Ser acumulador o acumuladora, tener síntomas leves del
síndrome de Diógenes, se puede llegar a sobrellevar, hasta que aparece en
escena el peor enemigo del junta-cosas: el botija.
Si uno de los padres es acumulador y el otro no, usted ya
tiene un problema previo. Es casi un milagro, una inconsciencia de su parte o
un mero “accidente” que haya llegado al límite de procrear con esa persona a la
que atormenta (ya sea con su desorden / manía o con sus súplicas de “para qué
querés guardar eso”).
Y como no estamos en este espacio con tiempo, ganas ni
capacidad para solucionarle sus problemas de pareja (suponiendo que la tenga,
de sobra se sabe que hoy no es un requisito para hacerse cargo de un botija),
vamos a analizar el caso más simple: los dos junta-cosas o uno solo contra el
mundo, en su defecto.
Analizaremos este fenómeno por excusas, y la montaña de
objetos que pueden invadir su hogar hasta provocarle irremediablemente la
muerte por asfixia.
Acumulador sentimental
Típica excusa del padre o madre acumulador: “ahhhh, pero
cómo voy a tirar esto si…”
Esta excusa habilita al progenitor/acumulador a guardar
desde cosas tan repugnantes como la tripa del ombligo (ese pedazo de carne y
piel seca arrugada y color marrón que pende de una especie de palillo para
muñecas), hasta el mechoncito de pelo que nos habilitará en un futuro demasiado
lejano a enrostrarle al adulto en que se ha convertido el botija “¿viste? ¡Te
dije que de chiquito eras rubio!
Un escarpín solo, sobado y lleno de pelotitas. No hay otro
motivo para conservarlo que no sea una noción algo retorcida y fetichista del
amor.
Las carpetas del jardín llenas de rayas sin sentido. Todos
los padres y madres creemos al menos por un segundo en la vida que nuestro
botija es la reencarnación de Pablo Picasso –espacio para insertar frase de
letras blancas y fondo negro de facebook donde se supone que Picasso dijo bla
bla, aprender a pintar como un niño-. El asunto es que más tarde o más
temprano, vamos a terminar deshaciéndonos de esos incómodos carpetones
enrulados que las maestras insisten en enchufarnos, como diciendo “mirá todo lo
que hizo tu botija mientras vos hacías como que trabajabas, pedazo de un
insensible” o algo así.
Tenés como 40 pirulos, tus amigas, amigos y conocidos andan
más cerca de pensar por qué caja les conviene jubilarse que de cobrar la
asignación familiar ¿Por qué seguís guardando ese babero manchado de puré de
manzana –que todos y todas sabemos que NO SALE-? Vamos, todos juntos: 1,2,3….
Por amooooooor.
Acumulador utilitario
Típica excusa del padre o madre acumulador: “mirá que esto
puede servir, posta. Si lo tirás, lo vas a necesitar, seguro”
Con esta excusa es capaz de guardar dos o tres carritos
rotos, porque claro, fijate que te puede servir “de repuesto” del nuevo alguna
parte. Claro, quizás una parte que mide 30 cm (todavía no sabemos cuál) amerite
conservar un armatoste de diez quilos que ocupa un metro cúbico, para arreglar
una hipotética avería de algo que fue diseñado para perecer. Buenísima idea.
Ya tenés dos, sabés que vas a “cerrar la fábrica”, estás
deseando que el más chico deje los pañales para ponerle un candadito bien grande
a tu fertilidad, pero igual no podés resistir la tentación de agregarle otra
capa a la milhoja de porquerías que tenés en el altillo/garaje/zaguán/despensa/hueco
de la escalera. Es más fuerte que vos, admitirlo y dejá de echarle la culpa a
las criaturas.
Y el día que una cosa te sirvió o se te ocurrió que le podía
servir a alguien, mamita querida, es feriado nacional. Ese día vale por los 1094
anteriores, los legitima, les confiere un sentido que antes no tenían, como una
gloria retroactiva que solo entiende el que se ha reventado la gamba doscientas
veces con “ese” cacharro que, por fin, va a hacer feliz a otra familia (?).
