sábado, 22 de diciembre de 2012

El Pacto


Aprovechando la invitación de Juan, un amigo al cual no veía hace tiempo, fui a su cumpleaños.Vive en un precioso barrio en una hermosa casa de esas que tienen extensos patios delanteros, con barbacoa y piscina al fondo. En definitiva, una de esas casas que uno quisiera tener pero no se imagina como llegar a obtener una.  También tiene un auto muy caro de esos que todo hombre amante de los autos querría tener, pero a mí nunca me llamaron la atención los autos.

Está casado con Elena, una mujer muy agradable y elegante, 2 años menor que él, junto con la cual tuvieron dos hijas, Sofía que tiene 7 y Soledad que tiene 14 y está entusiasmadísima porque se acerca su cumpleaños y piensa hacer una gran fiesta como corresponde, me dijo, haciendo hincapié en esto último. 
“Como corresponde…” me quedé pensando.  
Durante la fiesta me encontré y charlé con conocidos pero ningunos con los cuales me sintiera a gusto. No es que sea un antisocial pero ciertamente no era mi ambiente. Me parecía una pérdida de tiempo escuchar gente alardeando sobre nuevas adquisiciones, viajes al extranjero y conquistas amorosas por lo cual decidí recorrer la casa. Mi recorrida, fue más un acto de gastar el tiempo a fin de no ser descortés con Juan e irme antes de que partieran la torta, que de husmear  su casa.
En una de las habitaciones se escuchaba a una persona llorando. Entré y vi que era Sofía, su hija pequeña. Me acerqué y me senté a su lado.
-Qué te pasa Sofi? Por qué estás llorando?- le pregunté.
-Por nada - me contestó, mientras se enjugaba las lágrimas y se acomodaba el pelo.
-Dale, decime que te pasa, le dije, a lo mejor te puedo ayudar.
-Me duele la pepa - me contestó y se tapó la cara largándose a llorar nuevamente.
No sé por qué pero la respuesta me descolocó. Luego de unos segundos de silencio le pregunté -Le dijiste a tu mamá?.
-No, nunca me cree - me contestó sin levantar la cabeza.
-Como que nunca te cree? - Le pregunté, ahora si desconcertado del todo.
-Sí, eso, que nunca me cree, me dice que es normal porque me estoy desarrollando y que es algo que nos pasa a las mujeres y ni me deja terminar de contarle - me contestó.
Algo acá me olía muy extraño, muy mal e inmediatamente me vino la imagen de mi hijo a la cabeza.
-Tenés amigas?  Le preguntaste a alguna si le pasa lo mismo?.
-Ni loca! sólo me cree Sole - me dijo.
-Sole? - Pregunté nuevamente asombrado.
-Si, Sole mi hermana, ella es la única que me cree.
No saliendo aún de mi asombro y decidido a encontrarla me dirigí buscando a Soledad.
Estaba en la cocina con una amiga tomando un licuado. Me acerqué y le pregunté si podía hablar un minuto a solas con ella. Me dijo que sí y mientras se sonreían cómplicemente con su amiga nos alejamos los dos solos. Seguramente pensaban que era otro el motivo de mi pedido.
Nos fuimos a un lugar apartado y le comenté lo ocurrido dejándole en claro mi preocupación sobre el asunto. Ella se quedó en silencio y mirando a lo lejos, como pensando o recordando algo. Cuando al fin habló me dijo -Salvo los invitados de hoy, todos sabemos lo que pasa en esta casa, a mí me pasó igual cuando era más chica o a decir verdad hasta no hace mucho tiempo; Y mamá tampoco me creyó, aunque ahora que soy más grande se que en realidad no me quería creer, será porque le tiene miedo a papá . 
-Y nunca le contaste esto a nadie?- pregunté.
-No, nunca, porque yo también le tengo miedo a papá - me contestó.
-Pero esto no está bien que suceda - le dije y además tu herma… Me interrumpió levantando la  mano y a continuación me preguntó,  - Sabes que es lo que más me gusta hacer? -.
Desconcertado por la pregunta, le contesté negando con mi cabeza.
- Lo que más me gusta hacer es dormir. Dormir y soñar que soy otra persona y que tengo otra vida distinta a la real. Porque soñando me escondo del mundo, me escondo de mi padre, me escondo de mí.

6 comentarios:

pipicui dijo...

Excelente!!
Genio!!!!!
Maestro!!!!!!

pipicui dijo...

No, mentira...

zorro d colonia dijo...

Kurkito querido,te prometo leerlo cuando tenga un minuto libre,o sea,entre las 14 y las 22

zorro d colonia dijo...

o no

Lucho dijo...

Paaa...contundente!

Yo siempre digo que hay que tener diálogo con los hijos, porque no van a dejar de pasarle cosas, pero al menos las detectaremos a tiempo.

Muy bueno loco, me la creí toda

Unknown dijo...

Gracias a todo aquel que se toma la molestia de leer la columna y me alegro si al alguien le gustó le historia. Felicidades putines!