CUENTO(s) (o lo que sea, no me animo a decir ni que sean cuentos): Bondis

Bondis

I - Urbano

Viajando en silencio

La nave vacía, o casi, sin gente. solo vos, la noche y el tiempo que pasa. estás en movimiento no te podés quejar, por lo menos avanzás. El silencio no es tan malo, pudo haber sido peor. Lo que te mata es pensar sin parar, porque no podés hacer una pausa en tre las ideas para prestarle un poco de atención a la música. Los pensamientos vienen uno atrás del otro y no podés escapar. cuestionarse las cosas te hace bien, podés llegar a conclusiones o no, pero aclarás un poco los problemas, o por lo menos eso creés.

Pero el proceso puede ser angustiante, doloroso y, aunque si no fuera así sería más fácil más fácil y a lo mejor hasta lo disfrutarías, lo tenés que hacer igual. Tarde o temprano hay que parar, bajar, poner los pies en el suelo y pensar en tus problemas para ver cómo solucionarlos, o por lo menos intentarlo.

Sin darte cuenta, estás llegando, en silencio o no, sin quererlo, avanzaste igual.

II - Suburbano

Volver en el ómnibus, de noche tarde, casi de madrugada. Atravesar parques oscuros, en silencio, sin música. Recordando lo que fui, lo que fue y lo que pasó. Y lo que no pasó y no fue también. Y no es tristeza, tampoco alegría, es un sentimiento raro. No saber dónde ni cuando, sin importar ni por qué ni cómo. Solamente estar ahí sintiendo la velocidad, sin mirar para afuera, hundido en las letras. Dejando pasar el tiempo aunque siempre, siempre queriendo apurarlo. No hay razones para dejar de creer que con solo un suspiro se puede armar un mundo. Son solo un segundo se puede destruir este instante. Un instante no fue nada, solo una mínima fracción de segundo, casi inexistente, entre un momento de luz y el siguiente. Eso es el tiempo. Siempre hay tiempo.