jueves, 14 de octubre de 2010

Educación. Mojones de poder infantil.


El bebé se está convirtiendo en un pequeño niño. A ese brillo de sagacidad en su mirada, se le irán sumando habilidades vinculadas al dominio de su entorno, y cuando digo entorno quiero decir no sólo lo material sino, sobre todo, las relaciones humanas.

El golpe cortito

De pronto el tierno bebé nos asesta un golpe certero en la mejilla. A nuestra primera reacción natural de sorpresa y, por qué no, algo de confusión, sobreviene el imperativo social de domesticar a la bestia. “Linda, linda. Linda, linda…” Tomamos su manito y le enseñamos a acariciar tiernamente a mamá. Este es sólo el comienzo. Apenas tiene seis meses.

Ups! Se me cayó esto…

Luego descubre que somos sus más fieles siervos, cuando al arrojar un objeto con vehemencia al suelo, corremos a recogerlo y ponerlo nuevamente a disposición de su alteza. A la decena de flexiones puede que su risita contagiosa ya no lo sea tanto. Intentaremos explicarle con lenguaje sencillo y mucha energía gestual que no tire los chiches al piso. “No, no. No tira el nene”, como si el bebé tuviera algo en contra de la conjugación de los verbos y el uso adecuado de los adjetivos. Ya tiene ocho meses y está preparando su marcha en dos pies.

Yo solito. Me desplazo.

Al principio necesitará un adulto para dar sus primeros pasos, por lo que se hará el distraído con esa cuestión del poder hasta que logre llegar solito de la silla a la mesa ratona. Si gatea puede que se sienta un poco más libre y exprese su rebeldía manoteando algún enchufe. Tenga cuidado. No se distraiga demasiado organizando su primer cumpleaños, su hijo puede estar por ahí experimentando el sabor del Dog Chow del Boby. Si no abre la boca, desconfíe.

Yo solito. La cuchara.

Comer: placer de los dioses, odisea de los padres. Puede que le haya tocado en suerte un sumiso bebé glotón. De lo contrario, apróntese para una guerra sin cuartel. La cuchara es un poderoso terreno donde disputar el poder parental. El avioncito será derribado por un temperamental gigante que está cansado de ser embutido por sus progenitores. Por más que lo deje meter las manos en el plato hasta el codo, sobre los 18 meses su hijo querrá ser el amo y señor de su propia cuchara. De aquí a que le pida prestado el auto hay sólo un paso.

Yo solito. Los zapatos.

No conforme con encestar los alimentos en su pequeña boca, irá por más. La próxima lucha es por el placer de andar descalzo. Es lindo cuando se visten solitos. Les encanta ver aparecer sus manos al otro lado de la manga. Pero que le obliguen a usar zapatos le parecerá un atropello. Es cierto, ya desde antes se los quitaban, pero no como parte de una estrategia de dominación de su cuerpo y mucho menos para fastidiar a padres y abuelo. Una vez que logran sacárselos, querrán ponérselos ellos solos. Pasará mucho tiempo antes de que tengan éxito en su empresa. Mientras, habrá que aprovisionarse de un stock extra de medias o no estresarse por el color de las que lleva puestas.

Yo solito…

La lista continúa y depende de cada niño o niña, de su temperamento y ahínco para forjar su personalidad. También dependerá en gran medida de las reacciones de sus cuidadores (padres, abuelo, tíos, hermanos mayores, maestras y vecinos). Recuerde siempre que la efectividad de un berrinche será menor, cuanto menor sea la atención que se le preste. Y la dejamos por acá, porque ese es un tema que bien merece su propia entrada. Quizás para la próxima.

Es un gusto reencontrarnos, como siempre.

20 comentarios:

El Nacho dijo...

Gracias Macarena, me viene muy bien una refrescada de conocimientos para estos meses venideros.


Muy buena columna.

Nacho dijo...

Si se tiene mellizos, ¿lo correcto sería decirles, por ejemplo "comportaos bien. Hágais lo que os digo"?

Una gran columna, sin dudas.

EL GORDO ACHURA dijo...

mas que refrescada, te vendria bien una revolcada mariposon!!!!

Brunzo dijo...

Una gran columna, como siempre.

Eso de prestarle poca atención a los berrinches para que no joda, da resultado? Te da mucha pena ver al guachito gritando desconsoladamente? Cuál es la líena que separa la manipulación de la real necesidad?

