EL BAR
(disculpenmé, lo intenté y no pude evitarlo, estoy enfermo)
En una fría noche, fría, muy fría, caminaba por la calle pensando en nada, mente en blanco. Estaba en un estado difícil de alcanzar y que me enorgullece enormemente lograr. Nada podía asombrarme, nada de nada.
Un trueno y cae la lluvia. ¡La madre que lo parió! A buscar un techo. Me ubico finalmente abajo del techito de la panadería, ya cerrada a esa hora. Miro la calle: un perro, un auto, una bicicleta. Toda esa batería de cosas no me sugiere nada. Empiezo a correr de techito en techito hacia ningún lado.
Finalmente: un bar. Eso sí me llama la atención y entro. Antiguo recinto, sillas de madera, mesas iguales. Una hilera de bebidas alcohólicas y un mostrador. Nadie.
- ¡Hay alguien para atender! – grito.
Pero nada. Nadie. El local vacío, la lluvia sobre los vidrios del lado de afuera, empañados del ladote adentro…
- ¡Alguien! ¡Atender! – insisto, nuevamente sin caso.
Decido salir del bar no sin antes robarme unos sandwichitos.
Abro la puerta. La cierro y salgo.
FIN
10 comentarios:
Lindo cuento. Cortito y al pie.
¿Quién era la rubia de la foto?
Estoy impresionado.
Me quedé sin palabras...
Ah... encontré una:
Puto.
Reyes, se trata ni más ni menos que de Doutzen Kroes, la misma de las imágenes de los últimos, un bombón, para qué negarlo
Pipi, me alegro de que hayas encontrado la palabra que mejor te define, lo que sin duda deja en claro que mis cuentos sirven para hacer reflexionar al lector.
¿Y quién es la Doutzen esa? ¿A quién le ganó?
Gjoffecito querido... Te banco y lo sabés.
De hecho, leo tus cuentos...
Aunque esto último preferiría que no lo supiera nadie, ta?
Pa mi está mejor la Ele.
Reyes, Doutzen le ganó a mi corazón.
Pipi, yo también te banco a muerte (y lo sabés), sé que leés los cuentos (y sabés que lo sé), y por eso no te tenés que ofender (porque todos sabemos lo que sos)
Ele, Fagalde te tiene ganas
Jamas lo negaría.
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