jueves, 2 de febrero de 2017

Guía práctica para sexo grupal (Episodio 1)




Apuntes previos
Antes de continuar leyendo esta espacio hay que aclarar algo: una cosa es el amor y otra cosa es el sexo. Puede haber sexo con o sin amor, y amor con o sin sexo. En esta columna nos dedicaremos al sexo, no al amor. Esa es la consigna que sirve como punto de partida de todo lo que se planteará a continuación y en las sucesivas columnas.

Al infinito y más allá
Si hay algo que no existe el sexo son los límites. Esto también aplica para la cantidad de personas que pueden practicarlo simultáneamente, que va de uno (la tradicional masturbación) al infinito (fiesta descontrolada). El número más usual para hacerlo es de a dos, principalmente debido a la extensión hacia el terreno sexual de las convenciones construidas desde la sociedad que nos impone la cuestionable premisa de que sólo es posible amar una persona a la vez. Pero luego del dos vienen el tres y el cuatro, las otras opciones más habituales para el sexo en colectivo. 



Momentos
Si tuviéramos que ubicar la tendencia a la socialización de las prácticas sexuales en algún nivel etario, me animaría a hacerlo en dos niveles, aunque puede haber más: el primero sería en una edad temprana, luego del descubrimiento de la vida sexual, una adolescencia y postadolescencia en la que hay disposición a "probar de todo". Este caso se puede extender en caso de no caer en una relación estable, por ejemplo. El segundo momento podría ser el "redescubrir sexual" de la adultez, que se da luego de mucho tiempo en pareja, cuando pasó el tiempo de los celos y se vive la madurez de la confianza, buscar alternativas para salir de la rutina del matrimonio sin caer en la infidelidad; escapar aunque sea por un momento del molde de la convención social. Debido al público objetivo de este blog, me centraré en este segundo caso.

Planteo
Quizás sea el paso más difícil de dar. En el mejor de los casos la idea madura al mismo tiempo en las dos partes de la pareja, y el planteo no difiere del de otros proyectos como pintar la casa o cambiar el auto. En el peor de los casos la idea madura en una sola parte de la pareja, que debe plantearlo a la otra parte que lo aceptará o rechazará (generalmente mirando de mala manera a quien lo sugirió). Para este caso lo mejor es ir sondeando a través películas que aborden la temática (de forma explícita o sutil), dejando caer el tema como al pasar, y en base a la información recibida de la otra parte de la pareja plantearlo directamente, o enterrarlo en el fondo del baúl de las fantasías que jamás podrás poder cumplir en el resto de tu triste vida.

Los otros
Luego de superado el escollo anterior, vienen las cuestiones operativas. La primera de ellas es elegir el/la/los/las otro/otra/otros/otras. El resto del mundo se divide básicamente en "conocidos" y "desconocidos". Podemos optar por la opción uno: un amigo, amiga u otra pareja conocida que esté en el mismo nivel de apertura mental y evolución social por la que transitamos, y esté dispuesto a participar del compartir la expresión física del afecto. Una compañera o compañero de trabajo que completen el trío, por ejemplo. A favor: el conocimiento previo permite saltear varias instancias necesarias en caso de debut en esta práctica. En contra: hay que saber separar la práctica sexual del resto de la vida social, sino en el próximo cumpleaños del botija o en la despedida de año de la empresa vamos a ver a esas personas con otros ojos. Lo que pase en la cama (o donde tenga lugar la celebración) ahí queda. La otra opción son los desconocidos: entrar a foros especializados, a través de aplicaciones, durante un viaje al exterior, una salida a lugares nocturnos, etc. A favor: nos evitamos posibles momentos incómodos en el futuro, y sirve para probar si estamos preparados para dar el paso siguiente de invitar a conocidos. En contra: no es sencillo encontrar de primera quien satisfaga nuestras necesidades, nuestros estándares de confiabilidad, belleza o limpieza requeridos, y siempre está la posibilidad de despertar en una bañera llena de hielo y sin un riñón.

Lugar
Una cuestión operativa que es necesario resolver previamente es la locación donde tendrá lugar el encuentro. Afortunadamente, los hoteles de alta rotatividad han ampliado su oferta de habitaciones destinadas al sexo grupal. Esta opción es más aconsejable frente al propio hogar, al menos para los primeros encuentros, ya que una vez ahí no hay nada que nos remita al mundo real. Recordemos que esto tiene que ser un paréntesis en la vida rutinaria, y ver el collage que te dedicó uno de tus botijas pegado en la mesa de luz puede enfriar todo rápidamente. Una vez dentro del hotel hay que hacer lo que se fue a hacer, no hay alternativas ni distracciones, hay que ser máquinas sexuales programadas para copular.

