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Digámoslo de una buena vez: exceptuando al Zorro, al resto todo nos entra primero por los ojos. Si algo mantiene viva a las compañías discográficas con respecto al hurto cibernético, es el esfuerzo en el que se mantienen por lograr embalajes (packaging) y artes gráficos (artwork) dignos de mención. A lo largo de la historia, innúmeras ocasiones se han presentado en que la portada de un álbum debió verse modificada, en virtud del reclamo de algún afectado. Sociedades moralistas como la norteamericana, algunas europeas y, por qué no decirlo, la chipriota, han enarbolado una lucha contra el traspaso de ciertos límites en las portadas de álbumes. Una lucha que, infelizmente, no han tenido el buen gusto de montar en otros terrenos más importantes.

Unfinished music No. 1: Two virgins: aprovechando unas vacaciones de su mujer por Grecia, Lennon sucumbio a una sostenida llenada de huevos que le venía haciendo Yoko Ono, se la llevó pa’ la casa, le dio pa’ que tenga, y de paso grabaron unos aullidos. Sería el primer “álbum” de la trilogía Unfinished Music. No contento por mostrarle al mundo que Yoko, debajo de las pilchas, era mucho más fea que de jeta, para la contratapa el buen John Winston decidió que ambos debían ponerse de culo al lente. EMI dijo “Ni en pedo me involucro en esto” (traducción mía) y Track Records, un pequeño sello británico, agarró viaje pero envolviendo el disco en una bolsa de papel marrón, para evitar ser demandados por Obscene Publications Act (un conjunto de leyes inglesas y galesas pergeñadas a mediados del siglo 19 que apuntaban, seguramente, a evitar que algún día Yoko Ono apareciera en bolas en algún lado). Año: ’68. Lugar: el sótano de la casa de Ringo en Montague Square, Londres.

Appetite for destruction: resulta que Apetito Por La Destrucción es una pintura de Robert Williams, pintor y caricaturista americano. En ella, se retrata a un robot violador a punto de ser agarrado por un vengador de metal. Como muchos minoristas se negaban a stockear el álbum (de una por entonces desconocida banda), el sello Geffen optó por cambiarlo por las calaveritas que hoy conocemos: un diseño de un tal Billy White Jr. incluyendo a Izzy arriba, Steven Adler a la izquiera, Axl en el medio, Duff a la derecha y Slash abajo. Año: ’87.

Mother’s milk: si usted pone una foto de la modelo Alaine Dawn en bolas, con un pezón tapado por una rosa y el otro por Anthony Kiedis, ¿qué pasa? Se lo censuran, ¡abombado! Como varias cadenas norteamericanas se rehusaron a vender el disco por considerar que la botija estaba demasiado expuesta a los rayos UV, se largó otra tapa donde los integrantes de la banda se veían más grande, y tapaban a la chirusa. Debe decirse que los bandidos de la californicación sacaron unos pósters con la chiquilina portando sus mamas al viento. Como ella no había dado el consentimiento, les sacó 50 lucas verdes de indemnización. Año: ’89.

Nevermind: pocas cosas más obscenas ha mostrado una caja de CD, que este erguido miembro viril. Merecido, pues, el enojo de Wal-Mart y su negación a comercializar el disco. Debido a la demanda en las otras cadenas, Nirvana se comprometió a pegar un sticker que rezaba “Featuring ‘Smells like teen spirit’, ‘Come as you are’ and ‘Lithium’” sobre el flotante glande, para que la cadena pudiera venderlo. Conviene mencionar acá mismo, con aires completistas, que destacan las imitaciones realizadas por Bart Simpson para Rolling Stone y el gran “Weird Al” Yankovic para la tapa de su “Off the deep end” (que incluye una parodia llamada “Smells like Nirvana”). Año: ’91.

Yesterday and today: poseídos por vaya uno a saber qué tripa, los Beatles y el fotógrafo Robert Whitaker se tomaron este retrato con el cuarteto adornado por muñecas descuartizadas y trozos de carne. Si bien la imagen ya había sido usada en Inglaterra para promocionar el simple “Paperback writer” en un anuncio a toda página en la prensa musical, cuando fue utilizada como tapa de la recopilación americana “Yesterday and today” las oficinas de Capitol Records (filial americana de EMI) explotaron de llamados protestantes. Se decidió cambiar la tapa por una imagen para blanditos. Como si hubiese sido en Uruguay, algunos empleados de Capitol tiraron la vieja tapa y la sustituyeron por una nueva, pero otros pegaron la tapa nueva sobre la anterior. Así, Capitol perdió USD 200.000 en reimpresos y material promocional desechado, y The Butcher Cover (La Tapa de los Carniceros) se ha transformado en el más buscado y cotizado objeto de memorabilia beatle. Año: ’66.

G N’ R Lies: “Wife-beating has been around for 10,000 years” (allá abajo a la izquierda) y “Ladies, welcome to the dark ages” (abajo de "THE SHOCKING TRUTH") son dos frases que ud. no querría utilizar para tartar de levantarse a una mina. Debido a la polvareda generada por aquellos emperrados en detectar actos misóginos siempre que se pueda, estas frases fueron remplazadas por “Lies lies lies” y “Elephant gives birth to midget”. Esto último, curiosamente, no fue reclamado por ninguna asociación de enanos de ningún país. Año: ’88.

¿Recuerda ud. alguna tapa de disco que debió haber sido censurada? Nosotros, mientras tanto, rastrearemos la tapa original del álbum "Raíces clavadas bien hondo" de Larbanois-Carrero, donde Eduardo hace de raíz, y Mario de bien hondo. Continuará...