lunes, 13 de mayo de 2013

Volvieron los cuentos. Ahora aguanten la toma.


De la Cabeza



   Tengo un problema, por todos lados veo el gorro que quiero tener. El problema es que lo veo en todos lados menos en donde debería verlo: en un puesto en dieciocho que lo tenga a la venta. Bueno, a decir verdad, tampoco es que lo veo en todos lados, estoy siendo un poco exagerado, lo veo en la cabeza de la gente, ni siquiera en la cabeza de todo el mundo. No. Nótese que todo lo que estoy diciendo es para aclarar que no se trata de una patología mental, se trata de una situación normal. Como cuando uno se compra un auto. A mi no me ha pasado, lamentablemente, debo decir, pero a un conocido sí, que se compro un FIAT uno rojo y  a la semana se dio cuenta de que ese modelo estaba por todos lados. A mi me pasó algo parecido pero con un pequeño detalle: yo no compré el gorro que quería, me compré uno similar. A decir verdad, no tan similar, pero que me sacaba del apuro que, a final de cuentas, era no morir en un camping al que concurriría al día siguiente. Se trata del camping de Santa Teresa que, como más de uno sabrá, la gente que no llega a pagar una parcela con luz y agua, y se engaña creyéndose honrada al evitar hacerse el vivo y pagar lo mismo que una parcela común, termina en un agujero negro que, a la noche, cuando ya no hay ningún fogón prendido, es como si no existiera. Bien digo agujero negro, a la noche. De día, no hay casi sombra y aquello, aunque se puede llegar a solucionar con un toldo, es un hervidero de rojas calvicies. Aparte, mal o bien, hay que moverse en algún momento e ir al super a comprar mayonesa, porque se acabó a los dos días, porque había que hacer pasar ese arroz con choclo, y ahí sí, si vas al medio día y justo te toca hacer cola, no zafás de veinte minutos a rayo de sol cayendo perpendicularmente, cual patada descendente de Césaro o Rotundo, sobre tu cabeza. Y si no tenés sombrero, gorro, gorra, galera o similar, tas regalao.

   Creo que me fui de tema. Les pego una refrescada. Hay un gorro que veo en todos lados. No en todos lados, ya dije. No es que abro la heladera, saco el frasco de dulce de leche de litro (sí, de litro) y me lo encuentro adentro, arrolladito. No sufro esquizofrenia, estoy seguro de eso, la comunidad de duendes que vive bajo mi cama me convenció de que no, aunque confieso que siempre sospeché de ellos, pero esa es otra historia.
   No sé qué hacer. ¿Conviene que le pregunte a alguno de los portadores dónde lo consiguió? ¿No quedaré pegado? ¿Por qué me parece que mi felicidad va a alcanzarse obteniendo un bien material tan banal? Mi problema no es que quiera tenerlo, es que quiero dejar de verlo, en realidad. Ta, no sé, me voy a tomar la pastilla, darle las buenas noches a los gnomos y dormirme de una vez. Y espero que cuando me levante alguien me haya ayudado… Y al mirarme al espejo vea que tengo el gorro que tanto anhelo.

12 comentarios:

nanor dijo...

Muy bien. Pregunte donde se consiguen muchacho, no sea nabo (con todo respeto)

Carles dijo...

El cofre nomá. Saludamos tu retorno, no nos faltes nunca más.

Macarena dijo...

Siempre que trato de leer uno de los cuentos, hay algo visual que me lo impide, esa sensación de que están escritos en un solo párrafo... no sé

enplay dijo...


Los Fiat rojos salieron muy buenos.

Andrés Reyes dijo...

Bien volvido, bien.

zorro d colonia dijo...

celebremos tan ansiado regreso con un buen bife de hígado,vuelta y vuelta al perejil

Lostmakers dijo...

Zorro madura, no podes quedarte anclado en los recuerdos del liceo!

elCofre dijo...

opa, volvió el chorro este,
vamo cofre, bien igual

elCofre dijo...

todos putos, con amor, como hacía tiempo no lo decía

zorro d colonia dijo...

Lost, lo bien aprendido no se olvida jamás,dijo José Pedro mientras se bajaba una mano bichando a la Adela Reta en el baño de la plaza de deportes

El editor dijo...

¿gorro o porro?

Unknown dijo...

Que buena tu volvida jofito! Yo tengo uno verde flúo de Jazzy Mel, te sirve? te lo mando.