo...

Bien la columna; ahora... ¿no hay pocos negros en el equipo ideal?

Juan Domingo dijo...

si, yo hubiese puesto a wilson nuñez, mas que nada por animarse a robarle las cosas del bolso al Zorro Revelez, ta, después Daniel Enrique lo cagó bien a trompadas, pero animarse,se animó...

verdeidorado dijo...

Wilson "Chocolate" con el 24 y tiramos pafuera a Cubilla, otro pachequista irredento.

mseo23 dijo...

a julio rios no le va gustar este equipo por su falta de negros, pudiendo poner a kendall waston, bany lozano y pablo munhoz...

Juan Domingo dijo...

Kendall waston! What a player!

zorro d colonia dijo...

Che suave con el Wilson que era cleptómano,y eso es una enfermedá (en cierta ocación se birló una muñeca en el shopping montevideo,"es para mi hermana",cantó.Aparte que podría llevar el Daniel Felipe en el bolso!!!talvez unos de bigotes,el par de sables que tenía en cada pierna,o un par de shortcitos uno más apretado que el otro.

Andrés Reyes dijo...

De la Peña sería incapaz de hacerme eso, es una gran persona.

Macarena dijo...

Gracias por esa poronga, me parece que le hace muy bien a la objetividad periodística.