Vuelve un clásico

En el marco de lo que se ha dado en llamar "tomemos una gran columna y hagámosla mierda, a la espera de que el dueño original se sienta tocado y quiera reivindicarse", vuelve hoy el clásico espacio del finado Sinca destinado a develar los más oscuros secretos del mundo del automóvil.

Personalmente, soy de esas personas que llegó a pensar que nunca podría conducir debido a todo lo que hay que tener en cuenta: pedales, espejos, luces, y -fundamentalmente- las cagadas que se mandan los demás. Así que no pienso engañarle tirándole falsos consejos. Cuando me largué a la calle tenía un cagazo bárbaro, y solo se me fue yendo con el paso del tiempo, con práctica, como ocurre con todo en la vida.

Entonces, lejos de estudiar el comportamiento ideal en una rotonda (creo que la del Sorongo de los Milicos debe ser una de las peligrosas del mundo debido a las altas velocidades que desarrollan los bólidos), ahondaremos en un tema seguramente aún más atrapante.

Hablaremos de esa "falla", "rotura" o "problemita" que tiene tu auto, y que se lo aguantás porque no es lo suficientemente molesto o determinante como para dejar el auto en el taller con todo lo que ello implica (exponerte a que te cobren fortunas por cambiar piezas de cuya existencia no habías tenido datos hasta el día de hoy).

Hagamos un compendio de fallitas, y veamos cuál es la más hilarante.

He aquí las del señor director:

- El pica pica derecho trasero anda cuando quiere. Pero si le das una piña, anda durante un rato.

- La goma que está en la parte baja de la palanca de cambios tiene un regio agujero.

- El limpia parabrisas trasero tiene la goma desprendida.

- El parlante derecho de la radio no funciona.

- Cuando el auto va rápido, emite un zumbido agudo que parece emanar de una rueda.

- La calefacción tira aire caliente pero solo por los agujeritos linderos al vidrio.

- El reloj anda pero no se ve porque no tiene luz.

¿Tiene usted las suyas? ¿Qué espera para compartirlas?