"Jugué pensando en Saralegui"

Tras el trascendente empate cosechado por Uruguay ante Venezuela en el Centenario, Héctor Fabián Carini se convirtió en el principal tema de conversación de familias, grupos de amigos, y salas de espera. Sensible a las fluctuaciones de la opinión pública, Todo por la Misma Plata habló con el arquero récord del fútbol mundial.

Fabián, ésta me la enseñaron Krikor y el Nono. ¿Sensaciones?

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Y... es difícil. Por un lado la satisfacción de haber dado un paso adelante respecto a la Eliminatoria pasada. Y por el otro, en lo personal, la convicción de haberle respondido al técnico.

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¿En qué sentido?

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En el literal. Me preguntó cuál es la capital de Honduras, y le respondí: "Tegucigalpa".

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¿Qué pasó en el gol?

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Nada en especial. Patearon de 56 metros, di rebote, y me clavaron.

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¿No pensás que podrías haberla atajado, o al menos rechazado hacia un costado?

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Bueno, eso es relativo. Podría, podría... ¿podría haberla atajado? Y sí... como también podría tener tres manos, o como Tabárez podría tener carisma, o como Jokas podría no usar gel, o como Lady Di podría no haber agarrado por el túnel de 8 de octubre. Son los imponderables de siempre.

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¿Qué pensaste cuando viste que en la primera que te pateaban te anotaban el empate?

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Que se venía una semana dura, para mí y para mi familia. Por suerte Abreu se acercó a hablarme, y me tiró unas buenas salidas para echar mano. Por ejemplo, ayer le explicaba a una sobrina que la gente me insulta no porque yo ande mal, ni porque hace 7 años que no juego un partido por liga local, ni mucho menos porque hace año y medio que religiosamente me mando una cagada por partido. No. Me putean porque tienen que presentar la declaración jurada del IRPF y no saben cómo.

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¿Qué te dijo el técnico cuando terminó el partido?

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Que me quedara tranquilo, que si no me sacó con todas las cagadas que me había venido mandando, difícilmente me saque ahora. Aunque me dijo que me lo confirmaba el domingo después de Punto Penal.

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¿Qué mensaje le dejás al hincha?

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Que ojalá Dios le dé el doble o el triple de lo que me desea a mí. Y en particular, al hincha de Peñarol, le digo que se quede tranquilo, porque apenas llegue voy a dar todo por ganarme el puesto. Ayer ya demostré que puedo estar a la altura de Biglianti. El martes me propongo emular a Salgueiro, siempre y cuando Perú me dé una manito con algún centro combeado.