Salada la canchita: Mamá, el conejo gigante me está mirando...

Las reseñas sobre "Donnie Darko" (2001, dirigida por Richard Kelly, el mismo de la mediocre "La caja", con Cameron Díaz), insisten en que es la historia de un adolescente que comienza a ser visitado frecuentemente por un conejo (*) del tamaño de un cristiano y más feo que el "Diente" López. -Cómo se drogan los gurises de hoy en día- piensa uno, que cada día que pasa se pone más reaccionario, pero no. 


En realidad, este film que -dicen- vio dificultado su estreno por coincidir con lo de las Torres Gemelas y que fue circulando lentamente hasta convertirse en un verdadero culto que va más allá de lo cinematográfico para atraer a amantes de ciencias ocultas y dobles significados, se centra en la posibilidad de que choquen el mundo real con un universo paralelo, transformándose en el fin de nuestro planeta. O algo así.

Es una película un poco ambigua de más, que termina volviéndose confusa y, al mismo tiempo, factible de dar lugar a un montón de interpretaciones, algunas francamente delirantes. Yo tuve acceso al "director's cut", lo cual complica las cosas. Es sabido que, muchas veces cuando los productores meten las zarpas para introducir cambios es para clarificar con explicaciones una trama que les parece confusa, aún a costa de la calidad artística. Seguramente los asustó la ambigüedad de la propuesta y cuando, muy poco después, Kelly hizo su propio montaje, retomó la complejidad más o menos perdida.

El Donnie Darko del título es un adolescente (Jake Gyllenhaal, que tenía 20 años en ese momento; si la película la hubieran hecho en los 40, me hubieran elegido a mí para hacer de chiquilín) en tratamiento psiquiátrico y que ha quemado una casa sin motivo aparente. Aparece tirado en la ruta, sin saber cómo llegó, pero la cosa se explica porque también es sonámbulo. Cuando vuelve a su casa, descubre que un pedazo de avión había caído sobre su dormitorio y lo hubiera mandado para el Buceo si no fuera por su desaparición. El conejo feo -que sólo él ve- le avisa que el mundo va a reventar en 28 días.

El verdadero tema no es el misterioso pariente de Bugs Bunny, sino el propio Donnie, viviendo en un pueblito estadounidense típico, de esos donde todos se conocen, con casas todas iguales y amplias calles arboladas. Por un lado se retratan las mediocridades de ese entorno conservador, donde el protagonista, a veces, expresa su insatisfacción que no sabe bien cómo canalizar.

Por otro lado, comienza a sospechar que el problema puede llegar a ser solucionado viajando atrás en el tiempo. El propio conejo -que más bien parece una mosca gigante y orejona- lo guía en esa dirección, aunque no parezca un mamífero demasiado confiable. Lo manijeará para que haga determinados actos de vandalismo sin que sepamos en un principio con qué propósito.

El film -en la versión que conocí- es bastante más confuso que mi explicación

anterior. Es de esos que si uno lo viera por segunda vez -cosa que no pienso hacer- le encontraría unas cuantas incoherencias.  Una escena sobre el final, en donde Darko va a visitar a una escritora local que se ha referido al tema de los viajes en el tiempo, está particularmente mal filmada y/o montada, de forma que no se entiende mucho lo que pasa. 

Todo lo que sea la descripción del pueblo y de sus habitantes son un punto alto de la película y funciona muy bien, a pesar de que algún personaje sea un poco caricaturesco (la profesora reaccionaria, los estudiantes "pandilleros") pero "Donnie Darko" falla cuando quiere representarnos una historia fantástica que no se sabe si es real o no. Una cosa es la ambigüedad o la posibilidad de una doble lectura y otra muy diferente, es cuando no se entiende nada.

-Mi pase pertenece al Udinese, viste.

Como dijimos antes, en los Estados Unidos el film se transformó en un culto un poco esotérico, donde entran las más disparatadas interpretaciones. No aquí, en el Tercer Mundo, donde no se estrenó. Además del joven protagonista actúa Drew Barrymore, una Mary McDonnell después de "Danza con lobos" (si alguien sabe donde está, me avisa), el finado Patrick Swayze y la propia hermana mayor de Jake, Maggie Gyllenhaal que estaba hecha un bomboncito. O una sopita. También la resucitada Katharine Ross, sex simbol de los 70 ("Butch Cassidy", "El graduado"), que no volvió a actuar. Lástima.  

Salada la canchita, una columna que se entiende clarito, hoy te trae un par de videos que intentan explicar un poco "Donnie Darko", a veces clarificando algo lo que vimos en la pantalla, y otras veces agregando más entrevero. Igual, hay decenas de videos así en Youtube sobre esta película. Antes que eso, un trailer para venderla a los lectores.       

(*) Probable referencia a "Harvey" (1950), una comedia de esas que son clásicos en USA, en donde James Stewart también veía un conejo de su tamaño. 

Trailer oficial

Una explicación un poco volada.

Algo un poco más concreto y convencional.

Y.E.T.P.A.P.
+ Bud Spencer. O Carlo Pedersoni, ex nadador olímpico, se dice que vivió un tiempo de jovencito en Montevideo. En la segunda mitad de los años 60 se hizo famoso en su dúo con Terence Hill (unos 18 films), el más famoso de ellos fue "Lo llamaban Trinity" (1970).

Spencer era el grandote barbudo (1.95) y Hill, que no era ningún enano, el pícaro carilindo. Esa fórmula pasatista de películas de acción con piñas y cachetazos más que violencia pura, funcionó notablemente para dos o tres generaciones de adolescentes. Hace 10 años -ya septuagenario- se metió en política apoyando a Berlusconi. Pero andá a discutirle...