La máscara celeste

Lo que sigue es un llamado de atención para la opinión pública. Si usted se creyó los versos que señalan que la performance celeste en Sudáfrica será la piedra angular del resurgimiento del balompié charrúa, se equivoca: en unos pocos meses estaremos peor que cuando empezamos. Fíjese si no.

13 de julio de 2010. Ante una multitud de gente que escapa de aulas, oficinas y afines, la selección celeste es recibida en el Palacio Legislativo. El Presidente de la República afirma que nunca habíamos estado tan unidos(*). Sobre el final, el Ruso Pérez, verdadero símbolo del combinado nacional, heredero de la estirpe del gran Obdulio, le agradeció a Tenfield. Ahí Muslera le gritó “mamadera”, y el pueblo se dio un baño de realidad que la gracia y desenfado de Abreu no consiguieron apaciguar.

15 de julio de 2010. La gente comienza a darse cuenta que el Mundial se acabó. Entonces compra el diario y se fija “a ver qué trajeron los grandes”. Y ahí se entera que Nacional contrató a Horacio Peralta y Marcelo Palau, y que el “Peñarol de Keosseian” va por un hombre por línea. Para alquilar balcones (y tirarse en paloma).

11 de agosto de 2010. La selección uruguaya aún dirigida por Oscar Washington Tabárez se presenta en Portugal, enfrentando a Angola. En lo previo, cruentas campañas publicitarias agitan al iracudo pueblo angoleño, que acude a la cita munido de armas de grueso calibre a fin de vengar la memoria del combinado ghanés. En el entretiempo del partido que Angola hace suyo por un contundente 3 a 1 (gol de Abreu de penal), un comando secuestra al ágil Suárez. Se teme que le corten las manos para exhibirlas como trofeo en el Museo del Fútbol de Accra. Los terroristas piden un rescate que la AUF dice no estar en condiciones de pagar. “Fijate si para salvarle las
manos a Suárez vamos a hipotecar toda la guita que entró por el Mundial. Para eso, que se hubiera dejado meter el gol” afirma el re electo Sebastián Bauzá.

14 de agosto de 2010. Arranca el Campeonato Uruguayo, con un promedio de entradas vendidas de 1.326 por encuentro.

17 de agosto de 2010. La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales decreta la paralización de las acciones, debido a deudas no canceladas (puntualmente, Ruben Pereira reclamó a Nacional el premio correspondiente a la Liguilla 93). Se avecina un nuevo cisma.

1 se setiembre de 2010. En youtube aparece un video en el que Suárez pide encarecidamente que la AUF, Paco, la Teletón, o quien sea, pague el rescate solicitado. “Si no voy a quedar como Muslerita”, termina diciendo, escoltado por dos soldados armados con el rostro cubierto. Sergio Gorzy encabeza la maratón televisiva denominada “una mano para el Lui”, que ni cerca está de llegar a la suma estipulada.

22 de setiembre de 2010. La selección de Uruguay vuelve a jugar, aprovechando una nueva fecha FIFA. En la ocasión, se mide con el representativo holandés, en encuentro promocionado como “la revancha”. Holanda gana 5 a 1 (gol de Abreu de penal), y Van Bommel fractura a Diego Forlán en lamentable incidencia.

4 de octubre de 2010. Un sector del periodismo deportivo pide la renuncia del técnico Tabárez. El presidente Bauzá sale al cruce, afirmando a viva voz que “este señor amargado y medio mal llevado es el mismo que nos puso en las semifinales del Mundial después de 250 años. ¡Más respeto!”

6 de octubre de 2010. La selección uruguaya, sin Forlán pero con el retorno del ya liberado “Manquito de Oro” Suárez, cae 6 a 1 en el Centenario ante Nueva Zelanda (gol de Abreu de penal). Al grito de “hay que dar un golpe de timón” Bauzá le comunica a Tabárez que desde ahora tendrá más tiempo libre para dedicarle a su familia.

7 de octubre de 2010. La AUF confirma a Julio Ribas como nuevo entrenador de la selección mayor. Acto seguido, declara: “estoy algo emocionado, no mucho, porque emocionarse es cosa de débiles. De entrada provocaré cambios en las estructuras de la selección. Nada de piyamas con elefantitos, ni de apodos gay. El Ruso será el Soviético, Palito será Palote, Papelito será Fanfold, el Loco será el Paranoico, y así”.

28 de noviembre de 2010. La Mutual decide levantar la paralización de actividades. La asamblea de clubes decide que el campeón del Apertura se dirima en un único partido clásico, a cambio de eliminar el descenso, y de exoneraciones tributarias para Defensor y Danubio. En un Centenario semidesierto, con un nuevo “pulmón” en la Tribuna Olímpica, se juega el encuentro. Nacional gana 1 a 0 con gol de Palau y se corona campeón.

8 de diciembre de 2010. Debuta la selección de Ribas, recibiendo a Holanda en un Centenario repleto. A los 3 minutos, Rotundo cruza a Van Bommel y le fractura la tibia. El Centenario ruge al grito de “y pegue, Nico, pegue”, mientras Ribas festeja tirándose al foso de la Ámsterdam. Luego comenta: “esto es lo mejor que me pasó en mi carrera deportiva, el pueblo nunca estuvo tan unido”. Holanda gana 1 a 0 con gol de Van Bronckhorst desde atrás de la mitad de la cancha.

(*)¡Es que nunca habíamos hecho tantos goles en un Mundial, Pepe! ¡Así cualquiera se une! Porque estos que ahora dicen tener orgullo de ser uruguayos, son los mismos que no van al Estadio en todo el año, o los que abuchearon a Wynants en Pekín, cuando en las 3 primeras vueltas le sacaron 2.

(Publicado en Guambia, 17/07/10.)