1..2..3.....50

Y si, como quien no quiere la cosa llegamos a la columna número 50, varios columnistas de TPLMP han logrado y, por que no decirlo, superado ése número, por lo tanto no es ninguna hazaña, pero tampoco está prohibido, que yo sepa, hacer un pequeño festejo en ocasión de escribirla, o si?

Dado que últimamente se me ha complicado cumplir con ésta magna misión, y en honor al esfuerzo que hacemos para llegar hasta ustedes, aunque sea quincenalmente (terrible autobombo!!!), hemos decidido dedicarla a un, porque no decirlo, esforzado vehículo, que aunque viene de lo más alto de la fabricación de automóviles se ha ganado su reputación en base a sacrificio.

Me refiero al que conocemos como Mercedes 300, que no es ni más ni menos que el 123. Me dirán, “dejate de joder es un Mercedes”, y si señores es un Mercedes, pero acaso Lothar Matthaus no metía pata como loco en la Alemania campeona del 90? Eh?

Todas las fábricas de autos le dan un nombre a las carrocerías (modelo x) y les instalan distintas motorizaciones para atender la mayor cantidad de clientes posibles, en el caso de Mercedes, por lo general, no tenían nombre que las identificara como modelo, y lo único que uno veía era el número que indicaba básicamente de que cilindrada era el motor. Ejemplos: 300 (3.000cc), 240 (2.400cc), 280E (2.800 cc Nafta), etc. Por lo tanto, si uno está en el negocio, ya sea vendiendo o comprando, debe saber que busca un “carrocería 123” y después vemos con que motor lo quiere.

Todos los Mercedes pueden ser identificados por un número de carrocería específico derivado de su número de chasis, pero éste es el único al que lo usuarios piden así, "el 123" es un hito, resume el sentido de tener un Mercedes, no importa que tenga 30 años de fabricado.

Visto a la distancia no tenía nada increíble comparado con otros de su especie, en Uruguay, los primeros son del 77 y se consiguen hasta del 84. De todas maneras más allá de que, en los 80, uno podía presumir de tener, aire acondicionado, vidrios eléctricos, bloqueo de puertas y hasta ABS (en los más nuevos “versión Americana”), lo que lo distinguió fue su fortaleza y el hecho de ser un gasolero con muy buenas prestaciones en tierra de naftas.

En aquellos años, aunque no lo crean, no había tantos diesel como llegó a haber años después, y Mercedes ( fabricante del primer motor gasolero) consiguió un auto que, si bien no tenía una gran aceleración en ciudad, en carretera se comía los niños crudos, más aún con el desarrollo de los Turbodiesel en el 82.

La marca siempre ha sido líder mundial en investigación y desarrollo y ha implantado antes que nadie la mayoría de los avances en cuanto a seguridad activa y pasiva en sus autos, éste 123 es el primero del que uno escucha hablar como de “un tanque de guerra”, un auto del que hay mil historias de accidentes en los que los ocupantes salían ilesos, generó como una mística (probablemente un poco exagerada) que hace que al día de hoy, el tipo que se compra un Mercedes 2010, si tuvo un 123, casi seguro te diga que ya no los hacen como aquel.

Las claves estaban ahí, en un País con Gasoil barato, el que podía comprarlo tenía uno de los mejores autos del mundo, con lo último en equipamiento, seguro y encima andaba con dos pesos, que más se le puede pedir a un auto.

Interiores cómodos, firme en carretera, en ciudad uno no sentía un ruido adentro, la caja de cambios un poquito larga pero una seda, el motor duraba 600.000 kilómetros por abajo de la pata y cuando lo ibas a reparar comprabas todo original muy barato, y esto es lo mas increíble, eran, y son, baratos de repuestos.

La carrocería, más allá de que se picaban con el tiempo los paneles de puerta y los zócalos, dura sin ruidos más o menos lo mismo que el motor, el tapizado símil cuero, los he visto con 20 años y enteros. Entonces, uno se encuentra ante un producto al estilo, y disculpen la comparación, la heladera de mi abuelo, esa con la que se casó y vivó 50 años, la pinto 7 veces y se fue de la casa con él.

(Disculpen el desorden)

Confiable, seguro, durable, mucho más de lo que cualquiera de ustedes podría decir de sus propias parejas, o miento yo. Salud entonces mi querido 123 y por muchas columnas más.