El coleccionista
Típica excusa del padre o madre acumulador: “Tengo el
chupete del primero, del segundo, del sobrino… ¿no voy a guardar el de mi
ahijado? ¿Pero qué clase de padrino/madrina soy?”
Con el pretexto de completar un extraño conjunto de la más insólita
índole, te acumula sin parar, con el agravante de que el
acumulador/coleccionista ve un orden cósmico donde otro ve caos y descontrol. Quizás
sea el más insoportable de su especie, porque si le tirás algo, no es esa
batalla que tenés que ganar y chau… ¡Tenés que lograr que se deshaga de toda la
colección!
Un ejemplo: peluches. Miles. Arrancó con los de su infancia,
y reenganchó con los de la infancia de sus botijas, con 30 años de diferencia,
pero de alguna forma la nueva colección forma parte de la antigua. Desopilante.
El día D (darse cuenta de que vas a tener que tirar algo)
No sé qué poner en este espacio, nunca me pasó.
¿Sensaciones?
15 comentarios:
Mi vieja tiene más pelo mío, del que yo ostento a mis 43
hay que tirar todo a la mierda, solo guardar un par de regalitos del día del padre/madre y nada más. El mismo botija te lo va a agradecer cuando caiga con la noviecita y la abuela no tenga nada para mostrarle lo "avivado" que era el nene a los 4 añitos
De por sí las mujeres son más requecheras de cualquier cosa. Imagino que esa "condición" se potencia con el tema de los botijas.
El hombre va más en plan obsesivo y por lo general se le da por alguna colección: discos, El Gráfico, cajas de cigarrillo, etc.
Todo dicho con el mayor de los respetos y en base a experiencia personal.
Leí el 0,01 de la columna pero tengo que denunciar que mi madre es una acumuladora! Toda la vida igual, ella juntando y yo tirandole a escondidas.
Por otro lado hay una frase de alguien que dice que si no usaste algo en un año tíralo a la mierda. A mi e funcionó. En realidad hay pila de cosas que tenemos al pedo.
hurgando al pedo encontre el test del laboratorio donde le decíana mi madre que estaba embarazada de mí y lo guardé. También encontré un examen del 80 y algo donde dice que soy B+ y también lo guardé como guardo las listas que voté, entradas de conciertos, películas, y todas esas cosas melosas de cuando uno tiene novia que parecen o serán una idiotez pero a mi me gusta guardarlas.
Lo único que tiré a la mierda fue todo lo relacionado con enfermería.
Si mi madre fuera la señora acumuladora de la foto se ligaba una paliza. Hay un límite para acumular.
No entiendo, vos acumulas todo tipo de porquerías pero le cagas la vida a tu madre con lo que ella guarda???
Terrible sorete!!!
Guardo porqurías que tienen valor sentimental, no un tornillo por ejemplo que me puede llegar a servir en un futuro, así piensan los acumuladores.
Además mis cosas me entran en una caja de una laptop vieja y dos cajas de puzzles, o sea que no ocupan espacio casi.
pah, de lo que yo "acumulo" lo que me ocupa más espacio son los vinilos (700 y pico), las otras cosas no ocupan nada (billetes y monedas)
Y los que acumulan fracasos, como Pedro por ejemplo?
Donde los guardan?
Nadie le dijo a Maca "Acumulame esta"?.
Este blog va en camino a convertirse en "Buen día Uruguay" o algo peor.
Yo amenazo con poner una volqueta en la puerta y tirar todas las porquerías que se acumulan por toneladas en mi casa, las mías, las de mi mujer, las de los botijas. Amenazo, y después no hago nada y me pongo a mirar Rumbo a la cancha. Habrá peores, supongo.
Gracias por la guarangada, Faga, que nunca nos falte.
¡A acumular que se termina el mundo!
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