viernes, 19 de febrero de 2016

Salada la canchita: "¿Qué nos da David Lynch?...

"...la conmoción estética, él sólo" o algo así, rezaba un graffiti no hace tanto. Hace diez años que no estrena un largometraje después del fracaso económico (y artístico) de "Imperio", que no gustó a casi nadie. En rigor, ha realizado apenas diez largometrajes desde 1976 y varios de ellos no son ciertamente lyncheanos. Pero los que lo son...


Comenzó con el típico debut barato, en blanco y negro y pleno de libertad, alguna chambonada y la estética propia de quien no tiene un mango y, por ello, utiliza pocos decorados, ropa de los propios actores y los lentes que anden en la vuelta. Estoy hablando de "Cabeza borradora" (1976), la historia de un joven que es padre de una especie de gusano cabezón que no para de joder con ruidos insoportables.  

El hombre elefante
Pese a la historia, llamó la atención y nuestro David dejó de ser un estudiante que se hizo un film raro con dos pesos a transformarse en un director de verdad cuando Mel Brooks le financió su segundo largometraje: "El hombre elefante" (1980), también en blanco y negro pero realizada en forma bastante convencional, aunque su tema no lo era. 

Un hombre horriblemente deforme -segundo de los seres bizarros de Lynch- verdugueado y explotado a más no poder, estaba convincentemente mostrado y la denuncia social, por decirlo de alguna manera, surgía clara y naturalmente de la propia historia. Como para quienes creen que el director no sabe filmar bien.

La carrera de Lynch iba viento en popa hasta que cometió un gran error: se involucró en la producción de la adaptación de la célebre novela "Duna", luego que Jodorowsky fracasara -como se ha explicado en otra edición de esta columna- perdiendo el control sobre el montaje final, lo cual es trágico cuando hay un gran presupuesto. Si bien David consigue un clima extraño, muy diferente al de "Star wars" y similares, la adaptación -o lo que conseguimos ver- no deja de ser un híbrido poco convincente entre originalidad y rutina.

Terciopelo azul
Pero dos años después, en 1986, explota el verdadero Lynch. "Terciopelo azul" resulta ser un segundo comienzo. Ahí están tanto el pueblo donde todos tienen algo que ocultar como los climas morbosos, un malvado inolvidable (Dennis Hopper), los misterios que quedan sin revelar, lo perturbador, lo insólito. 

En 1990 ganaría la Palma de Oro en Cannes con "Corazón salvaje", que no es el mejor Lynch pero que se estrenó muy suavizada. Paralelamente creó una serie televisiva mítica: "Picos gemelos", a partir del camino iniciado por "Terciopelo...". Revolucionaria en su momento, introdujo el absurdo, los personajes bizarros y el sin sentido en la caja boba. Para un estudio bastante más completo de "Picos..." (que volverá con una tercera temporada el año que viene) los remito a mi blog:

PICOS GEMELOS - ANALISIS (I) 

PICOS GEMELOS - ANALISIS (II)


David Lynch fracasó al querer aprovechar el éxito de la serie con un largometraje que fue destrozado en el montaje, volviéndolo inentendible más allá de las propias complejidades del director. Pero se recuperaría en 1997 con la aquí inédita "Carretera perdida", un fascinante thriller capaz de múltiples interpretaciones y con un desarrollo no lineal que fue comparado con la cinta de Moebius -aquella que retornaba a su origen sin que supiéramos bien cómo caracho hacía- introduciendo realidades paralelas, onirismos y otras complicaciones poco habituales en los policiales.


Acá uno de esos giles a los que les gusta subir videos con la voz distorsionada intenta algunas explicaciones sobre "Carretera perdida". No dejan de ser interesantes.

En 1999, un poco cansado de tanta malinterpretación de su obra, realiza "The straight story" -aquí mal traducida como "Una historia sencilla"- sobre un anciano que va a reconciliarse con su hermano viajando arriba de una cortadora de césped, un hecho real. Insisto, como para que no queden dudas que el tipo sabe filmar de forma convencional pero que no es lo que quiere hacer.


El camino de los sueños (chuick, chuick)
Sus dos últimos films -hasta la fecha- volvieron a la bizarrez. "El camino de los sueños" (2001) es "Terciopelo azul" pero trasladada a Hollywood. Fascinante en muchos tramos, difícil de saber de qué va -otra vez- es probablemente la más metafórica de las películas lynchianas, lo que no es poco. 

Pensada inicialmente como una serie televisiva, es probable que su final insatisfactorio por lo demasiado abierto, no fuera el que había previsto el director.

Luego llegaría "Imperio" en 2006. ¡Mamita!. Si sus otras obras solían ser ambiguas y desconcertantes, acá nadie entendió nada. Comenzó a filmarla sin saber realmente qué contar y se nota. Lynch alarga enormemente las expectativas y los misteriosos paseos de su protagonista Laura Dern. Multiplica por cien los enigmas que no va a resolver acercándose inevitablemente al tedio; intercala -sin piedad a quien no tenga un conocimiento muy profundo de su obra- recreaciones de escenas de su serie "Rabbits" sin un propósito y nos tira con un interminable clima amenazante que no cuenta nada durante tres horas.

Imperio (el injerto de "Rabbits")
Resumiendo, David Lynch es seguramente de lo más original e interesante que hay en plaza, aunque parezca depender de un libreto que lo oriente y le ponga límites. Original puede ser mi abuela bailando reggaeton disfrazada de leopardo pero no dejaría de ser una mera excentricidad sin interés. Es claro que el cine convencional le aburre y bienvenido sea. Puede ser fascinante como pocos cuando tiene una historia que contar y sus mejores largometrajes ("Terciopelo azul"; "Carretera perdida", seguramente) le pasan el trapo a la generalmente adocenada producción hollywoodense actual.

Salada la canchita, una columna lisérgica por drogadicta, no por talentosa, hoy trae uno de sus películas menos vistas. Duna es una obra fallida, sí, pero que merece una revisión por ser bastante diferente a la ciencia ficción habitual y tratar de acercarse a la mejor literatura que dio el género en el mundo anglosajón. La copia es muy buena pero no tiene subtítulos. Renunciá, Bonomi.  
 


2 comentarios:

Facundo dijo...

Vamo arriba Fagalde

Alvaro Fagalde dijo...

Gracias, Facu. Me encajaron 50 entradas arriba.