El Sindrome de Kunis

 

Finaliza, como bobeando el año, sin bajas que lamentar en el blog, por lo menos, en cuanto a gente que se fue para la Quinta de los Quietos, a pesar de que hasta tuvimos (bah, lo hizo Reyes) que suspender provisoriamente la libre circulación de entradas porque parece que el trolazo del Oeste se nos iba. Ya estábamos organizando la Misión Adolfo Gómez, titulada como un merecido homenaje a quien tan bien nos supiera putear en vida.

El propio Zorro nos verseó que su enfermedad venérea se llamaba "Síndrome de Kunnis" (me lo deletreó y todo) en un vano intento de hacernos creer que lo suyo no fue a causa de practicar la zoofilia con un insecto cantor. Nuestra producción consiguió un inapelable documento gráfico, que muestra el comienzo de una partuza entre el referido mequetrefe coloniense, el ortóptero -o sea, el grillo- posteriormente homicida y un toro, que aparentemente sería el integrante activo de semejante festichola.

 No pudimos encontrar -naturalmente- la inexistente dolencia en la Wikipedia y similares, aunque quizás haya querido referirse al Síndrome de Cunnilingus. En todo caso, hagamos de cuenta que se refería a la Mila Kunis, quien está como para que lo pique todo a uno. Apareció en "Amigos con beneficios" y en "Ted". Todavía no tenemos fotos de ella como Dios la trajo al mundo, pero seguimos trabajando en ello.

PEÑAROL CAMPEÓN DE LA PRIMERA RUEDA
Muchos -sobre todo, los integrantes de la parcialidad del tradicional rival- se solazan (tomá pa vos) en remarcar que el aurinegro hacía unos 16 años, más o menos, que no ganaba el Apertura, como si estuviéramos hablando de los 35 años del Racing de Avellaneda que no salía campeón. Señoras y señores, ponganle Apertura o Campeonato Mundial de Equipos Uruguayos, ésto que terminó fue la primera rueda de la liga compatriota y nada más. Para ser exactos, Peñarol hace tres (3) años que no sale campeón, desde el 2009/10 cuando ganó esa temporada.   

Consiguió el Apertura siendo el menos irregular de todos, tapando sus problemas de marca (está claro que el Polilla no ha encontrado una línea de 4 como la gente) con las individualidades ofensivas que tiene (Olivera, Zalayeta, Estoyanoff menos drogado, Zambrana) quienes les han ganado varios partidos contra los chicos que venían bastante complicados. Si eso le alcanzará para ganar el año, dependerá exclusivamente de cómo haga las cosas el bolso porque Defensor y Danubio, con distintos matices, se están cayendo a pedazos en lo institucional por errores propios y los otros chicos, sólo pueden embocar una buena campaña de vez en cuando y de casualidad -a vos te hablo, El Tanque- porque al campeonato siguiente les llevaron hasta el aguatero y tienen que empezar de vuelta. Y se los llevan por las buenas o por las malas.   

CAUSA DEL DECESO: "PASIÓN"
Con esa habilidad que no se le ha reconocido todavía, el Señor Director nuevamente se ha anticipado a uno de los temas que pensaba tratar aquí y ahora. Probablemente, en este caso no tiene nada que ver su proverbial inclinación a romper las bolas, sino que el tema se impone: Peñarol salió campeón, ganó, Olivera metió un gol, el Polilla se consagró, la hinchada visitante era prácticamente nula... y se produjeron incidentes.

Cuando decimos incidentes podemos querer decir: piñas, patadas, puteadas o pedradas (todos con "p"), pero también cadenazos, cuchillazos o tirar a un tipo varios metros para abajo de una tribuna a otra.

Una explicación imbécil puede ser que "la sociedad es violenta y el fútbol no es más que un reflejo de esa sociedad". Las pelotas. La sociedad uruguaya es más o menos violenta, lo que quiere decir que te la pueden dar, pero que tampoco estamos en la Tercera Guerra Mundial. Es más violenta que la alemana y la canadiense y menos que la mexicana y la peruana. Eso no quiere decir nada y, en realidad es otro tema. Pero aunque hubiera 50.000 homicidios por año (para regocijo de Pedro Sin Apellido) nada justifica que me ponga a romper los water closet del baño de Jardines. O los cráneos de un tipo que ejerce su derecho a ser hincha de un cuadro que no es el mío.

Otros pueden argumentar que somos pasionales, que el fútbol es pasión, que el uruguayo es pasión y que ser grillo es un sentimiento. Es cierto en un sentido: no sólo Peñarol -que es por lejos el peor cuadro en violencia- tiene delincuentes, enfermos y todo tipo de bestias, también los otros equipos y, como recuerdan los comentarios de otros blogueros, aunque no necesariamente condenándolo, también las ligas del interior tienen mucha piñata y cosas peores en su haber. La diferencia -hace muchísimos años que no veo fútbol en el Interior- es que su violencia, que suele ser enorme -no me olvido que no hace mucho casi se deja ciego a un línea tirándole cal viva en los ojos en Las Piedras, liga en la que supe jugar- suele ser mucho más espontánea y no-organizada que la montevideana.

Si un tipo se dedica a tirarle piedras a un ómnibus tan sólo porque ahí van hinchas de otro cuadro es un delincuente que tiene que ir preso. Nada de "pasión" ni de sociedad. 

Si un tipo lleva armas a una cancha de fútbol es un delincuente, etc.

Si un tipo rompe butacas, alambrados, o cualquier otra instalación de una cancha, es un delincuente, etc.

Si un tipo arroja objetos a cualquier otro cristiano porque es hincha del adversario, es juez o apoya otra lista en las elecciones del club, es un delincuente, etc.

Si un tipo agrede a otro en la cancha, en la calle o en el espacio exterior, tan sólo porque el otro tiene una camiseta distinta o porque festeja un gol de su equipo, es un delincuente, etc. Lo cual incluye si la agresión es exclusivamente verbal.

Si un dirigente político o deportivo presiona para que un delincuente de los anteriormente mencionados salga rápidamente de la prisión o le consigue trabajo en su empresa (pública o privada) o expresa en un medio de comunicación de alcance masivo que no se justifica esa medida porque no le embocaron un piedrazo a nadie, es un delincuente, etc.

También lo es si sale por los referidos medios de comunicación a decir que un off side o un penal cobrado en su contra o no cobrado en su favor, que él juzga dudoso (y suelen juzgar dudosos absolutamente todos) engendran violencia. Violencia generan las actitudes antes anotadas aquí y no el fallo de un juez futbolístico. Ésto lo afirmé hace un tiempo aquí mismo y alguno siguió insistiendo que la violencia no eran las frecuentes pedreas de su cuadro sino el que un periodista hubiera criticado cómo jugó ese equipo apedreador o cualquier otra cosa que hayan hecho los otros.

Si no nos sacamos la camisetas y no comenzamos a pensar, seguirán cayendo muertos abiertamente.

RENUNCIÁ, BONOMI
Más bloopers, porque sólo existo para complacer a Marian. Esta vez se trata de menores delincuentes que pretenden ampararse en su condición de no humanos.