Agenda de actividades
Pongamos un caso típico de dos parejas que optan por el promisorio camino del intercambio. Para romper el hielo, lo más aconsejable es iniciar la jornada de trabajo con ambas parejas teniendo sexo de forma habitual (pongámosle la pareja compuesta por A-a, y la pareja compuesta por B-b) en un espacio común. De ir desarrollándose la actividad en forma favorable, se debería avanzar al siguiente nivel: A-b y B-a. Digamos que hasta ahí vendría siendo el “paquete básico” o “nivel beginner”. Si damos el salto al paquete “Premium” o “usuario avanzado”, se pueden incluir las combinaciones A-b-B, A-a-B, a-A-b y a-B-b. Para terminar con  el nivel tres “Entrada preferencial, fila uno, Meet and greet”: A-B y a-b.

Muchos aspectos de la temática quedaron afuera de la columna por falta de espacio, no dude en plantear su duda en los comentarios y si lo amerita podemos hacer una segunda parte. Acá estamos para ayudarles a cumplir todos sus deseos.

10 comentarios:

Facundo dijo...

Esto está muy bien. Felicito a quien lo escribió. Información útil, bien tratada, de manera cuidada y se nota que hubo un buen trabajo de investigación previo. Una crítica para sumar: no puede ser que una columna sobre orgías no se pueda explayar a placer por falta de espacio.

Coby Brian dijo...

Essselente colurna!!!

Considero que esta sociedad conservadora, no separa la práctica de actividades de placer, del concepto de la fidelidad. Quizás, padecemos de fidelidad posesiva asumida y así somos felices. NO veo blanqueandole a la patrona/marido: "che viejo/a, no me esperes después del laburo que me echo un polvo con fulano/a y llego. dale??"

Es una buena guía. Fui anotando un par de palabras claves: entregar (el cortachurro una vez definido la sexualidad), porneta(de espadeo), Grupal(planteo), Telo, cambio y entregar (nuevamente).

Enanobufon dijo...

Preciosa colugna!!!! para encuadrar!!

Facundo dijo...

En el libro de Dolina "Bar del Infierno", hay una serie de capítulos respecto a las orgías. Sin ánimo de comparar les trascribo algunos fragmentos de "Orgías IV":

"Una orgía, hijo mío, separa el placer de sus consecuencias. Allí no hay referencias a la vida pasada o a la posición social fuera de ese ámbito. Pero hay que decir que ciertos datos previos iluminan el placer de un modo delicadamente perverso: observar el desenfreno de alguien cuya castidad es pública multiplica la voluptuosidad.
De todos modos, es deseable la aniquilación de las identidades. La luz debe ser tenue; las palabras que se intercambien, impersonales. Los celos, el orgullo y la imposición de derechos adquiridos previamente están, desde luego, fuera de toda orgía. Los turnos, las simetrías, la disposición coreográfica deben limitarse. Es preferible, querido mío, una sensación de caos, aunque es sabio procurar que la lujuria de los concurrentes vaya creciendo de un modo homogéneo. Es decir, se reducirán al mínimo los estallidos precoces o tardíos."

Facundo dijo...

"Los licores y los afrodisíacos, niño de mi corazón, son indispensables no sólo para asegurar el desenfreno sino para atribuir a las sustancias la responsabilidad de nuestras bajezas. Se entiende que estas preparaciones nos dominan, nos poseen y nos expulsan de nuestro ser.
Como ya te habrá dicho tu madre, es perfectamente inútil aspirar a lo orgiástico con la mera concreción de una cita colectiva de expectativas sexuales. Una verdadera orgía presupone un estado de conciencia diferente y superior que debe ser alcanzado por procedimientos que implican, casi siempre, una ética y una estética. Los mercaderes enriquecidos que fuman opio y se rodean de prostitutas en el barrio del Soho son solamente imbéciles y debe serles prohibido el ingreso a cualquier saturnalia. Y ahora ve, hijo mío, y sé feliz."

Ce dijo...

Gracias por sus comentarios que engalanan esta columna.

Dobleveo dijo...

foto

Dobleveo dijo...

Por otro lado cada vez que uno le plantea cosas de este estilo a su pareja y ésta (cuál?) duda medio segundo ya nos da para hacernos la cabeza de que lo duda y que por eso está todo bien.

Hechos, no opinión.

Unknown dijo...

Excelente Ce!

Claramente la etapa de planteo es la mas complicada, pero lo bueno es que después de planteado una vez, aunque, el nó, haya sido rotundo la segunda vez que se plantea ya es mucho más fácil de plantear y aunque siga siendo un no rotundo se va suavizando y la mirada furibunda ya no lo es tanto, y así sucesivamente... Tal vez nunca convenzas a tu pareja pero por lo menos ya deja de ser un motivo de miedo al tortazo y se puede hablar descontracturadamente del asunto. Recomendación: No plantearlo una vez por semana, unos prudenciales 45 días estarían bien para ensayar segundos y terceros intentos.

Menos mal que tengo un amigo que me cuenta estas cosas, si no mi mujer me caga a trompadas

Unknown dijo...

Maravilloso, nunca vi tantos virgos hablando de orgías.
Mejor se hubiesen dedicado a la física cuántica.
Basta.