Diez especímenes que asolan las mutualistas

Joven oriental: si tu ambición en la vida es ser empleado administrativo de una mutualista -u hospital, aunque éstos tienen algunas diferencias que no vienen al caso en esta entrada- debo decirte que tenés una ambición de mierda. Pero si has fracasado en todos los emprendimientos pasados porque te faltan unos cuantos caramelos en el frasco o ya sea porque odiás profundamente a la sociedad de la cual formás parte, éste es tu lugar. Podrás saciar tus bajos instintos en sangrientos enfrentamientos con la masa asociada y ser admirado por tus cicatrices de guerra por el más rancio veterano de la guerra del Golfo. Con perdón del Edi, éstos son los principales -creeme que hay muchos más- enemigos a los que tendrás que exterminar infatigablemente si quieres sobrevivir en esta jungla de leuco y suero:

10) -EL CONYUGE -DE CUALQUIERA DE LOS TRES SEXOS- QUE DA MANIJA DE ATRÁS
El amable asociado está entendiendo lo que uno, no quiero ser utópico pero capaz que hasta podríamos decir que le está explicando con buena voluntad, y el otro le susurra con un volumen que haría las delicias de cualquier metalero: -decile a ese gordo que no se haga el vivo, siempre lo mismo contigo, cualquier tarado te toma el pelo.
Solución: encararlos a ellos directamente, salteándonos el chivo expiatorio. Siempre arrugan.

9) -LAS VIEJAS EN LAS SALAS DE ESPERA
Suelen llegar tres horas antes del comienzo de la consulta -o sea, cinco horas antes que efectivamente empiece- y se sientan a conversar a los gritos con cualquiera que agarre otro asiento en la sala, quiera hablar o no. Como uno está al pedo durante un tiempo que imagina -con razón- muy largo, generalmente le contesta. Además de hablar de cualquier chotada que vieron en Telenoche o que hablaron en la feria, suelen dar explicaciones concienzudas y detalladas de la VERDAD sobre el funcionamiento de hospitales, mutualistas, centros de salud barriales y de todo el M.S.P. Las chotadas que pueden decir entran en el terreno de la ciencia ficción. Suelen manijear a alguna desprevenida para que vaya a protestar por algo que nosotros podemos contrarrestar fácilmente por lo delirante de la información. (-Me dijeron que estas órdenes no se cobran. -¿Quién le dijo, doña?. -Una mujer que está en la sala de espera. -Y a mí que €#*ª!} me importa lo que le dijo)

8) -EL PENDEX VILLERO
Es lo mismo pero distinto que el viejo decimonónico que no entiende nada de trámites, de colas, de ventanillas pero tampoco de nada de la vida desde que se inventó la televisión en colores. Éste en cambio, es alegre, desprejuiciado, está mas allá de reglamentos y burocracias (cosas de viejos) pero no entiende absolutamente nada ni quiere entenderlo y rompe los huevos igual. Con los años será un/a viejo/a como el descripto anteriormente.

7) -EL DOCENTE GRADO 6 DE MEDICINA
Cuando le decís que no hay el número para la consulta que quiere, te comienza a guitarrear unas explicaciones de por qué es el único tipo que está enfermo en todo el Universo tal como lo conocemos que haría sonreir al recordado Mulethaler que tenía un sólo pulmón como todo el mundo. Todos sabemos que el que está realmente enfermo no rompe los huevos de esa manera. -¿Usted es médico? -es la sencillísima frase que los hace chupar.
Hay una subespecie que es la del que te muestra -delante de todo el mundo, of course- la parte enferma. Juro que una vieja una vez me mostró sus repugnantes nalgas.

6) -EL QUE VIENE A TRAER MUESTRAS DE ORINA (O PEORES)
Esta especie está en extinción desde que a alguien -por fin- se le ocurrió inventar el tubito descartable que te dan en el laboratorio. Han traído orina en botellas, damajuanas y baldes. Y hasta un zorete envuelto en un repasador. Que baje Olimpia al Metro si miento. Ahora apenas pueden conformarse con venir con el susodicho frasquito chorreando.

5)-EL ABOGADO
-Yo soy abogado -te escupen, cuando les decís que no queda número para el doctor Achura. O contador, periodista, diputado, directivo de la propia mutualista, murguista, oceanógrafo, soplador de vuvuzelas. O cuñado del vecino de un entenado de un amigo del doctor Internauta Rebelde. -Sigue sin haber número -es mi más exitosa contestación a este item.

4) -EL QUE SE CARGA A LAS ENFERMERAS
El ver demasiadas pelis pornos ha trastornado a esta gente y piensa que absolutamente todas las enfermeras -o las auxiliares de servicio, por qué no- son ninfómanas desesperadas que demandan sexo incansablemente sin encontrar jamás la saciedad. Generalmente son veteranos que necesitan un vagón de Viagra® para echarse dos en el mismo año. Lo peor es que ponen cara de irresistibles. Y no hablemos de los que salen en la tele, que se las conversan de rambullé. Hay tipos que se han cargado al personal de maternidad donde estaba internada la mujer recién parturienta.

3) -EL QUE QUIERE HABLAR CON UN ENCARGADO
Eso dicen. Y te quedan mirando como pensando: -Lo cagué. El problema que no imaginan estos giles es que hay un 90 % de posibilidades que ningún encargado esté ni a 100 km. de la sección. Y si por alguna extraña conjunción de los astros sí está, le encajaremos al boludo con todo el sádico placer del que somos capaces sabiendo que nos sacamos la complicación de encima. Y de que nuestro jefe no tendrá ni puta idea de cómo arreglarla sin preguntarnos a nosotros. Por algo son parientes de un directivo... quiero decir, jefes.

2)-EL PUTIADIS INTERRUMPTUS
-¿Hay número para el doctor Detaquito?
-Sí, hay número.
(más nervioso) -Lo necesito enseguida, no para dentro de 10 meses...
-Hay para mañana.
(a punto de estallar) -Necesito un número bajo... no puedo estar horas y horas esperando...
-Tengo el número 1.
-Grrrrrrrr.

1) -EL AMIGO DEL OSCAR
Especie que sólo merodea la tradicional mutualista de Bulevar y Palmar. Está convencido que temblamos y nos ponemos pálidos cuando nos vomita sus privilegios. -Andá a hablar con él -le contestamos, sabedores que los verdaderos amigos van derecho a Gerencia cuando necesitan algo. Especie probablemente también en extinción. ¿Para ser reemplazada por los amigos de un reciente ex presidente?.