domingo, 18 de enero de 2009

Fútbol de molde

Como usted bien sabe, se abre hoy la temporada futbolística vernácula con una nueva edición del clásico, máxima fiesta popular uruguaya, apenas si comparable a la Noche de las Luces aunque con menos incidentes. Lo que sigue es una crónica del atrapante match, adaptable a las vicisitudes del juego.
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La tardecita del sábado sirvió de marco para que Nacional y Peñarol volvieran a
enfrentarse en el estreno oficial de ambos en la temporada 2009, buscando no
defraudar a sus respectivas hinchadas. Desde el primer minuto, Nacional fue
algo más que su rival, jugando la pelota al ras de un piso que sigue estando
espantoso. Por su parte, Peñarol se apoyó en el ágil Alcoba, que siempre da
lo mejor de sí, bien secundado por el experimentado Darío, de accionar muy
positivo.
Las 30.000 personas que se dieron cita en el Centenario, no debieron esperar.
La primera emoción llegó a los 10 minutos, cuando Bueno le pegó como él
solo sabe hacerlo. Verlo contornearse por los aires fue un verdadero espectá-
culo. Burián voló y voló, pero no fue capaz de alcanzar el balón, pues el muy
correcto cuidapalos albo, pese a que se estiró con la fuerza y decisión de una
bestia, estuvo remiso en la emergencia. Inmediatamente Pelusso lo mandó a ca-
lentar al popular ex cerrense Rodrigo Muñoz, quien –sabido es– acaba de lle-
gar. Pero Burián consiguió congraciarse con el coach –que sigue caliente con
la prensa que le reclama la partida del argentino Walter García sin que nadie lo
viera– al atajar cuatro pelotas trascendentes. Nacional debería contratar gente
polifuncional, ágil, de ida y vuelta, con llegada, que pueda marcar y disparar
con las dos piernas, pues este argentino Fede Domínguez parece mucho peor
con la derecha que con la izquierda, pese a sus años. Y eso que cobra aún más
que Melo.
El encuentro prosiguió sin novedades, pues el juego estuvo lejos de los arcos.
A poco de finalizar la contienda llegó el merecido empate tricolor: un grueso
error de la retaguardia carbonera fue aprovechado por el temperamental Cacique.
Medina pateó fuerte venciendo la resistencia de Pablo Cavallero, cada vez más
comprometido con la causa aurinegra. Si no lo vio, en 2005 Abreu le anotó uno
parecido a Obelar.
Buscando no arrancar la temporada con una derrota, ambos aguantaron el empate.
Llegaron los penales, donde fieles a la tradición del fútbol uruguayo, erraron
los pronósticos de los periodistas. Con franciscana exactitud fueron anotando
del primero al último, hasta que al finalizar la serie uno de los dos se equivocó y
marró su remate. Grande fue la emoción del último ejecutante, que claro está,
convirtió. La nota triste estuvo otra vez a cargo de la hinchada mirasol, violando
los estrictos controles de seguridad para entrar al campo y robarle la camiseta
al Osito Bimbo. Una pena que pese a las medidas tomadas, la copa de verano ya
haya sido contagiada por los peores males exhibidos en el Torneo Apertura, que
no se sabe cuándo se va a reanudar.

Nota: a fin de maximizar las chances de equiparar esta crónica con lo que ocurra hoy en el Centenario, sírvase leerla primero de corrido y luego renglón por medio.
(Publicado en Guambia, 17/01/09).

7 comentarios:

El Nacho dijo...

Juaaaaaaaaas!
Magica la cronica renglon por medio!

Andrés Reyes dijo...

Gracias, loco. Es un recurso medio gastado ya, pero dos veces por año lo usamos.

El Nacho dijo...

No por ser gastado deja de ser efectivo!

zorro d colonia dijo...

grande reyes,notable lo suyo,lo que me da a pensar que hice bien al hacerme fan suyo en el féisbu.abrazo tricolor

Rafa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Brad Putt dijo...

Excelente!
Y el recurso por ser viejo no deja de ser bueno y válido.

Recuerdo en mi tierna infancia que circulaban unos panfletos que utilizaban el mismo recurso con alusiones a temas dictatoriales.

Johon dijo...

te hacía más joven brad