domingo, 25 de enero de 2009

Arriba gurises

Cada dos años, un puñado de adolescentes uruguayos se convierte en el chivo expiatorio de las frustraciones acumuladas por nuestro fútbol, permitiéndonos creer –aunque sea por un par de semanas– que otro Uruguay es posible (y sin la necesidad de votar a la oposición). Lo que sigue apenas si pretende ahorrarnos un nuevo disgusto.


Como todo lo uruguayo, el proceso que va del anonimato a la gloria es lento. Las delegaciones suelen marcharse en silencio, con más dirigentes que periodistas, con más sueños que convicciones. Pero no hacen falta más que dos partidos para que nuestras selecciones sub 20 se conviertan en potenciales candidatos. No ya a clasificar al Mundial o a ser campeones, sino a reverdecer los antiguos lauros de nuestro balompié.

El tema comienza a meterse en las sobremesas (luchando con la asunción de Obama o la de Ribas, en ese orden), al tiempo que la delegación de periodistas presentes en el torneo se triplica, casi tanto como la riqueza del plantel celeste.

Días antes del debut del equipo de Aguirre, y consultado sobre la presencia como titular del ágil Nicolás Lodeiro, un periodista –a quien por respeto, llamaremos Señor X– afirmó:

- No, es un muerto. Si en Nacional no tiene puesto, imaginate. ¡En Nacional! No tiene nivel. Puro “birubiru” con la pelota pero se caga en las de a peso.

Sin embargo, y tras los dos goles del volante en el debut, el propio Señor X sostiene:

- Es un diferente. Tiene ese tranco cansino de los cracks, pero te mete el cambio de ritmo y te mata. ¿Y Pelusso no lo pone? Y bueno, así le va a Nacional.

Se lo advierto: antes de que termine la fase de grupos del Sudamericano Bolivariano, surgirán rimbombantes apodos (como el del “goleador jugoso” Edinson Cavani), los jóvenes irán adquiriendo una tonada italiana en sus declaraciones (fruto –calculo yo– de un diálogo mucho más fluido con los contratistas Daniel Fonseca o Paolo Montero), y muchos comenzarán a pedir a Diego Aguirre para la selección mayor (o lo que es mucho peor: para Peñarol).

Quizás no sea necesario aclarar que si rápido es el ascenso, mucho más estrepitosa será la caída, ni bien el equipo –tal como ha venido sucediendo en los últimos 28 años– no sea capaz de satisfacer las expectativas generadas. O lo que es lo mismo: ni bien se quede sin piernas y/o sucumba ante el equipo brasileño.

Aguirre pasará a ser un vendedor de humo seseoso que ha venido currando durante los últimos 22 años con aquel gol de pedo que le hizo a Falcioni. Abel Hernández será invitado a abandonar el fútbol merced a sus presuntas carencias cardíacas, y el arquero Nicola será señalado como el justo sucesor de su homónimo Carlos.

Es por eso que, desde lo más profundo de mi corazón, le invito a no seguir las alternativas del Sudamericano. Apague la tele, lea un libro, conéctese al Facebook, juegue al robamontón, practique el sexo tántrico, vea Sábados Fatales, lo que sea menos entusiasmarse con un equipo que no tiene por qué combatir 30 años de desengaños acumulados por otros.

Capaz que la falta de presión puede llegar a servirles para alcanzar la fase definitoria del torneo con viento en la camiseta y fuerza en las piernas.

Y ahí sí: si salimos campeones, el Mundial de Egipto no se nos escapa. Porque cuando hay once uruguayos en cancha, puede pasar cualquier cosa.


(Publicado en Guambia, 24/01/09.)

7 comentarios:

Johon dijo...

previo a tu consejo, y acompañando mi envejecimiento prematuro, me niego a ver partidos de juveniles, para ahorrarme el siguiente comentario: estos no le ganaron a nadie.
Salud, y por favor; dejénse de joder con diego aguirre

El Nacho dijo...

Un clasico de los sudamericanos juveniles!

dejamuchacho dijo...

Vamos Andres, dejanos disfrutar un poco de buen futbol. Partido por partido.

Como siempre muy bueno. gracias

Andrés Reyes dijo...

Bueno... qué sé yo... es que... me da miedito verlo a Lodeiro jugando así. Mirá si se arrepiente. Mejor no lo veamos. En serio, bo.

fernando dijo...

Cuan duro has sido Andrés.

Al Bundy dijo...

Yo tengo intereses creados (como tantos otros) que me llevan a desear el fracaso de la selección:
mi madre es tarotista y en uno de sus delirios diarios aseveró, hace ya un par de años, que la selección mayor saldrá campeona del mundo en el 2014.
Cuál es el problema? Si esta selección juvenil gana el sudamericano, la loca esta va a empezar a decir: Viste? "Estos son los que nos van a sacar campeones del mundo!".
Y quien la banca jodiendo durante cinco años más?

Cualquier colaboración para pagar la clinica psiquiatrica será recibida de buen agrado.

El Nacho dijo...

Al, problemas tenemos todos...