Salada la canchita: Yo pensé que el 174 iba a Punta Carretas

José Padilha es un director brasilero que saltó -como tantos otros- a la industria norteamericana después de haberla pegado con algún éxito de esos que trascienden fronteras. Y generan divisas. En su caso, el suceso vino apenas con su segundo largometraje: "Tropa de elite" (2007) que narra la vida de Nascimento, un oficial de la temible policía paulista BOPE, famosos por irrumpir en las temibles favelas, siendo un tanto descuidados en el respeto a los derechos humanos de los pobres que allí viven. Pero es porque andan apurados, con mucho trabajo que hacer. No es que sean sádicos.

La película ganó el Festival de Berlin y fue un enorme éxito. Hubo una secuela en 2010, más política y más discutida. Es que ambas "Tropas..." generaron mucha polémica, siendo consideradas por algunos como una apología de la violencia y los abusos de la represión estatal y por otros, como una denuncia demasiado dura, exagerada y sensacionalista de la policía paulista. Después de un par de documentales poco difundidos -como suele pasar- Padilha entró a jugar en la cancha grande y dirigirá "Robocop", remake de la exitosa película de 1987 dirigida por Paul Verhoeven, de quien hablaremos aquí pronto.

Si "Tropa..." fue el segundo filme de Padilha, es porque hubo un primero. Probablemente, uno de los mejores documentales de los últimos años realizados en nuestro continente. Uno tendría que suponerlo, porque si circula poco el cine realizado en general en nuestros países, muicho menos se estrenan los documentales. 

Salada la canchita, siempre atenta a lo que vale la pena ver, presenta hoy Bus 174 (2002). Relatando, con enorme solvencia el secuestro del ómnibus del título por un -o dos, hace tiempo que la vi- jóvenes lumpenes, nos muestra sin discursos paulocoelhescos la realidad -carioca, en este caso- de las clases más desfavorecidas, eludiendo los lugares comunes más transitados y ateniéndose a los hechos desnudos. Y dura menos que un viaje de Colón al Shopping ex cárcel.    

Hay gente que ha hecho fortunas lanzando diatribas canallescas contra la policía. Por suerte, hay otros, como Casero, que canta la justa y nos dicen las cosas como son en realidad. De nada, Bonomi.