Con más swing que todos los sultanes juntos

No sé si es sólo una impresión mía, pero se me ocurre (¿que vas a llegar distinta?) que el balance musical en Uruguay para este 2012 fue altamente positivo. Después de todo, no se tiene todos los días a Sir Paul, Norah Jones, Silvio, Slash, Lenine, Megadeth, entre otros. Llegó música para todos los gustos a Montevideo en el 2012 y eso es una muy buena cosa.

Aunque no fuí a ninguno de esos toques, este año tampoco me puedo quejar. Ví a Radiohead (quizás el mejor concierto que presencié en mi vida), My Brightest Diamond, Beirut, Other Lives, Swans, y Trombone Shorty and Orleans Avenue. De esta última banda quiero hablarles hoy. Ya volveré a las otras en alguna futura columna. Hace año y medio, sin querer me tope con la música de Troy Andrews, más conocido como Trombone Shorty. Este muchacho de 26 años, nacido en New Orleans, toca el trombón desde los 4 años y viene de una familia de músicos. Se mueve por el jazz y el funk con una facilidad equiparable a la que el loco Abreu tiene para la demagogia, o la que Pedro posee para twittear un par fascismos diarios, o bien a la de Martina Gadea para cantar con voz de pre-escolar. Honestamente, nunca vi de cerca a alguien tocar con tanto swing. Bueno si, a Victor Wooten, pero eso también irá para otra columna. Trombone es jóven, energico y su música podría hacer bailar a Julio Cesar Gard con Sonia Breccia. 

En Abril de este año lo fuí a ver a un antro que estaba repleto de gente un tanto sobresaltada pero totalmente amistosa. La inmensa mayoria eran afroamericanos, y probablemente yo era el único sudaca en esa sala. Trombone y su banda tocaron como tres horas sin parar. Ese ambiente de alegria generalizado seguramente desembocó en alguna que otra orgia a la cual no fui invitado. De hecho, presencié como una muchacha que había llegado con su novio o esposo, terminó yéndose de la mano, y tras varios besuqueos de por medio, con una muchacha y tres muchachos que conoció en la ocasión. ¿Eso es una fiesta o qué? Todo el mundo bailando y riendose como si la vida no fuera después de todo una mera repetición de sinsabores y castigos varios. 

Trombone se la cree. Y ciertamente tiene con qué. Los grandes lo alaban y la gente lo sigue. El tipo toca trompeta y trombón como pocos. Si agarra la bateria o la guitarra no desentona. Canta, además, de un modo bastante decente. Y lo mejor de todo es que sus composiciones son excelentes. Acá les dejo algunos temitas. Si algún día llegan a tener un concierto de este botija cerca, no duden en ir porque les garantizo que no se van a arrepentir. Su disco Backatown es gloria pura. Se consigue en su disqueria on line de confianza. Abajo les dejo algunos temitas para que prueben. 

¿Y a usted qué le parece Trombone? ¿Vio algún concierto memorable en este 2012? No deje de comentar y compartir sus experiencias. Recuerde que acá nos pagan por comentarios acumulados y no por número de lectores. Después de todo, la nostalgia existe. Un saludo para Anaclara donde quiera que estés.