Directores poco amigos de reuniones, conferencias de prensa y festicholas en festivales ha habido muchos, por no decir que varios han sido francamente antisociales. Algunos de ellos, además, son reacios a conceder entrevistas, a aparecer en público o a que le saquen fotos. Tiempos complicados para ellos, en la era del cel con cámara.
Terrence Mallick -hay que llamarse Terencio, ¿no?- es uno de ellos (los franceses Carax, Rohmer, el loquito de Kubrick fueron algunos otros) y poco se sabe de él, más allá de que se casó como tres veces -que se joda-, de que es texano hijo de emigrantes y de que se quedó pelado joven, razón por la cual suele andar de sombrero.
Pero lo más importante es que es un excelente -y personalísimo- director de cine, autor de una obra maestra ("La delgada línea roja") y de varios films más que interesantes
("Badlands"; "El nuevo mundo"; "El árbol de la vida"). Después de haber sido muy poco prolífico y de estar, incluso, veinte años sin dirigir, parece que se le dio y anda meta terminar películas, aunque no hayamos tenido noticias de ellas en nuestra paupérrima y calamitosa cartelera.
Su debut fue muy sólido: en una época de transición entre el viejo sistema de estudios y la siguiente era de efectos especiales Lucas & Spielberg, hubo lugar para films baratos, realizados por ambiciosos jóvenes que querían hacer buenos relatos, simplemente. "Badlands" (1972) con los entonces poco conocidos Martin Sheen y Sissi Spacek, no tuvo éxito pero llamó la atención. Sí se estrenó por todos lados "Días de gloria" (1978), con la estrella Richard Gere y la entonces ascendente Brooke Adams. A mitad de camino entre la exigencia y el comercialismo, este segundo intento de retratar el Estados Unidos profundo fue un moderado fracaso económico y Malick desapareció por dos décadas.
El por qué se retiró no nos queda claro del todo, amén de no habernos contestado el teléfono mientras realizábamos esta columna. Una más que probable razón fue la pésima década de los 80, donde Hollywood se dedicó a exportar cine reaccionario -en sintonía con la "revolución conservadora" de los Reagan y los Bush, cuando no directamente infantil.
Reaparecería cuando estaba bastante olvidado con la brillante "La delgada línea roja" (1999). Ambientada en la batalla de Guadalcanal en la Segunda Guerra Mundial, es en realidad la más cercana experiencia audiovisual de lo que es realmente una guerra (cualquier guerra), en donde los hombres son víctimas bastante indefensas de la barbarie, por más armados que se encuentren. Un excelente elenco: Jim Claveziel, John Cusack, Jared Leto, Adrien Brody, Woody Harrelson, Nick Nolte, John C. Reilly, Elias Koteas, Sean Penn, George Clooney, John Travolta y siguen las firmas. Algunos aparecieron muy poco en pantalla -lo que habla de la negativa a concesiones comerciales de Malick- y se enojaron bastante.
En una línea similar -aunque menos lograda y un poco menos ambiciosa, también, conceptual y cinematográficamente- realizó "El nuevo mundo" (2005), sobre la conquista de América, utilizando la leyenda de Pocahontas y John Smith, adaptada previamente con resultados previsibles por la compañía Disney. En 2011 llegaría su film más polémico -y el último estrenado en la Banda Oriental- "El árbol de la vida". Con Brad Pitt, en su versión "soy un actor de verdad y no sólo una cara bonita", Jessica Chastain y el propio Penn, utilizaba una anécdota mínima familiar para expandirse -sin convencer demasiado- en los misterios del nacimiento de la vida en el Universo y gansadas así. Pero, a diferencia de "La delgada línea..." no parecía que forma y contenido estuvieran en sintonía.
Luego de ese éxito de crítica (ganó la Palma de Oro en Cannes) pero un sonado fracaso de taquilla (amén que no podía nunca ser un film que gustara a los devoradores de pop y FX), el director se dedicaría a realizar películas con mucha más frecuencia que antes, pero sin suerte acá. "To the wonder" (2012), con Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel MacAdams y Javier Bardem haciendo de sacerdote, parece ser una historia fallida, típica coproducción internacional.
Más interés parece tener "Knight of cups" (2015), con Christian Bale, Natalie Portman, Cate Blanchett, Ben Kingsley y Antonio Banderas, pero no voy a hablar mucho de películas que no he visto aún. Actualmente está trabajando en dos proyectos: un documental llamado "Voyage of time", con los reincidentes Pitt y Blanchett en la narración y "Weightless" con Michael Fassbender, Rooney Mara y otra vez Christian Bale. Se ve que quiere hacer puntaje para el BPS.
Licenciado en filosofía -lo cual se nota- Terrence Malick ha ido realizando una ambiciosa carrera en los márgenes (o no tanto) de una industria que huye como de la peste de cualquier trascendencia. Ferviente defensor de la voz en off, en sus mejores realizaciones ha sabido integrarla adecuadamente al ritmo y la fotografía, dando un relato sólido, que va mucho más allá de la anécdota en sí.
Cuestionador de los desastres que realiza la humanidad sobre la Naturaleza, no demasiado interesado en los conflictos políticos, más bien volcado hacia la metafísica, es un intransigente que quiere hacer algo más que contar romances y/o aventuras, aunque algunas veces pareciera que no sabe bien cómo hacerlo con la cámara, más allá del mencionado relato en off. Igual, en cualquier momento, me hago de las últimas y les cuento.
6 comentarios:
que bueno todo, se ve que Terencio es un crá... En cuanto termine de cultivarme con la última temporada de Walking dead me miro una de este botija
Es un cra el pelado.
Sigo aprendiendo Fagalde.
Muchas gracias, de verdad.
Che, cambiando radicalmente de tema: viste la serie The Wire?
Si la respuesta es no, deberías.
Aseguro que es un antes y un después.
Qué lo tingoleó a Fagalde!
Y pensar que me habían dicho...
No la vi.
Anoto.
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