Salada la canchita: Animate, chabón

Hace muy poco Salada la canchita presentaba "Persépolis", una animación francesa inédita en nuestro país y muy elogiada por nuestro público de TPLMP. En realidad, fue elegida por su condición de cine no estrenado y no por ser un "dibujito animado" como se decía en nuestra ya lejana infancia.

Pixar Animation Studios fue la creadora en 1996 del primer largometraje de animación realizado totalmente por computadora, sin dibujos. Algo que pareció bastante extraño y un poco artificial, aunque ahora ya está naturalmente integrado a nuestra experiencia de espectadores. Luego de la edad de oro de Disney -mayormente antes de fallecer el titular, sin ser destinado en realidad a un freezer, como se rumoreó- la animación conoció otra etapa de sostenido éxito comercial a partir de la animación por computadora.

Pixar fue responsable en buena parte de que ese suceso sea acompañado también de calidad. Dejando de un lado la ñonería habitual en la factoría Disney y consciente -supongo yo- que el género no es para niños estúpidos y ni siquiera es necesariamente para infantes (como lo demuestra la propia Persépolis sin ir tan lejos) ha realizado simplemente muy buen cine. Películas como "Buscando a Nemo", "Ratatouille", "Wall-E" y "Toy story 3" son bastante más que productos para sacar dinero en todo el mundo.

En mi humilde opinión, probablemente, y más allá del mencionado rédito económico que dejan las animaciones, encuentro bastante estancamiento de ideas. Me parece que no suelen salir de algunos pocos esquemas (objetos humanizados, parodias cinematográficas, historias de niños o adolescentes que quieren ser como sus mayores). Últimamente, la mayor parte de estas producciones son secuelas y números 2 o 3.

En todo caso, buena parte del mejor cine que nos viene de la metrópolis no es creada fotografiando a gente de carne y hueso. Por cierto, queda mucha cosa afuera de esta brevísima reseña. La animación extranjera, sin ir más lejos, incluyendo al excelente Hayao Mizayaki, quien habría arreglado todo con la AFAP correspondiente.

"Presto"

Una selección de animaciones de Pixar

Y.E.T.P.A.P. DEL MES
(Ya Es Tarde Para Asociarse a Previsión)

+ El caso más conocido es (en una semana bastante ajetreada para la Parca) fue el del sólido actor Philip Seymour Hoffman. Como todos habrán visto, es ese gordito muy rubio, con cara de haber ligado abundantes palizas en el recreo de la escuela pero que se desarrolló con una voz gruesa que lo hacía menos desgraciado de lo habitual en gente con pinta de perdedor como él. Comenzó a llamar la atención hace 15 años como secundario en películas como "El gran Lebowski" (lo mejor de los hermanos Coen); "Felicidad", donde hacía de pervertido con particular eficacia y "Magnolia". Ganó el Oscar y subió a Primera División con "Capote", donde no sé si es tan buena su actuación o medio efectista y me ganó haciendo del villano de "Misión imposible III", él que tenía cara de gordito bueno y medio palomo. Apareció muerto, uno supone que de sobredosis de alguna sustancia desagradable como cocaína, heroína o el programa de Nacho Alvarez.

+ Otro actor que ya no anda entre nosotros es Maximilian Schell. Nació en Viena y se consagró rápidamente en "Juicio en Nuremberg" (1961), donde repetía el papel protagonista que había realizado mil veces en teatro. Lo rodearon de estrellas hollywoodenses (Burt Lancaster, Spencer Tracy, Richard Widmark), pero no desentonó para nada. Parecía ser un nuevo star pero nunca le dio bola a las ofertas peyonas de héroe de acción o galancito y se dedicó al cine europeo y, fundamentalmente, al teatro. En 1984 dirigió un excelente documental sobre Marlene Dietrich.

+ Otro olvidado que dice presente (aunque sea a partir de su ausencia física) fue Miklós Jancsó (andá a saber dónde van qué tildes). Este húngaro llamó la atención en los 60 y 70 con obras como "Los rojos y los blancos" (1967) y "Salmo rojo" (1971) en donde su particular estilo -tomas larguísimas con organizaciones casi coreográficas, entradas y salidas del cuadro, abundantes simbolismos y muchas mujeres desnudas, simbólicas o en bólicas) era bastante adelantado a su tiempo y bastante resistido por las
autoridades pro soviéticas de la época. Su cuarto de hora llegó con la censuradísima "Vicios privados, públicas virtudes" (1977), que nunca conocimos en su versión completa y en la que hacía un papel secundario Ilona Stalker, una actriz (?) compatriota de Jancsó que se haría más famosa en otro tipo de cine con el seudónimo de "Cicciolina". En los últimos años se había hecho popular entre la juventud de su país con una serie de largometrajes de bajo presupuesto satíricos de la situación post comunista.

 + Uno más que fue a visitar parientes a Los Pinos fue el formidable documentalista brasilero Eduardo Coutinho. Aquí circuló bastante -gracias a Cinemateca- "Cabra marcado para morir" (1984), que comenzó siendo un film (supongo) convencional sobre un líder campesino asesinado por eso mismo (como tantos, lamentablemente) y ese material, confiscado por la dictadura militar que se estaba aquerenciando en el país de Lula, 20 años después terminaría siendo la base de una indagación sin desperdicios por la evolución de una familia que se queda injustamente diezmada, por la validez de las luchas sociales y por la historia reciente del país todo. Realizó más documentales de alto nivel ("El hilo de la memoria" en 1990, "Edificio Master" en 2002) invariablemente inéditos en Uruguay. Asesinado por su propio hijo, al parecer. Mirá vos.