Top Ten del Negro Cubilla

Dedicado a las nuevas generaciones, a fin de que puedan comprender que más allá de un gran jugador, un técnico exitoso y un hombre con convicciones tan fuertes como reaccionarias, se fue un gran generador de leyendas.

10- Funda la marca de pelotas homónima, para hacer goles de maravilla. Las popularizó Cacho de la Cruz y su arquero. Las había de diferentes texturas (la que le regalaban a los botijas en "Cacho Bochinche" era de inferior calidad a la que usaban en el citado programa). Cubilla fue la marca oficial de balones del fútbol uruguayo a principios de los noventa. Se estima que era una pelota no muy buena, pero noble.

9- Se queda afuera de la selección por no querer tomar una sopa. Al menos eso fue lo que trascendió. De seguro había razones de mayor peso, como lo de la cadenita de Victorino, que luego se supo que fue un invento para tapar que él y Washington González se estaban matando a unas minas en el hotel. ¿Que quiénes eran las minas? No, de la vida privada de Waldemar no hablo.

8- Decide colocarse en las fotos siempre en la misma ubicación y posición. No sabemos por qué, pero siempre se lo ve, en las fotos de los equipos que se sacan antes de arrancar los partidos y que generalmente no se publican en ningún lado salvo que el equipo salga campeón y salga el póster con El País, abajo y a la izquierda, y en una pose como para arrancar a correr los 110 metros con vallas. Y siempre alegre, con sus patillas enhiestas, oh, amante de la moña y las medidas prontas de seguridad.

7- Le tira caramelos a un hincha que lo putea en la Argentina. Precioso momento. El video está en iutub. Por alguna extraña razón, la gente fuera de Uruguay le dice "Cubillas", confundiéndolo con el peruano homónimo.

6- Sale campeón con Defensor, para ser el primer ser humano en salir campeón con Peñarol, Nacional y Defensor. Hazaña que luego sería alcanzada por el Vasco Aguirregaray, lo que le quita buena parte de su valor.

5- Le mete un gol a Brasil en las semifinales del Mundial del 70, y logra darle vida al fantasma de Maracaná, que por aquellos años estaba tan alejado en el tiempo como lo están para nosotros los goles que le metió Romario a Siboldi (que para mí fueron ayer). Un gol de mierda, vale acotar.

4- Le tira la camiseta de Nacional en la cara al árbitro. Parece que en un partido por la Copa Montevideo, el árbitro echó como a cinco jugadores de Nacional, que habrá perdido por gualcober.  Lo cierto es que mientras el Pulpa Etchamendy le pegaba a todo lo que se movía, el popular Negro le tiró la camiseta en la jeta al árbitro, que algo malo habrá hecho  (gracias Luis Fernando por la corrección).

3- Roba una pelota que se había ido afuera ante la URSS, mete el centro, y Uruguay a las semifinales del Mundial. Imagine la alegría que le habrá dado al hombre -gran pachequista- el haber eliminado a los rusos con un gol casi que suyo, y con trampa incluida. Más o menos como si Eguren le metiera un gol de codo a Estados Unidos.

2- Le mete un cabezazo al árbitro Otello Roberto en el Parque Viera. Corría el año 1985, Cubilla dirigía a Nacional (lo agarró cuando tenía menos puntos que el del Chavo), y el árbitro inventó un penal del ya citado Aguirregaray. Terminó el partido, y le aplicó un topetazo en la ñata. Tabique fracturado, y técnico procesado. La parcialidad tricolor valoró mucho su actitud.

1- Dice que quiere jugadores con hambre, y que los que vienen de Europa a hacer ostentación ante esos mismos jugadores hambrientos, son malas personas. Que era más o menos lo que pensaba todo el mundo en aquella época, a principios de los 90. Creo que su error fue haber pensado que sin Francescoli y Fonseca pero con Peter Méndez y Marcelo Fracchia no llegaríamos a ningún lado. Así que hizo como se amigaba, y los llamó. Que si no, capaz que hoy en día, el director general de Tenfield sería Kanapkis.