
Esta vez no fue un pesto. Fue 57-54, y con definición incierta hasta los últimos segundos.
Lo cierto es que Unión, mucho más pichi, le volvió a dar la comida a Malvín.
Ampliaremos.
Apenas 491 documentos de los cientos de miles de Wikileaks hablan de Uruguay. ¿De qué hablan? Sencillo: del Chengue Morales, de Fernando Vilar, de Humberto de Vargas, de Detaquito y del Quique Ferraro.
Da pena
La propia Jennifer Aniston sigue haciendo el ridículo. Todos sabemos que después de ser desechada por Brapí, quedó medio chapita. Por lo que ahora anda posando medio en bolas para todo quien quiera fotografiarla. Creemos que pasó tu cuarto de hora, y que bien harías en disfrutar del dinero que te dan esas 4 comedias tontas que hacés por año.
A comerlaaaaaaa
Barcelona le metió 5 a Real Madrid, señoras y señores. Yo la gozo, ¿y usted?De los 35 milímetros al megapixel
Ahora está de moda que el registro del pequeño retoño, sobre todo para los papis más potentados, arranque con la ecografía 4D.
Para los que nacimos en la década de los 80 o incluso antes, el álbum de fotos era un objeto suntuario. Las limitaciones técnicas (el rollo más grande era de 36 fotos, que me desmienta Perezvila si me equivoco), sumado al elevado costo del revelado, contenía la pulsión paternal de inmortalizar cada mínimo instante transcurrido.
Estaban marcados entonces algunos hitos como “la salida del sanatorio”, “el primer bañito”, “la visita del tío Pocho que vino de lejos”, “el bautismo, para los creyentes” y una acotada lista de etcéteras.
En definitiva, la foto tenía un valor testimonial que se regulaba solo. En el mejor de los casos, el primogénito lograba completar un álbum de cien fotos antes de culminar la escuela primaria.
Lo máximo a lo que uno podía aspirar era a que le hicieran un lindo mural. Con suerte a color, si la familia andaba en una buena racha económica.
Fotogénicos
Pero hoy la fotografía digital, con cámaras cada vez más accesibles –incluso con celulares con cámara a precios promocionales- acompañado por el acceso a los medios de almacenamiento (PC, Pen Drives, tarjetas de memoria) y la popularización de Internet, rompió el dique de contención que tenían los padres primerizos, dejando al pobre botija expuesto al peor de los flagelos: la baba de sus propios padres.
Puede que las dos o tres primeras horas de vida nos cuidemos y sigamos la famosa recomendación “no le pongas flash, que le hace mal a los ojitos”. Pero ni bien empiezan a caer los parientes de visita en el sanatorio, al primero que le zampa el fogonazo, ya se relaja la cuestión y viva la pepa, dale que es tarde, a flashear al bebé que se acaba el mundo.
Entonces le creamos una cuenta de google, o foto blog o peor, subimos 1500 fotos del pobre inocente a Facebook. Teras y teras de vida digitalizada sin ton ni son, sólo porque es gratis.
¿No será hora de reflexionar al respecto? Ni sueñe con la utopía de sacar 500 fotos para luego seleccionar “las más lindas”. Su hijo o hija le parecerá maravilloso aunque esté completamente fuera de foco.
Parafraseando el slogan que lucha contra la tenencia de armas, yo le diría a los papás primerizos: “tenés una cámara digital, tenés un problema”. En serio, ya no da para andar persiguiendo a la pobre criatura por todos lados cual turista japonés en la Ciudad Vieja. Llega un momento que el pobre se fastidia, y con razón.
Padre, madre (tutor o encargado), desconéctese. Haga la prueba. Sáquele las pilas a ese instrumento del demonio. Arroje el celular bien lejos y siéntese a contemplar así, en vivo y en directo, a esa criatura que no para de crecer y cambiar. Dele un poco de crédito a su memoria y verá como no se arrepiente.
El enigmático envío del señor Brunzo.
Lo que es Editor.
Vale acotar que, vencido el plazo de envío, son estos los cuatro videos que competirán el repechaje, junto a Fernando.
168 encuestados, entre 16 y 56 años nos contestaron acerca del uso y abuso de este infaltable artículo de limpieza personal en cualquier hogar.
Para empezar el 79 % lo escribe "shampoo", el 20 % "champú" y el restante porciento se complicó con la pregunta (vamos, no era tan difícil, tampoco era como escribir Jhony, o Yonny, o Jonny, o Yohny, o Yoni, o Jony, o las mil maneras de escribir ese nombre).
El 21 % reconoció lavar alguna otra parte del cuerpo aparte de su cabellera con shampoo logrando la misma espuma, el 59 % cree que no hay diferencia entre los tipos de shampoo (el de cabellos grasos tiene el mismo efecto que el de cabellos teñidos, por ejemplo).
En cuanto los factores que hacen que una persona elija determinado tipo de shampoo nos contestaron de la siguiente manera:
33 % lo elijen por el precio
19 % por el tipo de cabellos (jajajajajaja, ilusos!)
17 % porque es 2 en 1, se ahorran la crema de enjuague
15 % porque en la publicidad a la modelo le queda re bueno el pelo o la modelo esta re buena
10 % porque tiene una promoción que viene con un jabón de tocador o acondicionador de 159 ml
6 % ni idea
En época de crisis (o a fin de mes) solamente el 16 % cambia por un shampoo más barato, el 9 % de los encuestados usa sachet y el 43 % piensa que la marca más afamada de shampoo (Sedal) es una bosta y con el tiempo te quedas pelado.
El público femenino en su mayoría (82 %) no entiende porque con el shampoo de la peluquería el pelo parece limpio por muchos días siendo que lo hacen con shampoo de la droguería en bidon de 5 litros, entre el público masculino el 14 % se aplica el shampoo y se lo deja en el pelo por más de 5 minutos en la ducha para que actúe.
Por último comentarles que el 72 % de los encuestados agradece que los shampoo ya no hacen arder los ojos como antes.
Esto ha sido todo amigos, buenas tardes.