Salada la canchita: Super heroes e historietas.

Los superhéroes siempre me fueron medio difíciles de digerir. Esos tipos con "superpoderes" que son capaces de derrotar a cualquier enemigo por más poderoso que sea parece poco interesante como historia, por no decir pelotudo. También nacen de la necesidad de hacer propaganda bélica en primer lugar durante la Segunda Guerra Mundial y después, un poco (solo un poco) más sutil en tiempos de Guerra Fría y de Guerra contra ese ente gelatinoso denominado "Terroristas", pero eso uno se enteró ya mayorcito.



Si un tipo ya sea porque nació en otro planeta, lo picó una araña radiactiva o se lo sodomizó un burro vampiro, tiene una fuerza superior a la de cualquier gil del Universo, es incansable, invencible y todo eso, ¿dónde está el interés de la historia?. Batman, por lo menos, no tiene superpoderes sino que tiene buen estado físico -no como Darío Rodríguez- y fabrica unos aparatitos que te caes de culo. El Hombre Araña tiene sus problemas personales, es medio traumado y se engripa o le duele la espalda. Pero Superman parece el más embolante de todos.

Hasta el "Batman" de Tim Burton en 1989 -un film claramente de encargo para el pirado gótico- parecía que la propia boludez del género conspiraba contra el resultado comercial, pero de a poco se han ido convirtiendo en un gran negocio y cada año salen montones de adaptaciones de historietas de superhéroes. Tantas, que en cualquier momento se agotan los personajes. Se rumorea que Spielberg anda con ganas de filmar la del Tony Lavalleja.

Salada la canchita no es una columna cualquiera. No te va a andar trayendo la última de Superman, que es una larguísima publicidad de Carrara Demoliciones ni la berretada del Hombre Araña último, que es mucho más blandito que el Gayman del Cucuzú del año pasado.  Ataque del espacio, Invasores del espacio o Starman, este telefilm dirigido en 1965 por Koreyoshi Akasaka (y bueno...), Teruo Ishii y Akira Mitsuwa, tiene unos efectos especiales que ya quisieran los cagones de Dreamworks. Digamos que el presupuesto no alcanzó para unas pilchas sofisticadas ni para filmar en la estratósfera de veras, pero es muy disfrutable en sus términos. Con bastante cocaína en las venas, cabe aclarar.

De yapa, la muerte (una de las tantas) de Superman que destruye media ciudad y deja morir a 10000 tipos con tal de salvar a una inocente niña y una convención de Batmans del Mercosur, ya que decidimos insistir con "Chachacha".

Huahuchinango: te la vamos a dar. Siempre corriste.

Starman, ponele. El peor villano es el que puso los subtítulos.

Clark Kent, Q.E.P.D.

Convencion de batmanes

Dicho sea de paso, un 20 de Febrero pero del año pasado, debutábamos en la columna de cine regenteada por ese entonces por Christian como columnista invitado, que se llamaba "Cinema Soca". Posteriormente, el blandito de St. Louis se cansó y acá quedó uno con este emprendimiento. Viste, es lo que pasa siempre cuando invitás a un amigo a cenar: te come todo y se te queda con tu mujer.  El trolo del director no se dio cuenta todavía y no cambió el cosito al costado que sigue con el nombre viejo.