“Lo importante no es la cantidad de tiempo que le dediques a tu hijo, sino la calidad”. Sí y no. A ver, si vas a estar seis horas gritándole a una pequeña criatura de tres quilos o ignorándola olímpicamente, ahí sí, mejor que lo mimes veinte minutos. Pero más allá de esta situación caricaturesca, es mentira que a tu bebé le da tanto lo mismo compartir dos horas o diez contigo. Aviso para la madre moderna que estudia y trabaja: tu hijo es la prioridad número uno (aún si lo tuviste antes de los 45, mi querida María García). La facu la podés dejar en el freezer, el laburo a veces no, sobre todo si tu peque depende de ello, pero en todo caso es un mal necesario. A la pareja siempre se le puede dar un poco de pelota mientras el retoño duerme, es cuestión de darse maña y no enojarnos si algún asunto nos quedo medio inconcluso (me refiero al capítulo final de temporada de House ¿en qué estaban pensando? Si pensaban en sexo, se nota que no son padres).
Volviendo al tema que nos ocupa: calidad siempre, eso no se discute. Calidad y cantidad constituyen una falsa oposición. Es un invento para lavar las culpas. Pero tu bebé sabe lo que hace y se duerme la siesta de su vida justo cuando tenías todo pronto para llevarlo a visitar a una amiga. También se las ingeniará para aprenderse tus horarios y descansar mientras trabajás, no vaya a ser que lo agarres cansado al llegar a casa. Depende de la etapa en la que estés, te encantará llegar y ver su enorme sonrisa o te partirá la cabeza su llanto desconsolado y esa mirada de “adondeestuvistetodoestetiempo”.
Contratar a alguien que haga las cosas aburridas y rutinarias de la casa, si estás en condiciones de costearlo, puede ser una buena idea. Pensar que eso te va a dejar más tiempo para estar con tu bebé es una verdad a medias. Puede suceder que justo cuando te dispusiste a tirarte en la alfombra de goma eva esa tan linda y cara que compraste para jugar con él o ella, no tenga ganas. Ah, ¿nadie te avisó? Los bebés que ya juegan, a partir de los ocho meses en adelante, tienen ganas o no, igual que los humanos de tamaño grande.
El bebé en casa no debería ser una molestia, ni una nueva asignación de tareas, ni un ítem más en tu agenda, sino otra etapa de la vida. Es mejor asumir que de aquí en más la casa va a estar hecha un caos a partir del martes y no del jueves, que los platos van a hacer equilibrio en la pileta, las películas se van a transformar en sagas (porque tendrás que bajarlas en la compu y mirarlas en varias partes) y los libros serán enciclopedias (que degustarás en los veinte minutos que te deja libre el ómnibus). Por todo eso, a retozar con los pimpollos que se acaba el mundo. Cuando sean grandes, te lo agradecerán.
20 comentarios:
Que grande la nueva adquisición!
Totalmente de acuerdo con la nueva escritora estrella!
Esto de tener columna sobre hijos, maternidad-paternidad, nos vuelve a colocar en el sitial de blog familiar?
Ganaron por goleada los padres!!!
Que versatil que viene siendo Macarena eh!!
bien ahi!!
Macarena es un ser humano excepcional.
Podríamos aprovechar este segmento para comprobar cuántos de nosotros tenemos botijas. Yo tengo 3. ¿Quién más tiene? Que yo sepa, el Zorro, Ce, el Nacho, Dobleveo, Sinca... ¿quién más?
Ayer me leí el capítulo 1 de La Filosofía de Lost (de los mismos chantas que publicaron -ya que ni siquiera lo escribieron- La Filosofía de House) y el versaba sobre si los hijos le deben algo a los padres por el mero hecho de ser hijos. Obviamente llegaba a la conclusión de que no, no se les debe nada. En todo caso se le debe algo si realmente existe una relación de amistad, o si el padre debió realizar sacrificios o grandes esfuerzos para la crianza del guacho. Así que si queremos esa casa de salud con piscina y comida de verdad a rompernos el lomo por los borregos eh!
Maca (ya van 2 columnas así que te podemos llamar Maca sin problemas, you are one of us!) ¿de que será la próxima columna? ¿Física Cuántica? ¿Crochet? ¿Mascotas exóticas? siga así, no se achanche como nosotros jjj
yo no reyes...
Yo no. Digo. Acá en Uruguay no.
Antes que nada: aguante María García.
Excelente columna Maca. Y debo decir que por suerte existe el sexo con niños.
Quizás sonó raro, quise decir que por suerte existe el sexo entre progenitores que tienen a su cargo un niño/a.
Uf, suerte que aclaraste Ce.
Maca: colummunes los suyos (no habia comentado en la de publicidad) Toda una revelacion.
Ce, te recomiendo borrar ese comentario por que comprometés a todo el blog!
Ce: si no te conociera diría que sos cura.
Maca: ahora si, en dos o tres columnas mas, juro reconocer al Bryan.
Yo tengo uno.
Estimados todos:
Si no existiera el sexo con gurises, seríamos todos hijos únicos. Capaz que nos salteamos la cena con velas o lo dejamos para cuando los abuelos nos hacen la gamba, nada más. No quiero dejar mal parado al padre de la criatura, que le pone toda la onda :P
Me sumo al censo de Reyes:
Yo tengo una nena de un año. Como quien dice, estoy de estreno.
y el vendedor iba a todo grito "¡Caramelos Astra! ¡Se pisa y no se aplasta; se chupa y no se gasta!"
Eso decía.
"Si no existiera el sexo con gurises, seríamos todos hijos únicos".
Lástima que se murió Michael Jackson, sino lo pondría en la puerta de Neverland.
Creo que lo sigue diciendo... "caramelo de leshhhe, caramelo crocante"... un grande. Nunca lo vi vender un caramelo, pero hacía reír a la gente.
Algo que me gustaría poder decir de varios humoristas compatriotas.
Creo que es M. Schinca (Bvd. Sarandí) el que retoma una crónica del primer vendedor de kande (sic) en el Parque Urbano, cortando la masa con un hachita.
Qué politicamente correctos están todos. Ya se había aclarado el tema del "sexo con gurises",por eso me pareció que se podía evitar el rodeo, sobre todo teniendo en cuenta que es de ahí, y no de un repollo, de donde vienen los susodichos.
Vamo arriba Maca eh!!! Muy buena columna.
Yo dispongo de un especímen del tipo XX al borde de cumplir su tercer año.
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