Maca, gracias desde ya.

zorro d colonia dijo...

creo que estoy manejándome equivocadamente con mis críos,ya que a la zorrita,casi 11 meses ella,no le dejo manotear nada de arriba de la mesa,siendo que en ella siempre están sus juguetes;en cambio el zorrito,casi 18 años él,me agarra la billetera,el celular,el auto,la moto,la tarjeta,los discos,los condones (hijo'e tigre!!)y sigue la lista.
aconsejame por favorrr!!!

Ce dijo...

Genial, lo que me queda claro es que siempre lo que uno haga como padre está mal, ya sea ponerle límites o no ponerselos. Asi que lo ideal es ir ahorrando para mandarla/o al psicólogo y listo, que la arreglen que para algo les voy a pagar.

Vidiella dijo...

Cuando leí "el golpe cortito" dije "al fin! alguien que me deje darle un tate quieto a mis niñas!"
Pero no, era de ellos hacia nosotros, pmqlrmp.

Lo que me lleva a confirmar que la dominación de los críos es desde la más joven infancia, y si nos salen derechitos es porque ellos tienne ganas nomás. Nosotros lo padres no servimos para nada y somos simples súbditos.

Muy buena la columna Macarena. Un golpe de realida'

Andrés Reyes dijo...

¿Funciona como consultorio?

Pregunto: mi hijo chico insiste en comer solo, y en desenchufar y enchufar el play station.

¿Es normal? ¿Si le digo que no, pensará que soy una mala persona?

verdeidorado dijo...

¿Y cuando arrancan cuchillo en mano para el fondo a cortar yuyos? ¿Se lo saco y lo rezongo? ¿Se lo saco y lo reviento a patadas?

Macarena dijo...

Gracias por este cálido recibimiento.

En lo personal, la dejo a mi hija de un año y medio hacer su berrinche por un par de minutos. Cuando veo que está cambiando del rojo al violeta, me acerco y le hablo en español neutro, tipo CNN, y la abrazo para que se calme.

También funciona mostrarle otra cosa que le interese -distinta al objeto de deseo que desató el ataque-(un control remoto, por ejemplo).

Verán cómo, aun exhibiendo lágrimas en sus mejillas, el niño es capaz de soltar una estridente carcajada.

Y no sigo porque me quedo sin tema para la próxima columna...

¡A rivederci!

Brunzo dijo...

Bueno, bueno. Ahora entiendo lo que decía el Flaco Ramón, cuando mencionaba que a ninguno le importaba la plata. No les importa porque están llenos de oro, amistá!!! Motos, autos, jardínes enormes con yuyos quizás tb enormes.

Je.

Vidiella dijo...

Propongo para una futura columna un tema de actualidad: Los tuyos y los míos.
No hablo de CDs, está claro que me refiero a niños.
¿Está mal darle siempre la razón a los propios (que siempre son perfectos), y darle algún que otro palo a los del cónyuge (que, obviamente, son unos malcriados por culpa de su progenitor)?
Si el tema prende, la segunda etapa podría ser "los tuyos, los míos, y los nuestros. Ahora sí: matensén."

Vidiella dijo...

Apoyo eso que dice Macarena de cambiarles el objeto de atención. Funciona muy bien si se es creativo. Por ejemplo, no funciona muy bien joderlos con lo de "el aire es libre, no te toco".
Sí funcionan las cosquillas, hasta cierta edad.
También funciona hacernos como que nos caemos para atrás por un toquecito del crío.
Como sea, está bueno ver cómo un nene, con sus ojos enchumbados en lágrimas, larga una buena carcajada.

Ce dijo...

Maca, después por favor explicá cómo hacés para sacarle el control remoto.

Vidiella dijo...

ah, esa te la explico yo!
En vez de cinchar del control, lo mejor es doblarle levemente la mano hacia abajo, y vas a ver como se abre sola y cae el control (funciona con gente grande también).
Luego salir corriendo.
Hay alguna probabilidad de que el chico corra menos que vos.

Macarena dijo...

Ce, te paso un pique:

Antes de dárselo, sacale las pilas.

Cuando vea que es capaz de borrarte todos los canales, lo dejará tirado por sus propios medios.

¿Pensaron que era sencillo?

Pues no lo es.

Brunzo dijo...

El bebé de la foto estaría vestido de diablo, no?

Macarena dijo...

Efectivamente.

Todo un símbolo, mi querido Brunzo.

Alvaro Fagalde dijo...

Yo no tengo problemas: siempre son los tuyos.

Si jode mucho con cortar los yuyos, estaría bueno poner unas viboras o unos sapos venenosos en el jardin. O arrugará o los matará y se hará gurka.

verdeidorado dijo...

Estuvimos el otro día en el zoo; ni se me ocurrió esa de traerme unas víboras que meten miedo. O unas buenas pollito, que son más pedagógicas que Piaget.