Parodismo meteorológico

Una chantada.

Jueves: Sean Penn, te hubieses quedado un par de días más porque va a estar precioso. Y de paso podías conocer la fauna de la Playa Ramírez, y convencerte de que en Haití no están tan mal.

Viernes: En Uruguay, todo tranqui. Pero en Serbia, malas noticias. Lluvia de corazones mata a miles de personas. Dicen los expertos: el hecho no fue desencadenado por ningún Páe umbandista macabro y homosexual, como era de presumir. Los bancos de órganos del país almacenan las millones de tripas que caen del cielo, hasta que se dan dado cuenta que los corazones son de mono, desgraciadamente. Desde entonces el gobierno japonés negocia con el país europeo para la compra de lo que los nipones consideran un bocato de cardenale.

Sábado; Domingo; Lunes; Martes: Horrible, paupérrimo y calamitoso. No es que le quiera cagar la escapadita a Marindia, pero yo para mí, quédese que se va a pasar jugando al Trivia adentro del rancho por la lluvia. Mucho más divertidos están los juegos del propio Pipicuí, ¿se los va a perder?

Miércoles: Curiosamente todo vuelve a la normalidad. Finaliza la seguidilla de cataclismos que impidieron que disfrute carnaval. Seguramente también desaparezca el reclame de los balnearios con el que Uruguay Natural viene currando todos los febreros.

¿Sabía usted (segmento plagiado a Reyes) que en Moscú los meteorólogos pueden ser multados por pronosticar de forma equivocada? Ya no se puede ni robar tranquilo en este mundo.