Con un poco de suerte, el domingo finalizará el campeonato más funesto de los que se tenga memoria. Peor aún que el Clasificatorio 2004, el Competencia del 85 o la Copa Suat. Mucho peor que el Vale Todo de Cacho Bochinche, el torneo de penales del programa liceal de Juan Carlos Scelza, o la Eliminatoria del 93. Y la nómina podría seguir.
El de Prudente, el de los puntos perdidos, el del asado aurinegro recalentado, el del llanto de Scorza, el del escaso público, el de los incidentes en Jardines. Son solo algunas definiciones (y pueden usarlas) que encajan perfectamente a la hora de referirse al funesto Torneo Apertura 2008.
De todas formas, de modo análogo a como uno logra extraer cosas positivas hasta de sus noviazgos más infames, quedan algunas minucias para rescatar del campeonato que –Dios mediante– languidece. Como por ejemplo, el descubrimiento de un arquero llamado a prolongar la tradición de los Mazurca, los Rodolfo, y hasta los Harry. Hablamos del propio Cachorro Burián, a quien hemos defendido a capa y espada desde su debut, incluso cuando arreciaban las críticas hacia su particular forma de salir a descolgar los córners. De más está decir que salvo que el Maestro Tabárez tenga una venda en sus ojos, el astro rubio será el arquero celeste en el próximo microciclo eliminatorio.
Destaca también el silencio de Juan Ramón (si hubiera optado por él en 1973, hoy sería más grande que Schiaffino y que José Mourinho), Julio Ríos interpretando a Leonardo Fabio, o la ausencia de exámenes antidoping positivos (no porque señalemos con el dedo al adicto, sino porque estamos harto de escucharlo denunciando una mano negra y dando lecciones de vida en Punto Penal).
Ante la nada descabellada posibilidad de que el torneo se dilucide mediante una final, proponemos disputarla no ya el martes 23, sino el propio miércoles 24, en horario nocturno. Será una forma ideal de aprovechar la pantalla gigante (que en cualquier momento aprende a ser utilizada por los funcionarios de CAFO) para proyectar “Nochebuena con las Estrellas”, y poder así disfrutar de esos fantásticos videos de El Puma, José Luis Perales y los Pimpinela con los que el canal uruguayo nos viene premiando desde 1983.
Además, no habrá Daisy que impida entrar al Centenario con fuegos de artificio (¿quién tendrá el corazón para impedirle el acceso a un niño con su manojo de “chispitas mariposa”?), por lo que los jugadores de Peñarol ya no deberán ingresar con maletas llenas de bombardas para luego dárselas a los referentes de la barra. Con un poco de suerte, podremos instaurar la tradición y eliminar de una buena vez a La Noche de las Luces y su Desfile de la Alegría.
Y todo será paz y armonía: la familia volverá a las canchas, los vendedores de papas chips agotarán sus existencias, el Pato Celeste podrá volver a salir al campo con algún mensaje de paz para los pueblos, Rodrigo Romano nos caerá un poco mejor, Corbo podrá disfrazarse de Papá Noel para otorgarle el trofeo al campeón (aprovechando que la famosa marca de refrescos que patrocina el torneo parece haber adquirido también los derechos de imagen del rojiblanco gordinflón). Podrá haber incidentes, sí, ¿pero acaso no los hay todos los 24 de noche?
Y lo más importante: ya nadie se acordará de los penales que no cobró Larrionda.
El de Prudente, el de los puntos perdidos, el del asado aurinegro recalentado, el del llanto de Scorza, el del escaso público, el de los incidentes en Jardines. Son solo algunas definiciones (y pueden usarlas) que encajan perfectamente a la hora de referirse al funesto Torneo Apertura 2008.
De todas formas, de modo análogo a como uno logra extraer cosas positivas hasta de sus noviazgos más infames, quedan algunas minucias para rescatar del campeonato que –Dios mediante– languidece. Como por ejemplo, el descubrimiento de un arquero llamado a prolongar la tradición de los Mazurca, los Rodolfo, y hasta los Harry. Hablamos del propio Cachorro Burián, a quien hemos defendido a capa y espada desde su debut, incluso cuando arreciaban las críticas hacia su particular forma de salir a descolgar los córners. De más está decir que salvo que el Maestro Tabárez tenga una venda en sus ojos, el astro rubio será el arquero celeste en el próximo microciclo eliminatorio.
Destaca también el silencio de Juan Ramón (si hubiera optado por él en 1973, hoy sería más grande que Schiaffino y que José Mourinho), Julio Ríos interpretando a Leonardo Fabio, o la ausencia de exámenes antidoping positivos (no porque señalemos con el dedo al adicto, sino porque estamos harto de escucharlo denunciando una mano negra y dando lecciones de vida en Punto Penal).
Ante la nada descabellada posibilidad de que el torneo se dilucide mediante una final, proponemos disputarla no ya el martes 23, sino el propio miércoles 24, en horario nocturno. Será una forma ideal de aprovechar la pantalla gigante (que en cualquier momento aprende a ser utilizada por los funcionarios de CAFO) para proyectar “Nochebuena con las Estrellas”, y poder así disfrutar de esos fantásticos videos de El Puma, José Luis Perales y los Pimpinela con los que el canal uruguayo nos viene premiando desde 1983.
Además, no habrá Daisy que impida entrar al Centenario con fuegos de artificio (¿quién tendrá el corazón para impedirle el acceso a un niño con su manojo de “chispitas mariposa”?), por lo que los jugadores de Peñarol ya no deberán ingresar con maletas llenas de bombardas para luego dárselas a los referentes de la barra. Con un poco de suerte, podremos instaurar la tradición y eliminar de una buena vez a La Noche de las Luces y su Desfile de la Alegría.
Y todo será paz y armonía: la familia volverá a las canchas, los vendedores de papas chips agotarán sus existencias, el Pato Celeste podrá volver a salir al campo con algún mensaje de paz para los pueblos, Rodrigo Romano nos caerá un poco mejor, Corbo podrá disfrazarse de Papá Noel para otorgarle el trofeo al campeón (aprovechando que la famosa marca de refrescos que patrocina el torneo parece haber adquirido también los derechos de imagen del rojiblanco gordinflón). Podrá haber incidentes, sí, ¿pero acaso no los hay todos los 24 de noche?
Y lo más importante: ya nadie se acordará de los penales que no cobró Larrionda.
Bach. Patricio Mehma
(Publicado en Guambia, 20/12/08.)
3 comentarios:
Muy bueno bachiller!!!!!
Gracias por su aguda vision de tan triste momento.
no nos olvidemos del campeonato que el popular "Vela" debe de organizar en los recreos del módulo en que se encuentre; si me apuran, afirmo que ahí empezó la debacle. Se pérdida no fue la del norte de nuestro fútbol, fue la de la brújula que nos guiaba hacia él.
che reyes,que haces parado ahi atras mirando el festejo del chavito y larry,tenias ganas de entrar y sumarte por si se armaba un festejo como en el de las fotos del video de adusto?
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